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viernes, 29 de enero de 2010

FOTOGRAFIANDO LA MAGIA

Imagen: Antiqva




Este fin de semana se ha celebrado en Córdoba un mercado de tipo popular, ambientado en los tiempos de la Edad Media, en la plaza de la Corredera.

Dado que a ese mercado acuden cada año multitud de artesanos, músicos y danzarinas, Antiqva no dudó esta mañana en tomar su cámara digital y echarse a la calle. Le poseía el deseo de captar alguna imagen que pudiera resultar razonablemente bella.

En esas estábamos cuando en cierto momento, mientras paseábamos por la plaza con la mirada en estado de alerta intentando identificar algún detalle interesante, reparamos en un tipo que disfrazado de azul y caminando sobre unos zancos inmensos despertaba alaridos de alegría entre el público que lo seguía. Antiqva, de inmediato, se unió a la multitud e intentó acercarse lo más posible al personaje, confiando en poder tomar alguna imagen de él. Resultó ser un mago.

Pronto pudimos darnos cuenta de que si el mago era un objetivo interesante para nosotros no lo era menos para otro fotógrafo, de aspecto claramente más profesional que Antiqva, que previsto de una buena cámara no cesaba de disparar a nuestro personaje. Fue entonces cuando Antiqva, tomando conciencia de que no podría competir con ese fotógrafo, al que el mago prestaba toda su atención -maldita sea, a mi no me hacía ni caso- se colocó ante los dos e intentó inmortalizar ese momento en que nuestro competidor estaba tomando sus fotografías.

En ese momento fue cuando se produjo el prodigio… Del mago, que portaba una bola en la uno podía apreciar que se reflejaban otros mundos bellísimos, empezaron a surgir pompas de jabón, y además –por si lo anterior fuera poco- una mujer situada justo al lado de la bola, adoptaba un sugerente gesto de sonrisa y ensoñación.

El resultado de esa acumulación de casualidades, tan prodigiosas como inesperadas para uno, es esa imagen que acompaña estas palabras, imagen que –sinceramente- a uno le encanta… Solamente lamento no conocer al fotógrafo competidor, ya que me hubiera gustado enviarle una copia de la fotografía.



martes, 26 de enero de 2010

SOSPECHAS DIGITALES






Antiqva, que estaba “jugando” con las imágenes en el ordenador, se percató de que María estaba contemplando en ese momento la fotografía que mostraba la pantalla… Supo de inmediato que se había ganado un “capón”…

-¡Pero bueno, Antiqva –dijo ella- que hace esa mujer con una foto tuya en las manos…! ¿Qué es eso…?

Antiqva, cubriéndose con su mano izquierda la cabeza para protegerse del más que previsible “capón”, intentó explicarse:

-Verás, cariño, todo sucedió el otro día, cuando visitaba “El blog de Carol”, una fotógrafa prodigiosa que siempre nos brinda bellas imágenes… En su entrada titulada “PHOTO505” Carol expone una imagen en la que Lenon y Ono sujetan una pancarta trucada en la está reproducida la imagen de Carol… La “entrada” nos remitía a una web en la que con evidente facilidad se pueden retocar imágenes e insertar un rostro en ellas…

-Esta imagen de uno en las manos de esa bella mujer, o esta otra en la que una multitud me arropa, o esa del museo en la que se expone –junto a un desfallecido caballo- mi propio rostro, no son sino trucos digitales… Todo es irreal, cariño, todo es irreal…

-Uhm –murmuró María-, no se…, no se…
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sábado, 23 de enero de 2010

YO ERA LA TOTALIDAD...

Imagen: Antiqva



En el capítulo 17 del libro egipcio "De la salida a la luz"” Atum, el dios primigenio, afirmaba que:

“Yo era la Totalidad cuando era el único en el Nun y soy Re en su gloriosa aparición, cuando comienza a regir todo lo que ha creado… Soy el Gran dios que se creó a sí mismo… Soy quien se creó sus nombres, Señor de la Enéada… A mí me pertenece el ayer y conozco el mañana…”

En textos como este se expone la creencia egipcia de que en el principio de los tiempos solamente existía el Nun (las aguas primordiales de las que todo procede). En ese Nun, inmenso abismo de profundidades insondables, yacía Atum, que todavía no habría tomado conciencia de si mismo.

