Hace unos días Antiqva decidió reflexionar acerca de “esa cosa” que llamamos “bloggs”. Mientras lo hacía, en la lejanía, más allá de los cristales, María, disfrazada de una tan bella como sugerente “campesina”, estaba vareando los frutos de uno de los almendros, armada de una caña tan larga como inflexible. Se escuchaban sus voces:
“¡Siempre igual…! donde andará este hombre, que cuando tiene que echar una mano nunca está…”
Y Antiqva, reflexivo, reparó en que desde que “bloggea” la factura mensual de su psicólogo se ha venido reduciendo de manera drástica, para desesperación de su psicólogo.
Y pensó que, quizás, podía ser buena cosa brindar a sus amigos bloggeros alguna sencilla muestra de cariño con la que agradecerles su presencia y sus palabras.
Y como es un acreditado fotógrafo, decidió fotografiar los “latidos” de unas ínfimas florecillas (¡ah, amigos, todos los secretos del cosmos, incluso del cariño, están concentrados en la geométrica estructura de esas florecillas!, algún día los científicos terminarán reparando en ello…)
Y como sus hijas le están iniciando en los insondables conocimientos mistéricos de los retoques fotográficos, decidió crear un galardón en el que estampó (¿quién sabe como?) las palabras “Latidos de Antiqva”.
Y decidió, finalmente, establecer lo que podríamos llamar “bases” por las que habría de regirse el otorgamiento de ese galardón.
Y resultaron ser las siguientes:
Punto 1) La concesión de esta muestra de cariño no está sujeta a ninguna norma especial. Cada uno de los amigos galardonados puede hacer con el galardón lo que desee.
Punto 2) No obstante lo anterior, caso de que el galardón sea vendido a terceros con ánimo de lucro el vendedor (o legítimos herederos, en su caso) se compromete a aportar a la Fundación para el Estudio y Mantenimiento de los Gatos Silvestres de Antiqva el 50 % del efectivo conseguido por esa vía.
Punto 3) Para no “inquietar” a sus amigos, Antiqva ni siquiera les notificará la concesión de este galardón, y es que piensa –ingenuo él- que poco a poco todos iréis pasando por aquí, y así no os pongo “en el compromiso”.
Punto 4) Y después de haber diseñado el galardón, Antiqva pensó: “Vaya, a ver si estas florecillas le van a producir alergia a alguien…” Y decidió Antiqva crear otro galardón, por si acaso, de modo que tomó su máquina, se salió al camino y disparó contra una pequeña mata de desconocido nombre. Creo, de hecho, que la pobre no tiene ni siquiera historia. Los botánicos, siempre en busca de nuevas especies en el Polo Norte o en los fondos abisales, creo que ni siquiera han reparado todavía en ella. Eso sí, gente “que sabe” me ha asegurado que no produce alergia.
Óyeme con los ojos
-Porque, amigos, en “Imágenes y palabras” hubo un antes y un después de que Cristina, desde México, accediera con sus comentarios. Hasta entonces, el cuaderno de Antiqva había venido siendo “Latidos de soledad”. Con la llegada de Cristina todo comenzó a cambiar. Fue la primera persona a la que “conocí” en la red. Desde entonces la considero una entrañable “compañera de viaje”. Sin la presencia de Cristina es posible que “Imágenes y palabras” ni siquiera existiera. Ella, sin saberlo –claro-, con su presencia y sus comentarios, me animaba a proseguir.
Las palabras son mis ojos
-Clarice llegó, también desde México, envuelta en esa nube de frescor que Cristina había aportado. Sus comentarios, especialmente los relacionados con el mundo del cine y de la fotografía, me resultan siempre especialmente atractivos. En esas materias, y en tantas otras, claro, la considero una adorable maestra.
Navegando por mis orillas
-Poco después, Momo irrumpió como otro bellísimo tornado, paseando ahora por las calles de “Imágenes y palabras de Córdoba”. Me emocionó aquel día en que dejó escrito que tras leer algo que uno había plasmado sobre algún rincón de la Judería cordobesa había sentido que algo tiraba de su falda animándola a pasear por ese lugar. Desde hace muchos meses veo a Momo como una mujer tan viajera como solidaria, que siempre nos muestra, con un candor especial, el resultado de sus experiencias. Por cierto, Momo, de niña, vivió en Córdoba, y claro…
Un país en la Luna
-Creo que Natacha, realmente, no existe. Creo que es algo así como esas “ideas” de las que nos hablaba Platón. Para uno, Natacha viene a ser la personificación de la idea del “cariño”. Es una persona tan arrebatadoramente cariñosa que creo que cualquiera “que la trate” terminara considerándola una “hermana espiritual”. Además, por si fuera poco lo anterior, se ha entregado a la “causa” de los bloggs con una pasión tan intensa que Antiqva, a veces, llega a sentirse cansado cuando contempla como ella trabaja, y –claro- ya se sabe, una persona cariñosa e incansable termina siendo “incansablemente cariñosa”, para la intensa felicidad de los que la rodeamos. Ah, por cierto, Natacha fue la madrina de la gata Natacha, ese felino salvaje especializado en “ausencias”.
