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miércoles, 31 de diciembre de 2008

DESEO

Imagen: Antiqva


Para encontrar la felicidad es necesario buscarla.

¡Ojala tengáis suerte en esa búsqueda!
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lunes, 29 de diciembre de 2008

AHMOSIS EN LA TIERRA DEL HORIZONTE




Imagen: Antiqva




El Capitán de los Arqueros Reales Ahmosis, hijo de Ibana, Justo de Voz, dice: Ibana, mi padre, era arquero del rey, y Ahmosis, cuando era todavía joven, fue enrolado en los arqueros reales. A las órdenes de mi Señor participé en las expediciones que se realizaron para liberar el Bajo Egipto de la amenaza de los asiáticos. Ahmosis supo actuar con valentía y sus hazañas corrieron de boca en boca en el Doble País. En esas campañas Ahmosis consiguió las manos de siete enemigos y cuando los asiáticos fueron aniquilados, nuestro Señor, alegre por la valentía de Ahmosis, le concedió el “Oro del Valor” y ordenó que fuese nombrado capitán de su cuerpo de arqueros.

Fue entonces cuando nuestro rey, que alababa la valentía de Ahmosis, le hizo llamar a la Gran Mansión. Me dijo: “Te ordeno que siguiendo la ruta de Elefantina viajes a la tierra de Yam, para abrir la ruta a ese país. Es mi deseo que saludes al rey de Yam y que viajes luego a la tierra de los Habitantes del Horizonte, de donde debes traer una Mujer Belluda y un Hombre-Niño que quiero entregar a mi hijo para que sea feliz contemplándolos. Cumple mis deseos, Ahmosis, y viaja a esas tierras lejanas que están situada al sur, más allá del Alto Egipto.”

Cumpliendo esa orden Ahmosis, al mando de cien arqueros y cien soldados de la caballería real, se alejó de Tebas camino de la tierra de Yam. Tardamos más de siete meses en culminar nuestro viaje, en el que fuimos siguiendo la ruta de los Oasis. Cuando llegamos a Yam supimos que su rey había sido asesinado en una excursión de los Hombres de las Arenas. Viendo que los hombres de Yam estaban llorando por su desgracia Ahmosis, tras saludar al príncipe, salió a la búsqueda de esos criminales que habían ofendido a los dioses de Egipto atacando a un pueblo que nuestro rey consideraba amigo.

Hacía once días que buscábamos a los criminales cuando aquellos hombres sin ley, nos atacaron. Ahmosis ordenó entonces que los arqueros formaran un círculo y la caballería fue colocada en su interior. Pronto, la nube de flechas hizo que desapareciera la luz del sol y los Hombres de las Arenas fueron aniquilados. Cuando los últimos de ellos, inundados por el terror, se ponían en fuga, ordené que se abrieran las líneas de los arqueros y que la caballería saliera en su persecución. Aquel día murieron todos los Hombres de las Arenas. Cortamos todas sus manos, que sumaron un total de trescientas sesenta manos. Capturamos luego a sus ancianos, mujeres y niños. Cuando iniciamos el retorno a Yam llevábamos cincuenta esclavas. Todos los ancianos, los niños y las restantes mujeres de aquel pueblo malvado habían sido abandonados a los chacales.

Fue así como Ahmosis alcanzó su gran victoria sobre los Hombres de las Arenas, que causaban temor en la tierra de Yam y que fueron exterminados por los soldados del rey de Egipto. Entonces, Ahmosis deseó tomar a una de las esclavas que habíamos apresado. Su nombre bárbaro era Gilukhipa pero todos la conocían como la Mujer de los Ojos Ardientes. Ella era la más bella de todas aquellas mujeres. Desde entonces, Gilukhipa, con sus pechos, calentó el cuerpo y el corazón de Ahmosis, que se sintió feliz.

Todo el oro y la plata que habíamos arrebatado a los Hombres de las Arenas y las manos de los vencidos ordené que fueran entregadas al príncipe de Yam, como un gesto amistoso de nuestro rey. Él nos mostró su agradecimiento y ordenó que sus hombres nos ayudaran a capturar aquellos seres especiales con los que el faraón nos había ordenado regresar a Egipto.

