Una vez que Senptah se ocupó de que la Sala Santa de Imhotep fuese adecuadamente embellecida, tal y como el dios le había pedido, su esposa quedó de nuevo encinta. El hijo varón nació el día en que se celebraba la festividad de este dios venerable y sus padres le pusieron el nombre de Pedibast. Se habían materializado, al fin, los deseos de Senptah y este Sumo Sacerdote y su bella esposa se sintieron felices. Taimhotep tenía entonces 26 años.
Quisieron los dioses, sin embargo, que esa felicidad fuese efímera. Sólo duró cuatro años, ya que la esposa del Sumo Sacerdote, cuando contaba solamente 30 años, habría de fallecer. Pedibast tenía sólo cuatro años cuando el cuerpo momificado de su madre fue enterrado en las arenas del estéril desierto rojo, en la necrópolis de Menfis. Para entonces, su espíritu había volado a los cielos.
Fue entonces cuando Senptah, iniciado en los Misterios de la Vida y la Muerte, tomó conciencia de que en su vida se había cumplido algo terrible de lo que Atum, el Dios Primigenio que lo había creado todo, ya había hablado en la noche de los tiempos. Senptah, arrodillado, orando entre lágrimas ante el cuerpo momificado de su amada Taimhotep, escuchó en su mente las palabras de Atum:
-A los dioses los creé de mi sudor, pero los hombres provienen de las lágrimas de mi ojo…”
Supo así Senptah que alguna ley eterna había establecido que el nacimiento de su hijo Pedibast, que tanto había deseado, tuviera que ser pagado con las lágrimas de sus ojos por la muerte de su amada esposa Taimhotep.
Los hombres que estudian los textos funerarios del antiguo Egipto saben que Taimhotep, en su inscripción funeraria, hizo saber a su esposo que a pesar de que ella había muerto él debía vivir y ser feliz. Le pedía que no dudara en alimentarse y cuidarse. Senptah debía vivir para si y para el hijo que tanto había deseado. Eso era lo que Taimhotep, desde el Reino Celeste, deseaba.
El Sumo Sacerdote, sin embargo, no hizo lo que Taimhotep le había pedido. Sólo un año después su cuerpo habría también de abandonar la vida. Las plegarías de los hombres de Menfis hicieron que su dolorido espíritu ascendiera al Reino Celeste y se integrara en el Disco Solar con Aquel que lo había creado.
Algunas notas
Aneck-Taui, donde estaba situada la Sala Santa en la que reposaba el cuerpo de Imhotep, era un barrio de Menfis.
La inscripción que hemos mencionado sobre la memoria de Imhotep en los libros se conserva en el Museo Británico.
Para la elaboración de este cuento hemos utilizado la información procedente de algunos documentos egipcios antiguos:
De un lado, la Estela de Taimhotep, de tiempos ptolemaicos, que también se conserva en el Museo Británico. Está mujer habría nacido en el año 73 a.C., en el año noveno del reinado de Ptolomeo XII (Neos Dionisios), en tanto que el hijo tan deseado habría nacido en el año 46 a.C., en el año sexto del reinado de Cleopatra VII.
Taimhotep habría fallecido en el año 42 a.C. Su esposo falleció un año después.
Hemos manejado también el texto de la denominada Estela del Sueño. Se trata de una estela de granito que tiene un peso de 15 toneladas. Fue erigida por Tutmosis IV en el año primero de su reinado (hacia 1400 a.C.). La estela se conserva entre las patas delanteras de la Esfinge de Giza.
Hemos llegado a la tercera y ultima parte del cuento de EL SUEÑO DE SENPTAH...
ResponderEliminarQuede constancia de que cuando, buscando informacion sobre IMHOTEP, me tope con la lapida funeraria de Taimhotep no pude sino recapacitar sobre lo mucho que esa mujer habia deseado tener un hijo, y lo poco que vivio una vez que lo consiguió...
Me dije que algun dia tendria que escribir algo sobre ella y las circunstancias que envolvieron esos años de su vida...
Buscando algo que explicara esos tragicos acontencimientos, pense que quizas todo habia sido designio del Altisimo, y por eso introduje en el texto el comentario del Libro de los Dos Caminos al mas alla (Textos de los Sarcofagos) sobre Atum y la forma en que creó a los hombres...