La tierra de los árboles
-Es también un viejo amigo Goathemala, autor de bellísimos cuentos y amante, igualmente, de la fotografía. Oriundo de Andalucía y amante de la Naturaleza, tenemos muchos puntos en común que hacen que podamos disfrutar de nuestros respectivos cuadernos.
El corazón del escorpión
-Conocí a Tawaki, creo recordar, a través de sus comentarios en el blogg de Momo. Es una persona tremendamente activa, viajero y fotógrafo al igual, que con frecuencia nos habla de viajes de leyenda por lugares de todo el mundo. Ah, las crónicas de su viaje por Egipto, ¡qué maravilla…”
Mujeres de Roma
-En Isabel concurren dos virtudes que hacen que su cuaderno me resulte imprescindible. De un lado, es una prosista consagrada, autora de magníficas historias; de otro, esta “loca” por la “Antiqva Roma”, lo que hace que Antiqva esté igualmente “loco” por sus historias. ¡Ah, que decir de sus alabanzas a la colección de lucernas romanas que Antiqva exhibe…”
Entre naranjas y jazmines
-Jerusalem es cordobesa, o al menos ha vivido en Córdoba, lo que hace que con frecuencia nos transmita sugerentes noticias acerca de espacios que Antiqva conoce y que suele elegir como destino en sus paseos. Nos brinda, con sus palabras, una imagen de energía y de apasionamiento. Es, sin duda, una persona que tiene claro que la vida es una oportunidad para disfrutar de lo que nos rodea.
Verdades y mentiras diarias
-Fabrisa es una mujer que transmite una imagen clara de apasionamiento y entereza. Sabe disfrutar de todo y cuando se tiene que enfadar por algo, no veáis entonces –amigos- “como chilla”. Es un encanto, que nos invita continuamente a reír. Por cierto, Antiqva la considera su “maestra de cocina” y maestra, también, en el arte de saber vivir.
Vivencias de la Gata Flora
-Es Almatina una mujer que brinda dos componentes que aparentemente son contradictorios, pero que ella sabe conjugar –en sus textos- de una manera sabia. En efecto, es tan enérgica en sus palabras como espiritual en su trasfondo. Creo que acumula en sus entrañas alguna “sabiduría” especial que quizás algún día nos explique como consiguió.
La ciudad Sinnombre
-No recuerdo como llegué a conocer a Alfaro, la verdad, pero si recuerdo que desde el primer día sus textos, en apariencia “desgarradores”, me llegaran al alma. Desde entonces no he cesado de visitar su cuaderno, en el que he encontrado la inspiración de más de uno de mis “Cuentos Mínimos”. ¡Ah, amiga Alfaro, cuanta lucidez acumulas…!, y Antiqva, de vez en cuando, dándote consejos, como si tú los necesitaras…
Inuit
-Esta mujer “esquimal”, solamente en apariencia “de hielo”, es en realidad un ser tremendamente bondadoso que acumula en su interior una intensa espiritualidad que aflora continuamente, como la sabiduría, por los poros de su piel. Es un honor tener como amiga a esta mujer, que está siempre “tan pendiente” de todo.
Letras derramadas
-Marinel, asentada sin dudas en la tierra, deja con frecuencia volar su imaginación para hablarnos de luces, hadas, estrellas, niños, lunas… Y su cuaderno, con todo eso, se ha convertido en un espacio lleno de ilusión en el que la fantasía, a poco que nos dejemos, nos desborda. Siempre me ha llamado la atención la sencillez que adorna a su personalidad y, sobre todo, su sensibilidad tan especial.
Los cuentos de la abuela
-Creo que Kety, española, llegó a “Imágenes y palabras” desde México, donde con frecuencia visita a las amigas de aquel lejano país. Es otra mujer cuya sensibilidad y sabiduría aflora por todos los rincones de su cuaderno. Ella es, amigos, la responsable de que algunos seres que la seguimos nos hayamos embarcado en la alocada tarea de reescribir el “Don Quijote”.
