La princesa de Bakhtan es el nombre que los egiptólogos habrían dado a cierta narración que alguien encontró grabada en signos jeroglíficos en una estela de piedra que afloró cuando se estaba excavando en las inmediaciones del templo de Khonsu, en Karnak. Dicen los sabios que la estela, aflorada en 1829, se conservaría actualmente en el Museo del Louvre.
Al parecer, la narración que alguien ordenó esculpir en la piedra sería un texto de tipo propagandístico que los sacerdotes tebanos habrían elaborado como acción de alabanza al dios Khonsu, al que se atribuía entre sus poderes mágicos una capacidad especial para ahuyentar a los espíritus que molestan a los hombres. Las singularidades del texto conservado, no obstante, parecen sugerir que el relato tendría su inspiración en alguna leyenda popular antigua que los sacerdotes, en un tiempo posterior, habrían querido transformar en un documento de alabanza dotado de caracteres de oficialidad.
En el texto se hace saber al lector que los acontecimientos que narra habrían acontecido durante el reinado de Ramsés II si bien está documentado que se trata de una narración apócrifa ya que el autor, erróneamente, atribuye al supuesto Ramsés II diversos títulos en su protocolo que realmente no corresponden a este rey sino a Thutmosis IV. En todo caso, la inscripción nos habla de cierto rey egipcio que ha desposado con una princesa extranjera, de nombre Neferure, que habría nacido en el lejano reino de Bakhtan, quizás lo que nosotros conocemos ahora como Bactriana. La protagonista de la historia es Bentrech, hermana menor de Neferure, de la que se nos dice que está gravemente enferma desconociendo los médicos de su reino el posible modo de curarla.
Ante esa situación el monarca de Bakhtan habría decidido solicitar la ayuda de Ramsés II, al que pide que envíe algún mago que se ocupe de la salud de la princesa. Por encargo del faraón uno de los mejores sanadores egipcios se trasladará al lejano reino y tras examinar a Bentrech tomará pronto conciencia de que la princesa está poseída por un espíritu merodeador, de los que traen las enfermedades a los hombres:
“Cuando el sabio llegó a Bakhtan –se indica en el texto jeroglífico-, se encontró a Bentrech en el estado de alguien que está poseída por un espíritu; se encontró por otro lado que se trataba de un enemigo al que había que combatir...”
Encontrándose el mago con que el espíritu es un ente de gran fuerza informará a Ramsés II que piensa que será necesario que una divinidad egipcia poseedora de grandes poderes mágicos sea trasladada al reino de Bakhtan para conseguir la expulsión del intruso del cuerpo de la princesa.
El faraón decidirá, finalmente, que habrá de ser Khonsu, en su acepción de “Khonsu el que gobierna en Tebas” quien viajará al país lejano, no sin que antes el propio “Khonsu el Grande” le provea adecuadamente con sus fluidos de poder, que le suministrará a través de cuatro “pasadas” mágicas que se citan expresamente en el texto. Es de especial interés este fragmento de la narración en el que se nos informa de uno de los rituales mágicos que practicaban los egipcios: en el relato podemos ver como “Khonsu el Grande” transmitirá su poder a “Khonsu el que gobierna en Tebas” a través de varias “pasadas” repetidas y que posteriormente esta segunda divinidad hará lo mismo con la princesa posesa:
“Provéelo con tu fluido mágico –le dirá el rey a “Khonsu el Grande”-, para que yo haga ir a Su Santidad a Bakhtan para salvar a la hija del príncipe.”
Y más adelante se nos dirá que: “Entonces este dios se dirigió al lugar en que se encontraba Bentrech. Hizo pasar el fluido mágico a la hija del príncipe y ella se encontró bien de inmediato”.
Finaliza esta curiosa narración, que nos habla de los inmensos poderes mágicos de Khonsu, diciéndonos que el espíritu invasor, reconociendo el gran poder del dios, se declaró de inmediato su siervo, marchándose luego en paz, con la aquiescencia de Khonsu. Vemos así que esta divinidad tebana queda al fin reconocida como dotada de poderes especiales que permiten poner en fuga a esos espíritus molestos que a veces entran en posesión de los cuerpos de los hombres.