Atum, en algún momento, tomó conciencia y decidió iniciar el proceso de la creación. Todo habría sido creado por Atum, el dios primigenio del antiguo Egipto, que se manifiesta a los hombres a través de Re, como el Sol.

Es decir, Re no es sino el modo en que Atum se manifiesta cuando comienza a regir los destinos de todo lo que él mismo ha creado.

Atum-Re, el dios que se creó a si mismo, es quien decidió crear al resto de los dioses, de modo que las divinidades en las que creían los egipcios no eran sino los diversos nombres que, a si mismo, se había asignado Atum cuando había decidido crear a esos otros dioses.

Atum-Re, Señor de la Enéada, es decir del conjunto de los principales dioses egipcios (entre ellos Osiris e Isis) es el único señor de los destinos de la creación. Es el único que conoce el ayer, cuando solo él existía, y es el único que conoce, porque lo decide, que habrá de suceder en el mañana.





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martes, 19 de enero de 2010

EL NACIMIENTO DE VENUS

Imagen: Antiqva



De las abundantes uniones sexuales de una madre y su hijo, de Gea y Urano, de la Tierra y el Cielo, habrían de nacer, primero, el Océano, de remolinos profundos, y más adelante el taimado Cronos y la primera generación de dioses. Cronos, uno de los titanes, doce en total, seis varones y seis hembras, fue el más terrible de los hijos del Cielo y de él decían las ninfas que siempre sintió un odio floreciente hacia su padre. También parió Gea a los Cíclopes, semejantes a dioses pero con un solo ojo en la frente, que fueron arrojados al Tártaro por su padre, Urano, que temía que le arrebatasen su poder. De allí habrían de ser liberados más adelante por Cronos y los Titanes, sus hermanos.

A medida que Gea iba pariendo los hijos que sus frecuentes relaciones con Urano producían este en vez de dejar que salieran a la luz, los encerraba en el seno de la Tierra, gozándose en su mala obra, lo que motivó una creciente aflicción de Gea que, henchida de ellos, suspiraba interiormente y al fin ideó una pérfida y engañosa trama. Según las ninfas contaron al hombre, Gea habría construido una gran hoz de afilado acero y la habría mostrado a sus hijos, a los que con el corazón apesadumbrado les habría dicho:

-¡Hijos míos y de un padre malvado! Si quisierais obedecerme vengaríamos el ultraje inicuo que nos infirió vuestro padre. Él fue el primero en maquinar acciones indignas.

Así se habría expresado Gea y todos se sintieron poseídos por el miedo. Ninguno osaba hablar. Habría de ser el taimado Cronos quien cobrando ánimos habría de responder a su madre veneranda:

-¡Madre! Yo prometo ejecutar esta obra, pues nada me importa nuestro padre de aborrecido nombre. Como tu bien dices, él fue el primero en maquinar acciones indignas.

Tal dijo; y el corazón se le llenó de alegría a la vasta Tierra, la cual ocultó a Cronos, poniéndolo en acecho con la aguda hoz en la mano, y le refirió íntegramente la dolosa trama. Vino luego el gran Cielo, seguido de la Noche; y deseoso de amar, se acercó a la Tierra extendiéndose por todas partes. Entonces el hijo, desde el lugar en que se hallaba apostado, echó la mano izquierda a su padre; y, asiendo con la diestra la grande hoz le cortó en un instante las partes verendas y las tiró hacia atrás. No en balde salieron de su mano: las gotas de la sangre derramada las recibió la Tierra, la cual parió en el transcurso de los años a las tres Furias (Alecto, Tisífone y Megera), divinidades infernales que desde entonces habrían de perseguir sin descanso a los criminales causándoles una eterna angustia; habría también de parir a los enormes Gigantes, que vestían lustrosas armaduras y manejaban ingentes lanzas, y a las Ninfas llamadas Melias en la tierra inmensa......