Parece que segun el Demiurgo egipcio, la vida y las lagrimas van unidas...
Recibid un abrazo... Espero que el final no os haya entristecido demasiado... Realmente, eso es lo que sucedió...
Es facil de imaginar la tristeza de vivir sin la persona amada...
ResponderEliminarme voy triste si, pero satisfecha de haberte podido leer.
un abrazo.
Hola, Antiqva:
ResponderEliminarMuy bonito el relato de la última entrega, de la vida y de la muerte.
Eres una fuente de oro, siempre buscando y recopilando información para compartirla.
Un beso.
PD.- Voy a mirar a ver dónde tienes escrito el haiku, que estoy intrigadísima a ver cómo lo has hecho.
Bellísimo relato... se puede morir por amor...
ResponderEliminarAmiga Sargantana
ResponderEliminarLa vida tiene siempre un final triste... Asi es la vida...
Me alegro de recibir tus palabras.
Un abrazo fuerte
Amiga Maria
ResponderEliminarAhora mismo te mando, como anticipo, el haiku en cuestion...
Je,je,je...
¡Que atrevimiento el de uno!
Un abrazo, amiga
Amiga Reina
ResponderEliminarPues si, amiga, aqui tenemos un anticipo de ese "morir por amor"... Parece que en Grecia el Amor era algo inusual. La gente no se unia por amor...
En Egipto, sin embargo, parece que si existiò el concepto de Amor... Al menos, en las fuentes son abundantes las referencias al Amor...
Siempre dicen que las mujeres egipcias fueron mas libres que las griegas...
Un abrazo, amiga
Es bello. Es triste. Se nutre de la ancestral sabiduría, de esas leyes que advierten sobre los equilibrios de Vida y Muerte, de Gozo y Tristeza, que pendulan antes y ahora, para los seres vivos.
ResponderEliminarMuchas Gracias Querido Amigo! Mi Abrazo con todo cariño!
Ah amigo.. No me has entristecido.. Al contrario.. Me has dejado pensando sobre el destino, ese destino inexorable al que Beethoven compuso su 5ta. Sinfonía y que se puede casi 'ver' entre esas notas, cuando arrasan con toda la fuerza de lo inevitable que ya está escrito..
ResponderEliminarPues esas notas han resonado en mi mente mientras leía tu bellísimo cuento. No podemos, no somos capaces de entender los designios divinos porque nuestro humano entendimiento no abarca la totalidad de la vida y de la muerte, sino tan solo esos efímeros parpadeos de existencia que siempre son escasos e ínfimos para acceder a la comprensión de los Misterios Mayores...
No obstante, nuestra alma se maravilla y recuerda su origen cuando se encuentra con estos cuentos que contienen mucho más de lo que dicen y que tan solo nos dejan ver el atisbo de lo aquello que, quizá, algún día entendamos...
Hermoso como siempre mi querido amigo.. Tus palabras siempre son alimento para el espíritu..
un abrazo inmenso!!! Te he echado mucho de menos ;)
sudor y lágrimas, vida y muerte...tierra y cielo?
ResponderEliminarla vida es efímera, no así este amor.
afortunadamente tus letras no lo son.
mil besos*
(leí en los comentarios algo sobre haikus...dónde hay kaikus...o estoy tan loca que no los recuerdo?)
"A los dioses los creé de mi sudor, pero los hombres provienen de las lágrimas de mi ojo…”
ResponderEliminarQue palabras impresionantes, el dolor es vehiculo de aprendizaje sin duda, las madres siempre anteponemos los hijos a nuestras propias vidas si es necesario amigo mio sin dudar, es algo que esta inscrito en nuestro ser maternal, el relato es bellisimo mi felicitacion y mi agradecimiento por poder estar aqui, y leerte
Amiga Susana
ResponderEliminarUno siempre tiene la sospecha de que nuestras vidas son de "cristal", que todo pende de un hilo invisible, y que nunca llegaremos a entender las leyes que rigen el funcionamiento de esos hilos.