Compartiendo experiencias
-Conchi, profesora y cordobesa, es la “Seño” de Antiqva. Ah, como disfrutamos cuando nos pone alguna tarea, como escribir –por ejemplo- el cuento “del árbol, la niña, la silla y el ratón”. Cuando, aplicados todos, terminamos el ejercicio, Conchi, “la Seño”, nos envió a todos un “librito” en el que había recogido todos y cada uno de los cuentos que habían surgido de aquella idea. Guardo la copia impresa “como oro en paño”. Por cierto, creo que nuestra “Seño” nos aprobó a todos. ¡Qué encanto!
Pequeños besos de Luna
-Sendieva es una amiga tremendamente entrañable a la que conocimos hace pocos meses a través del cuaderno de Natacha. A pesar del poco tiempo que ha pasado, lo cierto es que la sentimos muy próxima debido a diversas circunstancias, entre ellas que vive en Valladolid, donde Antiqva nació, lo que “no es poca cosa”. De Sendieva nos llama la atención, además de su cariño, su intensa franqueza en todo lo que dice y el especial apasionamiento que siempre pone en sus palabras. Admirable mujer, sin duda. La debemos, por cierto, un café en la Plaza Mayor de Valladolid…
Esto es para ti
-Cuando piensa en Perséfone, Antiqva no puede sino pensar en sus propias hijas… Una de las virtudes de Perséfone es que, siendo una “niña”, varias veces ha dejado plasmado en su blogg que quisiera seguir siéndolo siempre. Esa idea trasluce de continuo en su bella forma de plasmar por escrito sus pensamientos: cuando, en su cuaderno, sentimos su alegría o su enfado, estamos sintiendo la “sinceridad” de una mujer/niña que no tiene ningún reparo en decir lo que piensa. Y, claro, a uno le encanta vibrar con las palabras de esa mujer tan lúcida, como mujer, y de esa niña, tan sincera, como niña.
Nunca es tarde para soñar
-Escorpiona, con sus “sueños”, nos permite acceder a los pensamientos, a las realidades, a los viajes, a las vivencias cotidianas… de los hermanos del otro lado del Océano. Brilla, pensamos, en su cuaderno la sinceridad, la humildad y el derroche de simpatía. No hace mucho que la conocemos, pero ya nos sentimos atrapados…
Petiteses
-Antiqva conoce a Petitapetitesa desde hace pocas semanas. Llegamos a su cuaderno recomendados por Inuit, nuestra amiga esquimal, y nos encontramos con una mujer que declara vivir en la Antártida y acerca de la cual tuvimos la extraña sensación de que la conocíamos desde hacía varios siglos… Nos encantan sus fotografías, nos encantan sus palabras (en las que se mezclan los desgarros y la lucidez) y nos encantan sus respuestas a los comentarios que sus lectores dejan en sus entradas. Es todo un lujo para Antiqva poder considerarla su amiga.
Mi pluma de cristal
-Conocí a María, en fechas muy recientes, gracias a una sugerencia que encontré en el cuaderno de Natacha. Fue así como llegué a “Mi pluma de cristal” y contemplé que María estaba llorando, despidiéndose de una amiga que había decidido –desconozco los motivos- alejarse del mundo de los bloggs… Pensé, inmediatamente, que debía quedarme allí.
Mamita
-Mami es también una amiga reciente. Me gusta visitar su espacio y conozco su interés por la pintura, así que espero que algún día cumpla cierta digamos “`promesa” y me diga: “Mira, Antiqva, lo que pinté a partir de una de tus fotografías de Córdoba…” Y, claro, ese día se le saltarán a uno las lágrimas. Me encanta también encontrarme con ella en alguno de los cuadernos que ambos visitamos, ya que sus comentarios, siempre acertados, me suelen dejar “con la boca abierta”.
Pues bien, amigos, estas reflexiones llegan a su fin. He descargado mis emociones internas y además no he tenido que pagar “ni un duro” al psicólogo. Así es, amigos, como Antiqva os ve. Todos y cada uno de vosotros habéis llegado a mi corazón y es hora, al menos, de daros las gracias. Podéis, si queréis, coger alguna de las “estampitas”, incluso las dos, si os gustan. Algo de mi cariño a vosotros irá con ellas, seguro.
Y os dejo, que María me está diciendo que es hora, también, de recoger las almendras que, tras la “paliza” al árbol, están amontonadas en las viejas sabanas que ella, previsoramente, había colocado en el suelo…
(Veréis, amigos, que “raro” es Antiqva, que ahora que ya “no se lleva eso de los premios”, decide crear uno y al final, en vez de uno, le salen dos…)