Las partes verendas de Urano, que habían sido cortadas por su hijo Cronos, fueron arrojadas luego al undoso Ponto, donde durante mucho tiempo fueron llevadas de acá para allá en el piélago. Mucho tiempo después, de esas desgajadas porciones de la carne de Urano, que habían terminado siendo cubiertas por la blanca espuma del mar, habría de nacer una bellísima diosa, que sería conocida por todos como Afrodita y que se encaminó a la isla sagrada de Citera, entre Creta y el Peloponeso, cerca de las costas de Laconia. Desde entonces esa isla habría de verse reflejada en la literatura como un lugar maravilloso consagrado al amor y los placeres. Más tarde la diosa, si hemos de creer a las ninfas, se habría dirigido a Chipre:

“Al salir del mar la veneranda hermosa deidad, brotaba la hierba doquier que ponía sus tiernas plantas. Dioses y hombres la llaman Afrodita, porque se nutrió en la espuma; Citerea, la de hermosa diadema, porque se dirigió a Citera; Ciprogénea, porque nació en Chipre, la isla azotada por las olas; y Filomédea, porque brotó de las partes verendas. Acompañábala Eros y la seguía el hermoso Deseo, cuando, poco después de nacer, se presentó por vez primera en el concilio de los dioses. Tal honra tuvo Afrodita desde un principio y le cupiéron en suerte, entre los hombres y los inmortales dioses, los paliques de las doncellas, las risas, los engaños, los dulces placeres, el amor y las ternezas”.





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jueves, 14 de enero de 2010

LOS SECRETOS DE LAS NINFAS

Imagen: Antiqva



En aquellos tiempos de leyenda en que los antiguos griegos todavía eran un pueblo primitivo vivía un hombre que ansiaba conocer como había comenzado la existencia de Dios, el mundo y los dioses. Sabedor de los sagrados conocimientos que poseían las ninfas que habitaban en las laderas del Monte Helicón, el hombre invocó su presencia. Les dijo:

“¡Oh hijas de Zeus!, yo os saludo. Dadme vuestro delicioso canto. Celebrad la sagrada familia de los sempiternos dioses, así los que son oriundos de la Tierra, del Cielo estrellado o de la Noche oscura, como los criados por el salobre Ponto.

Decidme cómo empezaron a existir las deidades y la tierra, los ríos, el ponto inmenso de hirvientes olas, los fúlgidos astros y por cima de todo el anchuroso cielo, qué dioses, dadores de los bienes, se originaron de los mismos y de cual modo se repartieron las riquezas, se distribuyeron los honores y fueron a establecerse en el Olimpo, en valles abundosos. Contadme estas cosas desde sus comienzos, oh Musas que poseéis olímpicos palacios, y decidme cuál de ellas existió primero…”

A pesar de lo inusual de la petición, las ninfas –siempre amables con los humanos- accedieron a brindar al hombre sus cantos deliciosos. Con ellos le transmitieron los saberes ocultos por los que él estaba interesado. Así fue como gracias a la benevolencia de las ninfas todos hemos podido conocer que el Caos, inmenso vacío que precedió a la formación del Universo, existió antes que ninguna otra cosa. Antes de la creación, todo era un inmenso desierto vacío, de modo que en aquellos tiempos las tinieblas reposaban sobre la superficie del abismo.

De ese primer principio, el Caos, -cantaron las ninfas- habría surgido Gea, la Tierra, que desde la Nada se habría dado la vida a si misma, siendo más adelante morada perenne y segura para todos los inmortales que habitan las cumbres del nevado Olimpo. Si hemos de hacer caso a las ninfas, todo parece sugerir que el mundo no habría sido la obra creadora de un Dios de poderes inmensos sino que, siempre según ellas, se habría formado por sí solo, espontáneamente.

