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miércoles, 30 de diciembre de 2015

Ciudad de provincia





En ciertas ciudades de provincia se encuentran casas cuya vista inspira una melancolía igual a la que producen los claustros más sombríos, los páramos más desolados o las ruinas más tristes. Y es que tal vez en esas casas se unen el silencio de los claustros, la aridez de las landas y la osamenta de las ruinas. La vida y el movimiento permanecen en ellas en un estado tal de tranquilidad que se las creería inhabitadas si no fuese porque de pronto se da con la mirada inexpresiva, fría, de una persona inmóvil cuyo rostro poco menos que monástico se alza sobre el alféizar de la ventana, al ruido de un paso desconocido.

Honoré de Balzac – Eugenia Grandet





domingo, 27 de diciembre de 2015

Soledades





Decidí vender mi alma al diablo. El alma es lo más valioso que tiene el hombre, de modo que esperaba un negocio colosal.

El diablo que se presentó a la cita me decepcionó. Las pezuñas de plástico, la cola arrancada y atada con una cuerda, el pellejo descolorido y como roído por las polillas, los cuernos pequeñitos, poco desarrollados. ¿Cuánto podía dar un desgraciado así por mi inapreciable alma?

-¿Seguro que es usted el diablo? –pregunté.

-Sí, ¿por qué lo duda?

-Me esperaba al príncipe de las Tinieblas y usted es, no sé, algo así como una chapuza.

-A tal alma, tal diablo –contestó-. Vayamos al negocio.

Slawomir Mrozek – La vida para principiantes





lunes, 21 de diciembre de 2015

El corazón del otoño





Me detuve justo en la linde del bosque. Inesperadamente, pareció hacerse transparente. Algunos pájaros grandes y sombríos batían las alas entre la enramada. Ya había desaparecido, o casi, el último verdor que protegía el corazón del otoño. Y entre las hojas doradas y brillantes resaltaban los troncos negros de los árboles. El bosque parecía desamparado, porque el invierno no había entrado en él todavía. Y temblaba entre la duda, el temor y la soledad. Entré como un ladrón, despacio…

Ana María Matute – Demonios familiares





martes, 15 de diciembre de 2015

A propósito del amor





Amor s. Insania temporaria curable mediante el matrimonio, o alejando al paciente de las influencias bajo las cuales ha contraído el mal. Esta enfermedad, como las caries y muchas otras, sólo se expande entre las razas civilizadas que viven en condiciones artificiales; las naciones bárbaras, que respiran el aire puro y comen alimentos sencillos, son inmunes a su devastación. A veces es fatal, aunque más frecuentemente para el médico que para el enfermo.

Ambrose Bierce – El diccionario del Diablo





sábado, 12 de diciembre de 2015

De las propiedades de las hierbas





En las tardes de lluvia menuda y persistente, si el amado está lejos y agobia el peso invisible de su ausencia, cortarás de tu huerto veintiocho hojas nuevas de hierba toronjil y las pondrás al fuego en un litro de agua para hacer infusión. En cuanto hierva el agua deja que el vapor moje las yemas de tus dedos y gírala tres veces con cuchara de palo. Bájala del fuego y deja que repose dos minutos. No le pongas azúcar, bébela sorbo a sorbo de espaldas a la tarde en una taza blanca. Si al promediar el litro no notas cierto alivio detrás del esternón, caliéntala de nuevo y échale dos cucharadas de panela rallada. Si al terminar la tarde el agobio persiste, puedes estar segura de que él no volverá. O volverá otra tarde y muy cambiado ya.

Héctor Abad Faciolince – Tratado de culinaria para mujeres tristes





miércoles, 9 de diciembre de 2015

Fantasmas





-Quieres que te cuente un secreto? No pude responderle tampoco a estas palabras, pero naturalmente que quería conocer su secreto. Ella, que debió de leer tal deseo en mis ojos, continuó: -Mi hermana no es como los demás. Pero júrame que no le contarás a nadie lo que te voy a decir. ¡Anda! ¡Júramelo! Y esperó hasta que yo hice ante ella un solemne juramento. –Por las noches –continuó- los ojos de Bene se convierten en otra cosa. Yo los he visto y me parece que se hacen de cristal. Pero es un cristal de otro mundo. Con ellos lo puede ver todo, hasta las cosas invisibles. Me lo ha dicho ella, ¿sabes? Y también me dijo que, algunas veces, ve cosas de las que no se puede hablar. -¿Tú has estado con ella cuando le pasa eso? –Sólo una vez. Y me dio tanto miedo que salí corriendo por el campo hasta el río y allí me quedé toda la noche. -¿Y yo, puedo verla así también? –Me parece que no. Sólo deja que la vean de esa forma los hombres, y yo, porque soy su hermana.

