“Respecto a la adivinación en sueños se dice lo siguiente: mientras dormimos, en sueños, es posible arribar al futuro, no en un éxtasis agitado (pues el cuerpo está tranquilo), sino sin tener esa plena conciencia de los hechos que tenemos en el estado de vigilia…
No obstante, los sueños que se dicen “enviados por los dioses” no se producen del modo que tú dices, sino en el momento en que el sueño cesa, cuando comenzamos justamente a despertarnos. Entonces, a veces, es posible escuchar una voz concisa que nos guía respecto a lo que tenemos que hacer. También se pueden oír estas voces cuando estamos entre la vigilia y el sueño o incluso cuando estamos completamente despiertos. En esos momentos, a veces, un pneuma intangible e incorpóreo alcanza a rodear en círculo a la persona que está acostada, de forma que a esta no le será posible verlo, pero si tener la sensación y conciencia de su presencia: sentirá que se produce un silbido a su entrada, que se difunde por todas partes sin contacto alguno y realiza obras admirables en cuanto a la liberación de las pasiones anímicas y corpóreas. En algunas ocasiones, se podrá apreciar una luz tan brillante como serena…
Las características de estos sueños, tan numerosas y tan diferentes, no se asemejan a ningún otro sueño humano. En efecto, al cerrar los ojos, la opresión semejante al entumecimiento, el estado intermedio entre el sueño y la vigilia, la vigilia apenas comenzada o completa, todo esto es divino y apropiado para recibir a los dioses. Todo ello es enviado por los dioses, y tales fenómenos preceden parcialmente a la aparición divina…”
Jámblico (Sobre los misterios egipcios)
No obstante, los sueños que se dicen “enviados por los dioses” no se producen del modo que tú dices, sino en el momento en que el sueño cesa, cuando comenzamos justamente a despertarnos. Entonces, a veces, es posible escuchar una voz concisa que nos guía respecto a lo que tenemos que hacer. También se pueden oír estas voces cuando estamos entre la vigilia y el sueño o incluso cuando estamos completamente despiertos. En esos momentos, a veces, un pneuma intangible e incorpóreo alcanza a rodear en círculo a la persona que está acostada, de forma que a esta no le será posible verlo, pero si tener la sensación y conciencia de su presencia: sentirá que se produce un silbido a su entrada, que se difunde por todas partes sin contacto alguno y realiza obras admirables en cuanto a la liberación de las pasiones anímicas y corpóreas. En algunas ocasiones, se podrá apreciar una luz tan brillante como serena…
Las características de estos sueños, tan numerosas y tan diferentes, no se asemejan a ningún otro sueño humano. En efecto, al cerrar los ojos, la opresión semejante al entumecimiento, el estado intermedio entre el sueño y la vigilia, la vigilia apenas comenzada o completa, todo esto es divino y apropiado para recibir a los dioses. Todo ello es enviado por los dioses, y tales fenómenos preceden parcialmente a la aparición divina…”
Jámblico (Sobre los misterios egipcios)
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-Jámblico de Calcis, nacido en Siria, habría vivido a caballo entre los siglos III y IV de nuestra era. Su obra “Sobre los misterios egipcios” vino a ser la respuesta a un escrito previo que Porfirio había dirigido a un escriba llamado Anebo, en el que expresaba diversas cuestiones vinculadas con la religión egipcia.
El texto que hemos reproducido es parte del libro III, dedicado a la mántica. En otros libros, Jámblico se ocupaba de los dioses, los démones y los héroes, de los sacrificios y las plegarias, de los ritos y los símbolos, de la teología simbólica…
Especial interés reviste el libro X en el que Jámblico intentó definir que cosa sería la felicidad, a fin de cuentas el fin último de los hombres. Para los egipcios, pensaba este autor, la felicidad no sería sino arribar a la unión plena con la divinidad.
Debe Antiqva dejar constancia de que a veces algunas personas le han comentado que durante el sueño o mientras practicaban meditación habrían escuchado pitidos… Parece que los antiguos egipcios, en aquellos tiempos alejados, también los escuchaban…
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