De lo más profundo de la espaciosa Tierra habría surgido luego el tenebroso Tártaro, un lugar subterráneo que, como todos saben, está separado de la superficie terrestre por la misma distancia que existe entre el cielo y la tierra. En tiempos posteriores, el Tártaro habría de transformarse en un lugar de sufrimiento donde tendrían que padecer horribles suplicios las almas de los seres perversos.

Eros, el más bello de los inmortales dioses, que libra de cuidados a todas las deidades y a todos los hombres, habría llegado a la vida tras la Tierra y el Tártaro. Eros, gran dios del Amor –decían las ninfas- habría de ser una de las fuerzas primordiales de la naturaleza. Gracias a él los seres sienten el anhelo de unirse y crear vida, con lo que se asegura la reproducción de las especies.

Del Caos habrían luego surgido la negra Noche (Nicte) y su hermano Érebo, personificación de las Tinieblas del Infierno, ese mundo subterráneo en cuyas profundidades más recónditas se sitúa el Tártaro. De la incestuosa unión amorosa de ambos hermanos nacerían luego dos hijos, el Éter y el Día. En el Éter, en la zona más elevada del Cielo, donde llegan los rayos solares más puros, se encontraría la morada preferida de Dios.

Las ninfas, en su canto, hablaron también de cómo Gea, la Tierra, habría llegado a engendrar, por si misma, a Urano, el estrellado Cielo, de igual extensión que ella, con la finalidad de que la cubriese toda y fuera una morada perenne y segura para los bienaventurados dioses. Creó también Gea las elevadas Montañas, en cuyos bosques, bailando y cantando, encontrarían una vida apacible las divinales ninfas, que personifican la fecundidad. Habría dado también a luz, pero sin mediar el deseable amor, al Ponto, estéril piélago de hinchadas olas.

…/…

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lunes, 11 de enero de 2010

MUNDOS ENTRELAZADOS




Dice la voz del narrador:

“Cuentan que hace mucho, mucho tiempo, en el mundo subterráneo, donde no existe la mentira ni el dolor, vivía una princesa que soñaba con el mundo de los humanos. Soñaba con el cielo azul, la brisa suave y el brillante sol...

Un día, burlando toda vigilancia, la princesa escapó. Una vez en el exterior, la luz del sol la cegó y borró de su memoria cualquier indicio del pasado.

La princesa olvidó quién era, de dónde venía... Su cuerpo sufrió frío, enfermedad y dolor. Y al correr de los años... murió.

Sin embargo, su padre, el Rey, sabía que el alma de la princesa regresaría, quizá en otro cuerpo, en otro tiempo y en otro lugar. Y él la esperaría hasta su último aliento, hasta que el mundo dejara de girar.”


Realidad y fantasía


La acción de “El laberinto del fauno”, película dirigida por el mexicano Guillermo del Toro, se sitúa a mediados de los años 40 en algún lugar montañoso de España al que llega una mujer y su hija, una niña de nombre Ofelia. La mujer viene para unirse al hombre con el que ha contraído matrimonio, un oficial franquista que en aquellos parajes dirige de manera despiadada la lucha contra la guerrilla republicana.

Ofelia, en su huida de una realidad que se le manifiesta insufrible, tomará contacto, en el mundo de los ensueños, con una criatura insólita, un fauno, que le hará saber que ella, realmente, es la princesa de un reino mágico (el mundo de fantasía que el narrador nos ha presentado) y que sólo podrá regresar a él si consigue superar diversas pruebas a las que tendrá que someterse.

A partir de ese momento, producida la interrelación entre la niña y el fauno, los mundos de la realidad y de los ensueños se irán entrelazando de manera brillante de modo que, finalmente, Guillermo del Toro nos brinda un argumento fascinante en el que la realidad atroz de los rescoldos de la Guerra Civil española y el mundo fantástico en el que se refugia Ofelia consiguen sorprender al espectador.