Guiados por los hombres de Yam iniciamos el viaje a la tierra de los Habitantes del Horizonte, atravesando lugares en los que ningún hombre egipcio había puesto sus pies… Y llegados a la tierra de los Habitantes del Horizonte, los hombres de Yam nos ayudaron a capturar una de las mujeres belludas. Pronto avistamos, entre los árboles, a un grupo de ellas, pero cuando nos acercamos pudimos comprobar que eran unas mujeres feroces, de terrible apariencia y que estaban dotadas de poderosos colmillos. Gracias a los venenos de las flechas de los hombres de Yam pudimos adormecer a una de ellas que pronto envolvimos en una red de cuerdas. El jefe de los hombres de Yam me dijo que aquella terrible mujer se llamaba, en su lengua, “Gorila”.

No encontramos allí ningún Hombre-Niño pero en el palacio de Yam tenían varios esclavos y el príncipe nos entregó uno de ellos, que se llamaba, según nos dijo “Pigmeo”.

Y fue así como Ahmosis se despidió del principe de Yam e inició el regreso a la Tierra Negra. Volvimos de la tierra de Yam con “Gorila”, “Pigmeo”, las cincuenta esclavas y más de trescientos burros cargados de incienso, ébano, aceites, pieles de pantera, colmillos de elefante y palos arrojadizos, así como todo tipo de bienes y presentes con los que el príncipe, agradecido por haber exterminado a los Hombres de las Arenas, quería mostrar su agradecimiento a nuestro rey. Para entonces, Gilukhipa había conquistado el amor de Ahmosis, que se sentía feliz.

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domingo, 28 de diciembre de 2008

AMADA

Imagen: Antiqva



Repara en la niebla abrazando a los árboles,
siente tu perfume impregnándote la nuca,
contempla la unión del agua y la sal…
Así es como se difunde,
en mi cuerpo,
este amor que enloquece mi alma,
este amor que siento por ti.

(Palabras de amor inspiradas en un antiguo texto egipcio.)





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jueves, 25 de diciembre de 2008

EVOCACIÓN ENSOÑADORA

Antiqva de la mano de su madre



“El poeta es el hombre que sabe soñar y expresar bellamente sus sueños; y el lector de poesía sueña, porque el poeta, mediante la expresión de sus propios sueños, ha sabido hacerle soñar un sueño a la vez repetido e inédito.

Tú sabes las secretas galerías
del alma, los caminos de los sueños,
y la tarde tranquila
donde van a morir...

Son éstos los sueños que conducen a los hombres hacia un modo de vivir en que la vida no pasa ni se consume; ese vivir transtemporal a que el hombre llega cuando recupera por evocación el tiempo perdido y al que llegará con su muerte cuando se acabe el tiempo de su vida:

Allí te aguardan
las hadas silenciosas de la vida,
y hacia un jardín de eterna primavera
te llevarán un día.

Mediante la evocación ensoñadora vuelve el alma a nacer y recupera el tiempo y la vida perdidos en el pasado:

¡Ah, volver a nacer, y andar camino,
ya recobrada la perdida senda!
Y volver a sentir en nuestra mano
aquel latido de la mano buena
de nuestra madre... Y caminar en sueños
por amor de la mano que nos lleva.

Por eso puede decir Antonio Machado, dando ceñida expresión a su doctrina sobre la fugacidad y la repetibilidad del instante temporal:

De toda la memoria solo vale
el don preclaro de evocar los sueños.”

Pedro Laín Entralgo (La generación del Noventa y Ocho)





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miércoles, 24 de diciembre de 2008

MOV03793

EN NAVIDAD HASTA LOS PERROS SON BUENA GENTE...

JA,JA,JA...