Adelaida García Morales – Bene


- Imagen tomada a pulso en el puerto de Málaga en ese tiempo que llaman "la hora azul".





jueves, 3 de diciembre de 2015

Atardecer en la Casa Grande





Mañana, en cuanto amanezca, iré a visitar tu tumba, papá. Me han dicho que la hierba crece salvaje entre sus grietas y que jamás lucen flores frescas sobre ella. Nadie te visita. Mamá se marchó a su tierra y tú no tenías amigos. Decían que eras tan raro… Pero a mí nunca me extrañó. Pensaba entonces que tú eras un mago y que los magos eran siempre grandes solitarios. Quizás por eso elegiste aquella casa, a dos kilómetros de la ciudad, perdida en el campo, sin vecino alguno. Era muy grande para nosotros.

Adelaida García Morales – El Sur





martes, 1 de diciembre de 2015

El Sur





Yo entonces no sabía nada de tu pasado. Nunca hablabas de ti mismo ni de los tuyos. Para mí eras un enigma, un ser especial que había llegado de otra tierra, de una ciudad de leyenda que yo había visitado sólo una vez y que recordaba como el escenario de un sueño. Era un lugar fantástico, donde el sol parecía brillar con una luz diferente y de donde una oscura pasión te hizo salir para no regresar nunca más.

Adelaida García Morales – El Sur





jueves, 26 de noviembre de 2015

Cordobán flamenco





“La hija de la Paula
no es de mi rango
ella tiene un cortijo
y yo voy descalzo
la hija de la Paula
no es de mi rango.”

La voz, la voz que cierra y abre las palabras, el cante cortado de perfil, bruscamente. Voz centrada ensanchándose desde dentro, José Menese (Blas de Otero).

-En la imagen José Menese, acompañado a la guitarra por Antonio Carrión.





domingo, 22 de noviembre de 2015

Miradas





Su expresión fue cambiando igual que cuando el sol sale de detrás de una nube; no es que ahora sonriera, es que la sonrisa pasó a habitarla por dentro, a ocupar todos los rasgos de su cara, no solo la comisura de los labios, sino también sus ojos, su manera de mirar de pronto hacia el techo como si la pluma de un ángel revoloteara por allí.

Susana Fortes – Esperando a Robert Capa





martes, 17 de noviembre de 2015

Judería de Córdoba





Aquél era su pueblo, el lugar en el que había vivido más años de su vida. Formaba parte de ella como una huella genética, era el lugar al que volvía cuando soñaba.

Dolores Redondo – El guardián invisible





miércoles, 11 de noviembre de 2015

Fotógrafos





No eran más que fotógrafos, gente que se dedica a mirar.

Susana Fortes – Esperando a Robert Capa





jueves, 5 de noviembre de 2015

La espera






Había algo en todo aquel juego que la fascinaba. Nunca se había interesado por la fotografía, pero adivinar el movimiento invisible de la mente que elegía el encuadre de cada foto le pareció un ejercicio de precisión absoluta. Igual que cazar.


Susana Fortes – Esperando a Robert Capa





domingo, 1 de noviembre de 2015

La mujer oriental





Con Shiori, el tiempo siempre se distorsionaba de una manera extraña. Esto se debía a que su rostro era muy dulce, pero sus ojos rasgados estaban cubiertos por un oscuro velo, como una luna azul.

Banana Yoshimoto – Sueño profundo





miércoles, 28 de octubre de 2015

Las plantas oyen





Las plantas oyen
si uno las lisonjea
se hinchan de verde.

Mario Benedetti – Rincón de haikus





lunes, 26 de octubre de 2015

Otoño en Santorini






Por la ventana, encima de la mesa, entraba la tarde madura, y sin embargo adolescente, del otoño. El cielo, de un azul sin mancha, se alzaba falto de gravidez… Se oyó una risa de niño, el ruido de un mueble ligero al caer, otra risa, las voces de una mujer en mitad de la tarde, tersa como la piel de una manzana…


Antonio Gala – El imposible olvido





miércoles, 21 de octubre de 2015

Los payasos son hombres tristes





Cuando sea mayor, creo que seré payaso –dijo Dill. Jem y yo nos paramos en seco. –Si, señor, payaso –repitió él-. En relación a la gente, no hay cosa alguna en el mundo que pueda hacer si no es reirme; por lo tanto, ingresaré en el circo y me reiré hasta volverme loco. –Lo tomas al revés, Dill –advirtió Jem-. Los payasos son hombres tristes; es la gente la que se ríe de ellos. –Bien, yo seré un payaso de una especie nueva. Me plantaré en mitad del círculo y me reiré de la gente.