Hacía ya varios años que una película no me enganchaba del modo que lo hizo “El laberinto del fauno”. Su final –para mi inesperado- me resultó tremendamente evocador de antiguas creencias. Estos días pasados he tenido oportunidad de contemplar de nuevo esta película.
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domingo, 10 de enero de 2010

CANCIÓN DE CUNA

Imagen: Antiqva



"Este galapaguito
no tiene mare;
lo parió una gitana,
lo echó a la calle.
No tiene mare, sí;
no tiene mare, no:
no tiene mare,
lo echó a la calle.
Este niño chiquito
no tiene cuna;
su padre es carpintero
y le hará una.


Cuando María era niña, su madre, orihunda de Granada, le cantaba esta canción de cuna. Mucho tiempo después, cuando nacieron nuestras hijas, María se la habría de cantar a ellas. Ese es el motivo de que yo la haya escuchado una y otra vez.

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Ciero día, ojeando un libro de Federico García Lorca, me encontré con esta canción, que viene incluida en sus Cantares Populares (Nana de Sevilla). Dado que la madre de María nunca leyó a Lorca, ¿cómo llegaría a sus oídos esta nana? Es posible que realmente fuese una canción popular y que el poeta, por tanto, no fuera su autor, sino que se limitó sencillamente a hacerse eco de ella…


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viernes, 8 de enero de 2010

NADA COMO EL AMOR

Imagen: Antiqva



Yo, que he gustado los más diversos placeres y he alcanzado las más variadas fortunas, digo que ni el favor del sultán, ni las ventajas del dinero, ni el ser algo tras no ser nada, ni el retorno después de una larga expatriación, ni la seguridad después del temor y de la falta de todo refugio tienen sobre el alma la misma influencia que la unión amorosa, sobre todo si la han precedido largos desabrimientos y ásperos desdenes que han encendido la pasión, alimentado la llama del deseo y atizado la hoguera de la esperanza...

Ibn Hazm de Córdoba (El collar de la paloma, XX)

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TUVE MIEDO...

Imagen: Antiqva



¡Eh, compañero! ¿Buscas
al Cristo?, gritó alzándose el mendigo
predicador en su hacienda de andrajos
del banco donde duerme,
a espaldas del benéfico Caballero de Gracia.

Tuve miedo en la noche, por si fuera
el Cristo mismo, ebrio, quien me hablara,
y lo negue tres veces.

Pablo García Baena

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lunes, 4 de enero de 2010

LATIDOS DE ANTIQVA

Imagen: Antiqva


En estos días, Antiqva ha decidido crear un nuevo blog en el que tiene intención de ir publicando fotografías de “PAISAJES URBANOS”. En este momento inicial, hemos expuesto diversas imágenes que corresponden a espacios públicos (plazas) de algunas de las ciudades que uno más ama: Córdoba, Valladolid, Sevilla, Madrid, Salamanca… Las hemos retocado con la técnica de la acuarela.

Os invito a visitar esta íntima exposición en:

LATIDOS DE SOLEDAD
Paisajes urbanos captados por Antiqva

En este nuevo proyecto hemos contado con la ayuda de una amiga entrañable, Petita Petitesa, que nos ha brindado valiosos consejos para conseguir que el tamaño de las fotografías fuese superior al que habitualmente permite Blogger.

Espero que la “cosa”, provisional en estos momentos, os guste…


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domingo, 3 de enero de 2010

YO MISMO

Imagen: Antiqva




Yo mismo
me encontré frente a mí en una encrucijada.
Vi en mi rostro
una obstinada expresión, y dureza
en los ojos, como
un hombre decidido a cualquier cosa.

El camino era estrecho, y me dije:
“Apártate, déjame
paso,
pues tengo que llegar hasta tal sitio.”

Pero yo no era fuerte y mi enemigo
me cayó encima con todo el peso de mi carne,
y quedé derrotado en la cuneta.

Sucedió de tal modo, y nunca pude
llegar a aquel lugar, y desde entonces
mi cuerpo marcha solo, equivocándose,
torciendo los designios que yo trazo.

Ángel González (Yo mismo)



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