Recibe un fuerte abrazo
Querida Isis
ResponderEliminarNuestra vision de la vida es muy limitada... Solo vemos lo que esta "pegado" a nosotros... Algunos pueden intuir "otras cosas", pero la inmensa mayoria de los mortales solo vemos lo que esta pegado a nosotros, y ante circunstancias como las indicadas en el cuento no es posible comprender el significo de la vida.
Los misterios de la vida y la muerte... Eso es lo mas singular de Egipto, por eso Egipto nos atrapa tanto...
Recibe un abrazo, Isis
Gracias, "alocada" Rayuela, por tus palabras... Sin duda, todos quisieramos que algo de nosotros trascendiese... Al menos, algunas de nuestras palabras...
ResponderEliminarPero... Ya se sabe...
Con respecto al haiku, sucede que tras una conversacion con Maria me decidi a escribir uno... Ya mismo lo publicare (si la verguenza me deja, claro... Je,je,je...)
Un abrazo, amiga
Amiga Janeth
ResponderEliminarEsas palabras se integran en el Libro de los Dos Caminos (al mas alla) que forma parte de lo que se conoce como Textos de los Sarcofagos (un antecedente de lo que luego seria lo que nosotros llamamos el Libro de los Muertos, que los egipcios llamaban Libro para salir a la Luz...
Insertar ese fragmento de los Textos de los Sarcofagos en el contexto del cuento es una licencia que uno se puede permitir ya que, a fin de cuentas, se trata de un cuento.
Recibe un abrazo, amiga
¿Qué habrá sido de Pedibast, ojo del dios, lágrima humana?
ResponderEliminarLlegamos al fin del cuento, gracias ANTIQVA por estos momentos mirando atrás y cerca, porque las vidas de Imhotep, de Taimhotep, la de dulce esposa, son nuestras, mismas risas e idénticos llantos nos conmueven.
Déjanos más aromas del Nilo, si puedes, amigo.
Pero no lo dudes, en Grecia existió amor, entre hombres y mujeres, entre hombres, entre mujeres, no importa lo que cuenten según que crónicas, piensa en Penélope, en Apolo enamorado de Narciso, piensa en Péricles y Aspasia, piensa en Alejandro y...en Safo y... piensa que el amor ha sido y es, siempre y en todo lugar.
amigo: vengo a dejarte un abrazo deleitándome con este relato.
ResponderEliminardesde mi primavera a tu otoño
Yo no he visto triste, me ha gustado tu interpretación novelada en base histórica. Si me conoces un poco, sabrás que lo primero que he leído ha diso el final-final... a ver las notas!!!
ResponderEliminarGracias, un placer. He releído de nuevo los tres fragmentos para poder saborear mejor el final.
Un abrazo. Acuérdate mañana de mirar la luna más brillante del año.
Claro que el Amor ha debido existir siempre... Y, sobre todo, la pasion erotica... Pero el matrimonio por amor parece que no era lo normal en Grecia, a eso me referia, amiga...
ResponderEliminarTengo en mente otro cuento sobre El fantasma del Valle de los Reyes... Pero de momento, sigue en el tintero, a medias.... Algun dia saldra...
Un abrazo, amiga
Gracias, amiga Susuru, por tus palabras y por ese abrazo... ¡Que la primavera os resulte bellisima, amiga!
ResponderEliminarAmiga Veronica
ResponderEliminarTendrias que cuidarte un poco... No sea que esa pasion por las fuentes tenga algun efecto secundario adverso...
Je,je,je...
A mi tambien me gusta indicar, en los cuentos de tipo historico, si existe alguna base en la que uno se haya inspirado, y en este claro es indudable su existencia, ya que se ha conservado la estela funeraria de la mujer, y por otro lado, la denominada "Estela del Sueño", de otro momento historico muy distinto, es bastante conocida.
Recibe un abrazo, Veronica, y gracias siempre por tus palabras
ANTIQUA amigo, los matrimonios por conveniencia existían en Egipto, Grecia, Roma...sobretodo entre las clases altas, medias. El pueblo llano, hasta en Grecia se juntaba o se casaba, a veces, !gracias, Eros y Venus! por amor, se daba el caso. ¿Amor pasonial, amor conyugal, amor erótico, amor romántico? A veces me cuesta catalogar los amores.