Nelle Harper Lee – Matar a un ruiseñor





lunes, 19 de octubre de 2015

La casa azul





Se me ocurre que aquí puede residir una de las diferencias entre la juventud y la vejez: cuando somos jóvenes, nos inventamos futuros distintos para nosotros mismos; cuando somos viejos, inventamos pasados distintos para los demás.

Julian Barnes – El sentido de un final





sábado, 17 de octubre de 2015

Nubes de algodón





Pasan las nubes
y el cielo queda limpio
de toda culpa.

Mario Benedetti – Rincón de haikus





lunes, 12 de octubre de 2015

El gato que miraba las nubes





Y de pronto me encontré envuelto en las tinieblas del estudio. Sentí deslizarse debajo de mi mesa algo que no me pareció un cuerpo vivo sino una presencia sobrenatural que me rozó los pies, y salté con un grito. Era el gato con la hermosa cola empeñachada, su lentitud misteriosa y su estirpe mítica, y no pude evitar el calofrío de estar solo en la casa con un ser vivo que no fuera humano.

Gabriel García Marquez – Memoria de mis putas tristes





lunes, 5 de octubre de 2015

Venecia





Olía a almendras. Las escaleras de mármol de una iglesia descendían hasta mojarse en el agua; un mendigo, de pie en uno de los peldaños, presentaba su sombrero exponiendo su miseria, y mostraba el blanco de los ojos como si estuviera ciego; un vendedor de antigüedades, ante su tenducho, invitaba a los que pasaban, con gestos humildes, a entrar, con la esperanza de poder engañarlos. Así era Venecia, la bella insinuante y sospechosa; ciudad encantada de un lado, y trampa para los extranjeros de otro, en cuyo aire pestilente brilló un día, como pompa y molicie, el arte, y que a los músicos prestaba sones que adormecían y enervaban.

Thomas Mann – La muerte en Venecia





sábado, 3 de octubre de 2015

lunes, 28 de septiembre de 2015

De los placeres





Creen que todo placer es pecado. ¿No sabías que un sábado vinieron unos cuantos de los campos, pasaron por aquí delante y me dijeron que yo y mis flores iríamos al infierno? -¿Sus flores también? –Si, señora. Arderían en mi compañía. Opinaban que paso demasiado tiempo en el aire libre de Dios y no el suficiente dentro de casa, leyendo la Biblia.

Nelle Harper Lee – Matar a un ruiseñor





viernes, 25 de septiembre de 2015

Y la vida fue dos...





La vida, sin nombre, sin memoria, estaba sola. Tenía manos, pero no tenía a quién tocar. Tenía boca, pero no tenía con quién hablar. La vida era una, y siendo una era ninguna. Entonces el deseo disparó su arco. Y la flecha del deseo partió la vida al medio, y la vida fue dos. Los dos se encontraron y se rieron. Les daba risa verse, y tocarse también.

Eduardo Galeano – Espejos





viernes, 18 de septiembre de 2015

La pureza de los ángeles





No es la pureza de un ángel lo que es tan valioso. Es el hecho de que pueda volar. Un ángel puede romper la pauta en cualquier momento y encontrar su cielo. Tiene poder para descender hasta la materia más baja y para salir de ella cuando quiera.

Henry Miller – Trópico de Capricornio





sábado, 12 de septiembre de 2015

Soledades





Todo en el mundo está dividido en dos partes, de las cuales una es visible y la otra invisible. Aquello visible no es sino el reflejo de lo invisible.

Jorge Luis Borges – Libro de sueños





domingo, 6 de septiembre de 2015

Retrato





Menos que su rostro me impresionó su aire de tranquilo misterio.

Jorge Luis Borges – El libro de arena





martes, 1 de septiembre de 2015

Seres del mar





En el siglo VI, una Sirena fue capturada y bautizada en el norte de Gales, y figuró como una santa en ciertos almanaques antiguos, bajo el nombre de Murgen.

Jorge Luis Borges – El libro de los Seres imaginarios





viernes, 28 de agosto de 2015

Verde sobre blanco





Muchachas que algún día leáis emocionadas
estos versos
y soñéis con un poeta:
sabed que yo los hice para una como vosotras
y que fue en vano.

Ernesto Cardenal – Muchachas que algún día





viernes, 21 de agosto de 2015

Esperando en Santorini





Ella le preguntó qué había del otro lado del mar, y él le contestó: “El mundo”.

Gabriel García Márquez – Del amor y otros demonios





miércoles, 12 de agosto de 2015

La emoción de las cosas





Solo recuerdo la emoción de las cosas,
y se me olvida todo lo demás;
muchas son las lagunas de mi memoria.