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Cuando uno lee lo que se escribía hace miles de años se da cuenta de que por mucho que haya avanzado la civilización seguimos siendo lo mismo que antes, teniendo los mismos problemas existenciales...¡es asombroso! Un abrazo, compadre
ResponderEliminarPor aquí también se creía que una enfermedad resultaba de la 'intromisión' de algún espíritu invasor en el alma de la persona y de ahí la enooorme y rica tradición oral de los pueblos indígenas que, en comunión con la naturaleza, dio origen a una medicina alternativa que no pierde su vigencia hasta el día de hoy.
ResponderEliminarY es de considerar que en la antigua Grecia pasaba algo parecido y de igual manera lo narra Paracelso en sus libros.
¿Será que algo hay de cierto??? No creo que estas apreciacioes se deban desestimar a la ligera, si están presentes en tantas y tan variadas tradiciones ;)
¿No crees amigo?
Lamentablemente, la concepción actual del ser humano lo considera en planos escindidos.... cuando en realidad es una unidad integradora de varios cuerpos...
Como nos lo enseñaron los egipcios.
besos miles...
cuánto se aprende por aqui ;)
Amiga Sinkuenta
ResponderEliminarUno piensa que en cuestiones de tipo espiritual estaba casi todo descubierto hace 5.000 años... Es más, entonces, todo parece sugerir que sabían incluso mas que nosotros. Luego, la Ciencia eclipsó la espiritualidad y los Inquisidores borraron los rastros escasos que quedaban...
Ahora, en muchos sentidos, las gentes -algo cansadas de tanta ciencia que casi no sabemos a donde nos lleva, quizas estarian volviendo la mirada de nueva hacia ciertas formas de espiritualidad: me refieros a los "yogas", meditaciones y cosas "de esas" que enlazan de alguna forma con las creencias mas antiguas...
Un abrazo, querida comadre
Amiga Isis
ResponderEliminarParece que ahora los "sabios" están descubriendo que ese espiritu maligno que produce la enfermedad en el hombre, es el propio espiritu del enfermo...
Parece que cuando nuestro espiritu enferma, nuestro cuerpo lo acusa y se produce la enfermedad.
¿Quien sabe, amiga?
Te envio un fuerte abrazo, Isis
Ramsés,el hijo de la luz, cuyas palabras perduraron en los tiempos,haciéndose eco así de su eternidad.
ResponderEliminarMe gustan mucho esas que quedaron esculpidas y en las que sepone en mano de los dioses:
" Gracias a Seti,gracias a Nefertari,gracias alos íntimos y a los fieles que han trabajado por la grandeza y el brillo de nuestra civilización, he intentado actuar con rectitud para que elpaís fuera feliz.
Ahora que los dioses me juzguen."
Por supuesto las he extraido de uno de los libros que descansan en mi librería, de los muchos que tengo de un egiptólogo que me entusiasma :Christian Jacq
Tengo los cuatro libros que hablan del Gran Ramsés y la magia que conformó su existencia.
Y esto que tú nos aportas, es otro retazo de ese ser que fue dios en la tierra y que como tal se comportó.
Al menos por lo que se lee de los que estudiaron su vida y entorno mágicos.
Hermoso en verdad este texto,Antiqva.
¡Ay la magia, siempre la magia de ese Egipto tan atrayente!
Un placer.
Besos
Amiga Marinel
ResponderEliminarEl texto, mezcla de cuento y de historia, se ciñe de algún modo a lo que dice el jeroglífico que se reproduce en la imagen...
Es decir, esa estela "real" es la que dió pie a la narración.
Pero parece que realmente no se debió de esculpir en tiempos de Ramses, sino que se puso su nombre como -digamos- algo de mas prestigio.