VIAJEROS, SORPRESAS, ENCUENTROS

Imagen: Antiqva


“Ya sé que hay viajeros que antes de partir se fortifican contra la sorpresa y contra lo imprevisto, es decir, contra lo nunca visto. También hay escritores que calculan sus libros tan meticulosamente como un turista sus itinerarios, y amantes que sólo apetecen la rutina y habitan confortablemente el tedio. Pero uno, que ha perdido tantas certezas en los últimos años, ya casi sólo una de ellas conserva, la que no vale la pena vivir sino lo que no se ha vivido nunca ni decir nada más que lo que nunca ha sido dicho. Paradójicamente, esa singularidad de la experiencia acaba volviéndose el vínculo más poderoso y común con nuestros semejantes, con quienes se parecen tanto a nosotros que son nuestros cómplices sin que lo sepamos, mujeres y hombres a los que nunca veremos porque vivieron antes que nosotros o porque no han nacido. Algunos de ellos viven en nuestro mismo tiempo y acaso respiran el aire de la misma ciudad, y sin embargo nos son tan lejanos como los muertos y los no nacidos, porque no los llegaremos a encontrar.”

Antonio Muñoz Molina (Córdoba de los omeyas)





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martes, 23 de diciembre de 2008

ALEGRÍAS

Imagen: Antiqva



“Cada amanecer me brinda nuevas alegrías, desde que fui niño hasta mis días de vejez, en el interior del templo del dios oculto.

Observo (al dios oculto) en cualquier lugar, pues mis ojos tienen aún la capacidad de ver su sagrado rostro.”

Textos de Baken-Jonsu (antiguo Egipto)

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sábado, 20 de diciembre de 2008

AYER

Imagen: Antiqva


Ayer fue miércoles toda la mañana.

Por la tarde cambió:

se puso casi lunes,

la tristeza invadió los corazones

y hubo un claro

movimiento de pánico hacia los

tranvías

que llevan los bañistas hasta el río...

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Ángel González (Ayer)

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viernes, 19 de diciembre de 2008

martes, 16 de diciembre de 2008

EMBRUJO

Imagen: Antiqva



Señor compañero, Señor de la noche,
haz que vuelva su rostro
quien no quiso mirarme.

Que sus ojos me busquen
sostenidos y azules
por detrás de la barra.

Que pregunte mi nombre
y se acerque despacio
a pedirme tabaco.

Si prefiere quedarse,
haz que todos se vayan
y este bar se despueble
para dejarnos solos
con la canción más lenta.

Si decide marcharse,
que la luna disponga
su luz en nuestro beso
y que las calles sepan
también dejarnos solos.

Señor compañero, Señor de la noche,
haz que no cante el gallo
sobre los edificios,
que se retrase el día
y que duren tus sombras
el tiempo necesario.

El tiempo que ella tarde en decidirse.

Luis García Montero (Canción de brujería)
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domingo, 14 de diciembre de 2008

ALQUIMIA

Imagen: Antiqva



Siempre pensó que la felicidad no era sino una conjunción extraña, en ciertas dosis, de realidades y fantasías.


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sábado, 13 de diciembre de 2008

OVIDIO ESTÁ TRISTE

Réplicas de piezas grecorromanas




Cuando corría el año 8 a.C., Ovidio, el poeta latino autor del “Arte de Amar”, fue desterrado a una pequeña ciudad del lejano mar Negro, en el Ponto, por orden del propio emperador Augusto.

No se conocen las causas que motivaron esa decisión imperial. En algún momento (Tristes, II, 212) el poeta habría de afirmar que se le había acusado de haberse convertido en maestro del impúdico adulterio. Tuvo que concurrir, sin embargo, alguna otra circunstancia que posiblemente nunca lleguemos a conocer (“Tú sabes que lo otro que te perjudicó es más grave” – nos dice Ovidio en Pónticas, III, 70-72).

El poeta, en su alejado destierro, escribió diversas elegías que habrían de ser luego agrupadas en su obra “Tristes”. En una de esas elegías, que siempre nos ha impresionado, el poeta se lamenta de que alguien a quien consideraba su amigo nunca le ha escrito. Ovidio, que ni siquiera puede pensar que ese alguien se ha olvidado de él, adorna su escrito con ricas alusiones mitológicas.