Antonio Machado – Los complementarios





sábado, 8 de agosto de 2015

La imagen del tiempo





Siempre compartí la idea de que Dios es tiempo, o, al menos, de que Su espíritu lo es… En todo caso, siempre pensé que si el Espíritu de Dios aleteaba sobre la superficie de las aguas, las aguas debían de reflejarlo. De ahí mis sentimientos hacia las aguas, sus oscilaciones, sus pliegues, sus ondas y –soy septentrional- su grisura. Sencillamente, creo que el agua es la imagen del tiempo.

Joseph Brodsky – Marca de agua





jueves, 6 de agosto de 2015

Soledades





Siempre hay para nosotros una vida mejor que la nuestra en algún sitio, pero hay que saber encontrarla.

Francisco Umbral – La forja de un ladrón





martes, 28 de julio de 2015

Junto al camino





Detrás, junto al camino, existe un cementerio de cosas gastadas, en donde yacen el hierro sarroso, pedazos de loza, tubos quebrados, alambres retorcidos, cajetillas de cigarrillos vacios, aserrín y cinc, plástico envejecido, llantas rotas, esperando como nosotros la resurrección.

Ernesto Cardenal – Gethsemaní


-Esta imagen la hice cuando caía la tarde en Simancas, un pueblecito de Castilla la Vieja, próximo a Valladolid. En un primer plano, se aprecia lo que fue una antigua fábrica harinera. Más allá, un viejo puente de origen medieval salva las aguas del Pisuerga.





viernes, 24 de julio de 2015

martes, 21 de julio de 2015

A la orilla del mar





A la orilla del mar, donde la espuma sueña
tibia sobre la arena, vagan dejos de amores
y penas, pero la noche amargamente sabe
curar heridas viejas a las almas cansadas…

Luis Cernuda – Resaca en Sansueña


-Esta imagen la hice cuando estaba empezando a atardecer en la playa de Somo, en Cantabria. Hacía un fuerte viento.





viernes, 17 de julio de 2015

Las palabras del mar





Le hablaba ella del mar y eran sus palabras, que le llegaban a él envueltas en el rumor no lejano de las olas, como la letra vaga de un canto de cuna para el alma.

Miguel de Unamuno – La tía Tula





miércoles, 15 de julio de 2015

Me llamo Cloe





Descubrí que me habían contado una mentira durante toda la vida, diciéndome que somos la única especie racional. En realidad, todas las especies tienen su propia racionalidad. El problema radica en comprender la racionalidad de las demás especies.

Sebastiao Salgado





miércoles, 24 de junio de 2015

Érase de un marinero...





Érase de un marinero
que hizo un jardín junto al mar
y se metió a jardinero.
Estaba el jardín en flor
y el marinero se fue
por esos mares de Dios.
 
Antonio Machado – Campos de Castilla




lunes, 22 de junio de 2015

De las emociones

 
 
 
 
En esta soledad
que sólo puebla
el recuerdo,
estuvo la choza
donde vivíamos
en agosto.
Y por estas lindes
andaban la mula,
el perro
y las gallinas.
 
Todo me lo han cambiado
por un nudo
en la garganta
 
Antonio Hernández – Población del recuerdo
 
 
 
 
 

viernes, 19 de junio de 2015

Noche de verano

 
 
 
Es una hermosa noche de verano.
Tienen las altas casas
abiertos los balcones
del viejo pueblo a la anchurosa plaza.
En el amplio rectángulo desierto,
bancos de piedra, evónimos y acacias
simétricos dibujan
sus sombras negras en la arena blanca.
En el cenit, la luna, y en la torre,
la esfera del reloj iluminada.
Yo en este viejo pueblo paseando
solo, como un fantasma.
 
Antonio Machado – Campos de Castilla
 
 
Esta fotografía la hice en la Plaza Mayor de Ávila.
 
 
 
 
 

viernes, 12 de junio de 2015

Nuestra Señora de la Antigua

 
 
 
 
Vida tras vida, fueron
olvidando los hombres
aquella diosa virgen
que misteriosamente, desde el cielo,
con amor apacible
asiste a sus vigilias
en el silencio dulce de las noches.
 
Luis Cernuda – Noche de Luna
 
 
 
- Nuestra Señora de la Antigua es un templo en el que se aúna lo románico y lo gótico. Alza su torre a los cielos de Valladolid.
 
 
 
 
 

miércoles, 10 de junio de 2015

Noche de Luna

 
 
 
 
Definitivamente frente a frente
el silencio de un mundo que ha sido
y la pura belleza tranquila de la nada.
 
Luis Cernuda – Noche de Luna
 
 
Esta imagen está tomada en la Basílica de San Vicente, en Ávila.