Pero, claro, lo cierto es que nunca sabremos que si no fue, por ejemplo, un error del escriba...
Je,je,je
En todo caso, Ramses II fue un rey fascinante, y los hombres que le sucedieron fueron conscientes de ello.
Un abrazo, querida amiga
Que documento tan valioso y que texto tan deseable para nuestros días. Ojalá y todo fuera tan fácil en las enfermedades, o al memos, tener la fe que antaño tenían.
ResponderEliminarUn abrazo
Amiga Babbilonia
ResponderEliminarLa verdad es que antes, mucho antes, las cosas eran -al menos en apariencia- mas sencillas. Por otro lado, es sabido que existen lo que hoy se denominaban "enfermedades psicosomaticas" que desde el espiritu del enfermo terminan causando enfermedades en su cuerpo.
Los antiguos (que sabían "latín") sabían de estas cosas mucho mas que nosotros, sin duda.
Un abrazo, amiga
Siempre a causado en mi tremendas interrogantes la sabiduria egipcia, incaica, celta, y demas sociedades antiguas, ellos prestaban tanta atencion a las cosas que ahora llamamos sobrenaturales que al final de cuentas son mas naturales que el sol,
ResponderEliminarAmiga Janeth
ResponderEliminarLos egipcios vivían proximos a la naturaleza y pronto recabaron en que es el cielo el que regula la naturaleza. Lo de aquí y lo de allá eran la misma cosa. Todo estaba relacionado.
Eran otras formas de pensar, que hoy llamamos "mágicas" y despreciamos. Para ello lo sobrenatural era tan natural como lo que nosotros llamamos natural.
Un abrazo, amiga
Es curioso amigo Antiqva, como constantemente se han querido resolver las complejas dificultades de la existencia humana y, a mi modo de ver, la experiencia mística siempre se ha caracterizado como protagonista en su consecución.
ResponderEliminarDesconozco si anteriormente, como manifestación, se trata de una simple representación o de una auténtica creencia,
Pero es cierto que despues de tanto tiempo las gentes todavía están lejos de entender tranquilamente la inconmensurabilidad del mundo con todas sus adversidades y es porque suele oponerser a nuestros modo "no natural", artificial o convencional de ver las cosas.
Me ha encantado leer esta narración que como he podido comprobar se presta a interpretarla en varios sentidos.
Abrazo amigo.
Amiga Entreluces
ResponderEliminarEn el Egipto antiguo las "cosas" tenian diferentes niveles de interpretación, en función de los "conocimientos" del lector.
Era una sociedad plena de misterios e iniciaciones y no es por tanto extraño que las cosas pudieran cobrar sentidos diversos, segun la persona concreta que estuviera ante ellas.
Quizas por eso el texto te parezca ambiguo, incluso.
Un abrazo, amiga Entreluces
Muchas gracias Antiqva por la ternura de tu espíritu en tus palabras escritas.
ResponderEliminarInuits
Muy bueno cada uno de los textos que nos inventas;ya sabes, hay que creer que se pueden publicar, como poco, en papiro.
Otro Inuits
Amiga Inuit
ResponderEliminar¿Sabes, amiga, que en INTERNET existen librerias virtuales que publican los libros que uno mismo se haya podido editar...?
Se les envíe el libro en PDF y ellos lo transforman en libro...
Hoy, amiga, casi todo es ya posible... Es cuestion de ponerse manos a la obra... Je,je,je...
Un abrazo, Inuit
Casi nada ha cambiado ¿no es cierto? pócimas, miedo, magos...
ResponderEliminarAy amigo y nosotros que nos creemos tan avanzados...
Un beso, cielete.
Natacha.
Amiga "de las coletas"
ResponderEliminarLa verdad es que en ese sentido, las cosas no han cambiado mucho. En el campo de la ciencia vivimos en otro mundo, pero en el campo de las creencias enraizadas en la espiritualidad ya existia todo en los tiempos pasados. Bueno, existian "mas conocimientos" que ahora...
Un abrazo, Natacha