Veamos esa elegía en la versión de José González Vázquez:

“Dos veces llegó hasta mí el sol tras los fríos del gélido invierno, dos veces, tras tocar Piscis, acabó su viaje. En tan largo tiempo, ¿por qué tu mano no ha sido cortés aunque fuera para escribirme unas pocas líneas? ¿Por qué tu amistad ha desaparecido, mientras que me escribían otros con quienes había tenido poco trato? ¿Por qué, cuantas veces quité a una carta sus hilos sellados, esperé que ésta tuviera tu nombre? ¡Quieran los dioses que muchas cartas hayan sido escritas por tu diestra, pero que de esas muchas ninguna haya llegado a mis manos! Lo que pido es claro que es así: antes creería que el rostro de la Górgona Medusa (1) estaba coronado por una cabellera de serpiente; que hay perros bajo el vientre de la doncella (2); que existe la Quimera (3), que, vomitando llamas, separa una leona de una horrible serpiente; en cuadrúpedos unidos por el pecho con un pecho de hombre (4); en el hombre de tres cuerpos (5); en el perro de tres cabezas (6); en la Esfinge (7); en las Harpías (8); en los Gigantes con pies de serpiente (9); en Gíes de cien brazos (10) y en el hombre mitad toro (11). Yo creería en todo esto, queridísimo amigo, antes que pensar que tú, cambiado, hayas dejado de pensar en mí. Entre tú y yo se extienden innumerables montes, caminos, ríos, llanuras y no pocos mares. Por mil causas, las cartas que con frecuencia has podido enviarme, rara vez pueden llegar a mis manos. No obstante, vence esas mil causas escribiéndome con frecuencia, para que no tenga que estar siempre excusándote, amigo mío.”


NOTAS


(1)La Górgona Medusa habitaba al extremo del Occidente, no lejos de la tierra de las Hespérides y del Reino de los Muertos. Se decía que cuando miraba a una persona esta se convertía en piedra.

(2)Referencia a Escila, horrible monstruo del que se nos habla en la Odisea.

(3)La Quimera era un animal fabuloso con pecho y cabeza de león y cola de serpiente.

(4)Los Centauros, mitad hombre y mitad caballos, eran seres brutales que se alimentaban de carne cruda.

(5)Alusión a Gerión, el gigante de tres cabezas y de triple cuerpo hasta las caderas.

(6)El perro de tres cabezas es Cerbero, monstruoso perro del Hades, que custodiaba la entrada de los Infiernos.

(7)La Esfinge era un monstruo femenino. Tenía rostro de mujer; pecho, patas y cola de león, y alas de ave de rapiña.

(8)Las Harpías eran aves con cabeza de mujer que raptaban a los niños y a las almas.

(9)Los Gigantes nacieron de la sangre de Urano, una vez que los órganos sexuales de este fueron mutilados por Cronos.

(10)Gíes era un gigante que tenía cien brazos y cincuenta cabezas.

(11) Referencia al Minotauro de la leyenda cretense.
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DE CIERTAS TRISTEZAS




Hace unos días, Antiqva, paseando por el campo, quizás un poco melancólico por las lluvias, decidió tomar algunas imágenes en blanco y negro. En ellas vemos las ramas de una higuera que despojadas de sus hojas y solitarias se recortan al cielo con unas desangeladas nubes de fondo.

Petita Petitesa, una buena amiga, reparando en que todo sugería que Antiqva ese día no estaba demasiado animado, publicó en su cuaderno lo siguiente:

“Creo que Antiqva me ha dado permiso para “sustraerle” unas fotos; digo creo, porque no he querido insistir mucho, no fuera que lo del permiso no estuviera muy claro.

Suelo sustraer fotografías de vez en cuando, solo las tomo y las guardo, después, en ocasiones las observo; no son fotografías “artísticas” de esas fabulosas que hay por la red, suelen ser imágenes que me llaman la atención, que creo, que de alguna manera ocultan más de lo que muestran. Me recuerdan a esas creencias indígenas que piensan, que si les tomas una fotografía, el alma del individuo fotografiado quedara presa irremediablemente en la imagen.

