Recuerdo que mi abuelo me advertía constantemente que bajo ningún concepto debía acercarme al pozo. Tal era su obsesión que tampoco me permitía hacerlo cuando él estaba presente. Aunque siempre supo que en el fondo mi curiosidad era grande y que tarde o temprano acabaría mirando para descubrir por qué tanto misterio. Por eso se inventó lo del fantasma del niño que cayó un día al interior y que agarraba por la camisa a todos los que osaban asomarse al agujero. Sé que fue un invento porque en todos los años que llevo aquí dentro nunca he visto a ningún niño. Y como no quise que las indicaciones del abuelo cayeran en saco roto, desde ese día me dedico a asustar a todos los que se atreven a acercarse al brocal.
Diego Marín Galisteo - El vigía
Una imagen llena de luz y color de las que traen recuerdos precisamente de infancia. ¿Por qué será? a mi tampoco me dejaban asomarme a los pozos y puede que por eso, ganado por la curiosidad, acabase emparentando con una amplia familia apellidada Pozo.
ResponderEliminarUn abrazo,
Me sorprende como de un lugar que cualquiera desecharíamos, tu le sacas ese partido tan impresionante.
ResponderEliminarUn abrazo
Yo también he recibido ese mensaje de prevención sobre los pozos. Me gusta ese cielo y el caos de la vegetación.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo!!
Una imagen y un texto que me lleva a los 50 ... ay, pura nostalgia de un tiempo que también fue feliz.
ResponderEliminarFeliz noche IR
En las casas de campo era indispendable un pozo que abasteciera de agua a la vivienda. Has captado unos hermosos colores y una estupenda luz cómo como corresponde a un día de gran luminosidad.
ResponderEliminarBesos
De nuevo disfrutando de tus excelentes trabajos. Saludos
ResponderEliminar¿ Qué tendrán los pozos que tanto nos atraen ?
ResponderEliminarEl retrato andalusí, una pasada total, Ildefonso.
Un abrazo.
El vértigo de lo desconocido, del precipicio, de lo hondo que nos perturba.
ResponderEliminarUn abrazo
Abandonado y sigue presumiendo de belleza.
ResponderEliminarAy esos miedos que nos inculcan de chicos por precaución...
Un beso.
Me gustan muchísimo este tipo de escenarios, campestres, rurales, naturales, sin planear...Y es muy difícil que queden como te ha quedado a tí de bonita. Preciosa.
ResponderEliminarA mí también me prohibían acercarme a los pozos...y no hay nada peor que prohibir eso a una niña curiosa:)
Un abrazo
Hyvin kaunis maisema, ja kuva on täydellinen.
ResponderEliminarUn abrazo
Bien acompañada la foto por ese texto. En mi infancia habia un pozo en el patio y algo parecido nos decian los mayores para que no nos asomaramos. Saludos.
ResponderEliminarMuy buena historia para esta fotografía!!!...creo que todos hemos tenido algún pozo así en nuestra infancia, me ha resultado especialmente entrañable!!!
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, amigo!!! ;)
Jamas digas a un niño que no, porque lo hara deseado, es como decir No mires a la vaca, es algo inconsciente.
ResponderEliminarAhora se juega a positivizar las frases, para quitarles ese hierro del imposible y el miedo.
Muy buenos esos recuerdos, los abuelos siempre son unicos.
De hecho en el Instituto de Bachiller, habia un pozo en el medio tapado, si no se abrio 20 veces los 4 años que estuvimos ahi, aun estando completamente prohibido, no se abrio ninguna jjj
ResponderEliminarPD: no me funcionan los acentos, espero me sepa disculpar.
we need to tell stories to children who are too curious !
ResponderEliminarbut forbidden things are always so tempting !
the right image for that story !
¡Buenísimo el relato y la foto le va como anillo al dedo!
ResponderEliminarImagen y texto muy bien conjuntados. Bonita foto, con una limpieza y luz dignas de elogio.
ResponderEliminarSaludos.