Páginas

miércoles, 24 de octubre de 2012

El vaporetto

Apertura f/9
Tiempo de exposición 1/210 s
Velocidad ISO – 400
Distancia focal 6 mm
Compensación de la exposición 0,00
HDR

Sabía que solamente despertando del sueño podría escapar de los golpes de aquel hombre, pero no podía hacerlo. Una y otra vez me decía: “Debes despertar…  Debes despertar…”, pero no conseguía despertarme. Estaba angustiado. Quería salir de la pesadilla y escapar de aquel hombre, pero no sabía cómo.

Todo en el sueño aparecía envuelto en las brumas de un atardecer invernal. Estaba en un vaporetto que surcaba las aguas del Gran Canal de Venecia. No tenía ni idea de cómo había llegado allí. Estaba fumando en la cubierta cuando una mujer, avanzando a grandes pasos, se acercó a mí: “Sálveme…” –me dijo cuando llegó a mi lado. Sin tiempo siquiera para pensar reparé en que unos pasos más allá alguien que empuñaba una navaja se acercaba a nosotros. Inesperadamente, la mujer, que iba vestida solamente con un camisón transparente de seda, me abrazó y me besó.

Estaba desconcertado. “Que imágenes tan extrañas nacen en las pesadillas” –pensé. En el irreal mundo de la noche puede uno enfrentarse a las más insólitas irrealidades. En la noche, en el tiempo de los monstruos, todo es posible.

Para entonces la mujer y yo nos estábamos besando. Ella había cerrado los ojos y apretaba sus pechos contra mi cuerpo. “Oh, un sueño erótico…” –pensé. Pero no lo era. Al momento el tipo llegó y me clavó la navaja en el vientre. Conmocionado supe que debía despertar si no quería perder la vida. Siempre he pensado que es mala cosa verse morir en un sueño y solamente podría eludir a aquel hombre y sus golpes si conseguía arribar al mundo de la vida. Una y otra vez me esforcé por abrir los ojos, mientras él me seguía clavando, también una y otra vez, la navaja. Sentía que mi cuerpo era un manantial de sangre. En algún momento supe que la hoja de acero se había roto al chocar con alguno de mis huesos. Entonces, él, con un gesto de contrariedad, me dio una bofetada que hizo que mi cuerpo rodase por el suelo. Después me envolvió en sus brazos y me arrojó por la borda. “Vamos cariño, volvamos, ya ha pasado todo” -escuché que le decía a la mujer mientras yo me hundía arropado por las aguas del canal.

Para entonces, ya había renunciado a despertar. Todo había terminado. Sentía que ya no me amenazaba ningún peligro. En aquellas aguas sentía que al fin podía descansar. El sueño había terminado. Solo me restaba dormir profundamente, liberado de la pesadilla.

No se cuanto tiempo pasó, pero en algún momento conseguí despertar. Me parecía que seguía soñando. Sentía que mi cuerpo estaba dolorido, magullado por decenas de heridas, y que apenas podía respirar. Estaba en un lugar que no conseguía identificar. Tuvieron que pasar unos minutos para que fuera tomando conciencia. Se trataba de la habitación de un hospital. Un médico le decía a una enfermera que estaba tomando notas que yo había sido apuñalado y que la operación de urgencia había sido satisfactoria, si bien todavía tenía los pulmones encharcados de sangre y de agua. “Tendrá que estar unas semanas inmóvil –habló el hombre-. No deje usted que se levante. Está sondado y lo alimentamos con suero, de modo que no tiene porqué levantarse.”

Así fue como supe, ya despierto, que aquello no había sido un sueño.

Ha sido después, no se cuanto tiempo ha pasado, cuando estoy sintiendo que alguien está abriendo la puerta de la habitación. Es una mujer. Es la mujer que me había besado en el vaporetto. Veo que ahora viste una bata verde de médico. Se está acercando a mi y me susurra algo: "Vida mía, te amo, cuidaré siempre de ti..." Con una mezcla de emoción y temor siento que me está besando. Creo que piensa que estoy dormido, y quizás sea cierto...

20 comentarios:

  1. Y en el escenario real, soñó que soñaba.
    Una podría querer soñar las góndolas, sueño Gran Canal, pero sigo despierta para recordarlas.
    Besito, esa foto me llevó a ellas.