Yo estoy convencida, de que muchas fotografías tienen un alma dentro. Estas en particular, me parecen hechas a propósito para acompañar este poema de Dario Jaramillo Agude:




HOLA SOLEDAD


Bienvenida vieja amiga, te creí ausente y aquí estabas escondida, confundida conmigo;
bienvenida, ahora que te veo, bienvenida a tu más propia casa, el latido de mi sangre,
a ti te acojo en el tiempo largo del poema, en el suave sueño, en el hormigueo de mi mano izquierda,
ven, báñate conmigo, una ducha caliente que golpee la espalda,
-ah, desnudos sí que tú y yo somos uno solo-,
préstame una de tus camisas blancas de algodón,
ven, tomemos café, sin azúcar: así lo bebo solamente contigo,
amiga, ladilla, sombra,
y fumemos viendo el cambio de color de la montaña, fúndete conmigo para que pueda mirar cómo amanece,
ven, cántame una canción, aguántame la risa de gozarte hasta el tuétano, generosa mía,
llévame así, apacible, a este o aquel libro, deja que te lea en voz alta y dime si te aburres,
vuélvete música, almohada; convierte, maga, tu sustancia en humo, en el umbral de las visiones,
liba conmigo la euforia santa del silencio,
alucina, muchacha de mi vida, y cuenta tu cuento mientras yo, torpe, tomo tu dictado:
tacha siempre toda espera o esperanza, que no sienta el tiempo,
y baila conmigo la danza de la sonrisa en el ojo de la mente hasta caer inseparablemente
juntos, fulminados.”


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Creo que todos entenderéis que ahora Antiqva, pasados unos días, haya decidido incluir todo esto en su sección de "Premios", porque, sin duda, las palabras de Petita Petitesa son un bellisimo premio que uno ha recibido.




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jueves, 11 de diciembre de 2008

ABRAZADA






La mujer, en la noche, abrazada a la almohada, recordaba a los hombres a los que había amado.

Fue así como sus nombres fueron salvados del olvido.



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miércoles, 10 de diciembre de 2008

ASTRONOMÍA HERMÉTICA






“Siete astros errantes circulan por los caminos del Olimpo y con ellos se hila la eternidad. La Luna que brilla por la noche, el lúgubre Cronos (Saturno), el dulce Sol, la Venus de Pafos, protectora del himen, el valiente Aries (Marte), el fecundo Hermes (Mercurio), y Zeus (Júpiter), principio del nacimiento, fuente de la naturaleza.

Estos mismos ha recibido en dote la raza humana, y en nosotros están la Luna, Zeus, Aries, Afrodita, Cronos, el Sol y Hermes. Así extraemos nosotros del fluido etéreo las lágrimas, la risa, la cólera, la palabra, la generación, el sueño y el deseo.

Las lágrimas son Cronos, Zeus la generación, Hermes la palabra, Aries el valor, la Luna el sueño, Venus Citerea el deseo, y el Sol la risa, pues él regocija al pensamiento humano y al mundo infinito.”

Estobeo (Eglogas físicas; VI, 14)

NOTAS

-En la antigüedad clásica solamente se conocían cinco planetas (Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno), que junto con el Sol y la Luna eran los siete astros que formaban el Cielo Inferior.

-En el Cielo Superior, en el Octavo Cielo, era donde tenía su residencia, para los iniciados en los misterios, el Dios Creador.

-Estas ideas fueron recogidas por los hombres del Medievo, de modo que en ellas se encuentra el fundamento de que los posteriores edificios sagrados de planta octogonal, tanto en el Islam como en el Cristianismo, no sean sino representaciones simbólicas del cosmos y del proceso ascensional del hombre, que debe culminar –cuando alcanza el Octavo Cielo- con su visión del Creador.

Se pensaba que a través del octógono el hombre pasaba del cuadrado (la Tierra) al círculo (el Cielo) y atravesando las siete escalas planetarias arribaba al Cielo Superior, destino final de ese proceso de ascensión hierática hacia el Supremo.






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lunes, 8 de diciembre de 2008

AMANECERES





El Cristo de piedra,
cuando amanece,
se siente más cerca del Cristo del
cielo.





Con cierta frecuencia, cuando está amaneciendo, Antiqva suele pasear por algunos rincones de Córdoba por los que su espíritu siente una predilección especial. Uno de esos espacios es la Plaza de los Dolores, donde se alza la imagen del “Cristo de los faroles”.