ResponderEliminarPerdona, donde dije Narciso quise decir Jacinto, me confundí de flor.
A ver cuando aparece ese fantasma del Valle de los Reyes, que sea pronto, no lo dejes amigo, en el tintero, convócalo desde las sombras que vea la luz de Ra.
!Salve! y un besito.
Amiga Veronica
ResponderEliminarLo mejor es cuando todos los amores (el pasional, el conyugal, el erotico, el romantico...) se unen en uno solo, en un puro Amor.
Eso, sin duda, es lo mejor.
Con respecto al "Fantasma", en ello estamos, lo que ocurre es que uno es imprevisible... De hecho, llevo meses en la "cosa", pero de repente van surgiendo otras ideas y....
Je,je,je...
Un abrazo
Ay, amiga, que no era a Veronica a quien me dirigia ahora...
ResponderEliminarVeras, amiga Natalia, que es cierto que uno es imprevisible...
Mil disculpas, y otro abrazo, de paso...
Hola, amigo:
ResponderEliminarVengo a desearte un feliz día.
Un beso.
Querido amigo.
ResponderEliminarLa única ventaja de mis problemas con la plataforma de blogguer en estos días es que aun llegando tarde he disfrutado del cuento de un solo tirón.
Ya entiendo aquello que me comentabas en la primera entrega cuando te dije que un hombre que ostentaba tanto poder poco ya podía perdir(algo más o menos así pensé),no basta los privilegios de la vida,los deseos más caros pueden tener un precio muy alto,lo más deseado nunca llega completo," la vida y las lágrimas van unidas..."
Precioso cuento con esas referencias (a Textos de los Sarcófagos ),se mezcla la historia,la leyenda y la fantasía.,que solo domina quien conoce del tema.
Muy bello trabajo!!!!
Un abrazo!
Triste final que nos hace reflexionar que el llanto y el dolor también está hecho para los dioses.
ResponderEliminarEscenificas tan bien que uno se mete dentro del cuento.
Mis felicitaciones por tu trabajo de documentación.
Un abrazo
Amiga Maria
ResponderEliminarRecibe un abrazo y mis mejores deseos para este dia...
Gracias siempre por tus palabras.
Amiga America
ResponderEliminarSi me dijeran que solo podria salvar de la hoguera una pequeña parte de las cosas que he ido escribiendo, diria -sin dudar- que se salvaran los Cuentos Egipcios... Pretendo, como bien dices, unir historia y fantasia... A veces, para quedarse uno "tranquilo", la historia no basta, es preciso añadir un poco de fantasia... En otro caso, como que la vida no se completa del todo...
Un fuerte abrazo, amiga
Amiga Verdial
ResponderEliminarLa verdad es que en los Cuentos Egipcios uno intenta que todo lo que se dice sea cierto (en terminos historicos) o que si no lo es (es decir, se fantasea) pudo sin embargo haberlo sido... Es decir, que si no fue pudo haberlo sido...
Cuando añado "cosas" que no son propias "de lo egipcio" intento aclararlo luego en las notas finales.
Un abrazo, querida amiga
Interesanta temática, me encanta. Vuelvo hacia atrás para leer desde el principio. Ay, Egipto...
ResponderEliminarGracias, Odiseo, por tus palabras... Paso a verte...
ResponderEliminarHas manejado información de la posteridad,pero tú has sabido insuflarla de tu espíritu de siempre, de tu capacidad de escribir en clave egipcia,con ese lenguaje tan especial que utilizaban y grabaron para la eternidad.
ResponderEliminarEs un lujo leerte estos y todos los cuentos,egipcios o no.
Cuan poco duró la felicidad de esta mujer al tener a su anhelado hijo.
Besos.
Amiga Marinel
ResponderEliminarTu que viviste los primeros Cuentos Egipcios, cuando comence a escribirlos hace unos años, sabes bien que su singularidad principal es que de algun modo intento hacerlo como lo haria un egipcio antiguo, es decir utilicanzo sus palabras y su manera de escribir.
Bueno, eso es lo que intento, Otra cosa es que lo consiga o no.
Un abrazo, amiga