En las tardes de lluvia menuda y persistente, si el amado está lejos y agobia el peso invisible de su ausencia, cortarás de tu huerto veintiocho hojas nuevas de hierba toronjil y las pondrás al fuego en un litro de agua para hacer infusión. En cuanto hierva el agua deja que el vapor moje las yemas de tus dedos y gírala tres veces con cuchara de palo. Bájala del fuego y deja que repose dos minutos. No le pongas azúcar, bébela sorbo a sorbo de espaldas a la tarde en una taza blanca. Si al promediar el litro no notas cierto alivio detrás del esternón, caliéntala de nuevo y échale dos cucharadas de panela rallada. Si al terminar la tarde el agobio persiste, puedes estar segura de que él no volverá. O volverá otra tarde y muy cambiado ya.
Héctor Abad Faciolince – Tratado de culinaria para mujeres tristes
¡¡Vaya remedios los de este señor!!
ResponderEliminarDivina tu flor, Antiqva.
Vengo a saludarte ahora que ya he regresado de
mis viajes. Besos y abrazos x 2
No solo para mujeres tristes, para todo ser humano sensible a la belleza.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo Ildefonso
La flor destaca con fuerza sobre el cólor de la pared, sería imposible pasar delante de ella sin percatarse de su enorme belleza.
ResponderEliminarBesos
very nice. I would like to take it in my hand !
ResponderEliminarlove the colour !
Una excelente pócima, sin duda, la fitoterapia es el remedio que nos ha permitido llegar hasta aquí desde la noche de los tiempos. En este caso, además, se puede recurrir a un buen manzanilla con unos pescaditos en compañía de algún hombro amigo.
ResponderEliminarLa foto... preciosa.
bsÖs, Ildefonso.
un color azul muy atractivo.
ResponderEliminarUn abrazo
Jeje, el relato es estupendo. Bueno ese contraste entre la flor y esa pared.
ResponderEliminarUn abrazo
Parece más pintura que fotografía. Una maravilla llena de sugerencias, no me extraña que la hayas acompañado con brebajes para mujeres enamoradas y tristes.
ResponderEliminarAbrazos y buena semana!!
¡Vaya lujo!
ResponderEliminarDe la fotografía, como poco, se puede decir que es impactante. El contraste entre los colores de la flor y del fondo, sobre el que parece flotar, hacen que no pase desapercibida. En cuanto a la receta del toronjil, más me gusta su otro nombre, el de melisa, en cualquier caso contribuirá sin duda a pasar una tarde relajada y a tener un sueño plácido.
ResponderEliminarUna abrazo,
Fantástica imagen, y fantástico texto.
ResponderEliminarEnhorabuena por todo ello, Ildefonso.
Un abrazo.
Atrayente imagen, donde la flor se hace notar sobre las texturas de la pared.
ResponderEliminarSaludos
Me recuerda a El collar de la paloma, de Ibn Arabi
ResponderEliminarBuen ejercicio de texturas y colores, el contraste es tremendo.
ResponderEliminarEnhorabuena Ildefonso.
Saludos.