En esta plaza y en su entorno más inmediato (la cuesta del Bailío) se concentran, al menos así piensa Antiqva, algunas de las esencias de la Córdoba de siglos pasados. Se trata de una plaza pequeña, rectangular, empedrada a la antigua usanza, que se muestra cercada por las fachadas y tapias de diversos edificios religiosos. Allí, cuando amanece, a la tenue luz de los faroles, este espacio se manifiesta rodeado de una soledad inmensa. Entonces, cuando “no pasa ni un alma”, absorto en sus pensamientos y contemplando la imagen, Antiqva quisiera creer que la soledad del momento y la magia que se desprende de las paredes de los conventos quizás podrían hacer que cada amanecer el Cristo de piedra durante unos segundos pudiera tener algo de vida. Quizás la piedra fuese capaz, durante unos instantes, de captar alguna desconocida energía del amanecer y el Cristo pudiera, realmente, estar latiendo.

Esa sensación tan bella como extraña tiene, por motivos obvios, una duración efímera. El misterio solo se mantiene durante unos pocos segundos, que son los que Antiqva ocupa en atravesar la plaza. Al momento, cuando Antiqva se va alejando, todo sugiere que la piedra vuelve a ser piedra. Posiblemente el ruido producido por mis pasos sea el culpable de que el milagro se desvanezca.




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viernes, 5 de diciembre de 2008

SU NOMBRE ES GINÉS LIÉBANA




“Su nombre es Ginés Liébana, de profesión activo.”



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COSAS DE ÁNGELES

Ángel (Ginés Liébana)

Autorretrato (Ginés Liébana)




“El lenguaje se convierte para este hombre en el lenguaje literario de la pintura. Está vinculado a Córdoba en el pensar, pintar y hablar en imágenes, bajo la mirada irónica de "Cántico", grupo de poesía al que pertenece.”


ACTO DE HOMENAJE EN CÓRDOBA


Estos días pasados Antiqva ha tenido oportunidad de conocer a Ginés Liébana, pintor y poeta integrado en el grupo “CÁNTICO” de poesía y arte.

En el curso de un emotivo acto de homenaje, Antiqva pudo tomar algunas imágenes de este hombre, tan contradictoriamente genial en el arte como sencillo en el trato, que uno guardará para siempre en lo más hondo de su alma.

En la “copa de vino” que siguió al homenaje pudo Antiqva conversar con él, lo que nos permitió evocar todo lo que “CÁNTICO” supuso en su día para la poesía española de la postguerra y, lo que es más importante, lo que supone hoy, cuando los poemas y las creaciones de estos hombres siguen luciendo con una luz brillante.

Y hablamos de sus poemas, y de sus pinturas, y de sus “ángeles”, y de la magia de Medina Zahara, y de la presencia de lo castellano en Andalucía, y de la influencia de al-Andalus en el Renacimiento, y de muchas cosas…

Algunos días pasan estas cosas.

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A GINÉS LIÉBANA

Ginés Liébana



“Te he buscado estos días en que mis versos quieren rodearte como el fuego rodea los leños encendidos.
Te he buscado estos días en todo lo que amabas…

Te busqué, casi triste,
en las hojas caídas, en los árboles viejos que recorta el crepúsculo, en los azahares húmedos
y junto a las columnas paganas de Santa Victoria
que el coro de colegialas cristianiza en la mañana del Jueves Santo.
Te busqué con el miedo de no encontrar tu huella…

(Te busqué…) en aquel patio que acaso has olvidado,
y que tiene un perfume íntimo y recogido
como tu alma.”

Pablo García Baena (Rumor oculto).

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jueves, 4 de diciembre de 2008

CATULO Y LESBIA




Vivamos, querida Lesbia, y amémonos,
y las habladurías de los viejos puritanos
nos importen todas un bledo.

Los soles pueden salir y ponerse;
nosotros, tan pronto acabe nuestra efímera vida,
tendremos que vivir una noche sin fin.

Dame mil besos, después cien,
luego otros mil, luego otros cien,
después hasta dos mil, después otra vez cien;
luego, cuando lleguemos a muchos miles,
perderemos la cuenta para ignorarla
y para que ningún malvado pueda dañarnos,
cuando se entere del total de nuestros besos.

Catulo (Poesías)



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