    ResponderEliminar
  2. O si… pero un sueño real, o una realidad que la mente niega y solo admite como sueño. Disculpa que divague. Es que me encantó, me metí en tu sueño y me niego a despertarme así… quiero otro final, no sé, como por ejemplo que ahora entre la chica que te beso y te diga que ella te cuidara… es que soy una romántica. :)

    Besitos.


    P.d. Esa fotografía es para soñar solo con mirarla... Ay

    ResponderEliminar
  3. La mente pretendiendo hacer irreal lo ya vivido.. el mecanismo de defensa para olvidar...
    Y esa agonía de querer despertar y no poder moverte ... escalofriante...

    Sonoros besos

    ResponderEliminar
  4. Haciendo caso a nuestra querida amiga Azul he añadido otro final al cuento.

    Se trata, en concreto, del ultimo parrafo, con el que se cierra el relato.

    A ver si os gusta.

    ResponderEliminar
  5. Magnífico relato, angustiante hasta el final. ¿Sabe caballero que escribe muy, muy bien?.
    Pero debo decirle, que esa maravillosa foto me ha llevado al mundo de los dieciseis, ¡¡tan ingenua, tan soñadora, tan terriblemente niña...!!

    Gracias y mil sonrisas...i uns bessets!

    PD: ¡¡Quiero volver a Veneeeecia!!

    ResponderEliminar
  6. Muy acertado ese último párrafo, porque hace que permanezca el misterio.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  7. muchissima gracias, tendre que verlo pronto!

    ResponderEliminar
  8. Que ilusión!!! Me gustan mas los fina
    les con besos aunque sean medios dornidos.

    Muchos besazos.

    ResponderEliminar
  9. Cuando he visto la foto me he acordado en seguida de unos versos de Altolaguirre, que es uno de mis poetas más queridos: las barcas de dos en dos, como sandalias del viento :) Estas serían más bien babuchas del viento.

    Dicen que soñar la muerte de alguien,aunque sea la de uno, es alargarle la vida ;)

    Me gusta mucho como la imagen dirige la mirada.

    Un beso

    ResponderEliminar
  10. Hola amigo ANTIQVA
    Sueño, realidad, no sé, me he metido tanto en la historia, que he llegado al final casi sin darme cuenta y esperaba más, de todas formas ese despertar ha sido un poco doloroso.
    Un abrazo.
    Ambar.

    ResponderEliminar
  11. me gustó y mucho...
    besos para antes de dormir y abrazos para cuando despiertes

    ResponderEliminar
  12. cuentazo! qué más puedo decir...

    (que me recordaste "la noche boca arriba", pero en venecia)

    abrazo, amigo*

    ResponderEliminar
  13. No entiendo mucho de tecnicismos fotográficos, pero sí reconozco la belleza cuando me la encuentro.

    La imagen y el relato, bellos.

    Un saludo.

    ResponderEliminar
  14. Hermosa foto con un encuadre espectacular y unos magníficos colores bien acompañados por esa suave luz. Saludos.

    ResponderEliminar
  15. Ese azul es perfecto, y el agua, la foto preciosa, bella¡
    Extraños son los sueños, y a veces dicen; me gustó mucho tu cuento.
    Abrazos, Antiqva :)

    Ío

    ResponderEliminar
  16. Que sueño amigo por poco te matan en el sueño o era real, ya me confundí,...lo cierto es que saliste bien librado de aquel entuerto con besitos y todo,...la foto de arriba es maravillosa, ese cielo y el mar ademas de la ciudad que se ve a lo lejos,... es una belleza, no se como le haces pero las fotos que tomas son magicas y lo emocionan a una muchisimo...

    ResponderEliminar
  17. Querido amigo.
    Texto de infarto(jajaja)cuando los sueños de confunden con la realidad,una pesadilla literalmente y muy bien narrada.
    La fotografia es espectacular y si mi memoria no falla creo que te la había visto ya...Es una belleza.

    Besicos guapo.

    ResponderEliminar
  18. Magnificas palabras y miradas!

    ResponderEliminar

Gracias, siempre, por tus palabras...

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.