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miércoles, 28 de septiembre de 2011
Blues for mama
Por aquellos tiempos apareció en el barrio un chico negro que iba siempre de un lado para otro con una guitarra en la mano. Hablaba una lengua desconocida de modo que nadie pudo averiguar quien era o de donde venía. La gente de la calle solía darle algo para comer y los jóvenes, de vez en cuando, le invitábamos a un café o le dábamos tabaco. Alguien, sin aclarar las razones, dijo que era brasileño, pero la sospecha se desvaneció cuando Jesús, el tendero de los ultramarinos, afirmó que en Brasil la gente hablaba portugués y el muchacho no parecía expresarse en ese idioma.
El chico llegó en Semana Santa y entonces, durante los días más sagrados, entre el jueves y el domingo santos, la policía vigilaba que los cines, los bares y los lugares de ocio estuvieran cerrados, de modo que a los jóvenes solo nos quedaba el recurso de refugiarnos a jugar a las cartas en el secreto de alguno de los cuartos escondidos de los bares del barrio. Parecía que el bar estaba cerrado pero bastaba con llamar disimuladamente a la puerta para que al poco alguien la abriera. Allí, en un rincón, el chico negro, dejaba pasar las horas tocando “blues”, mientras los demás, envueltos en nubes de humo, saboreábamos copas de brandy, fumábamos cigarrillos y jugábamos al julepe.
Todavía hoy, en mi mente, pasado tanto tiempo, la Semana Santa sigue evocando interminables partidas de cartas, que se prolongaban durante muchas horas, hasta que llegaba la madrugada. Mientras, afuera, en el mundo real, ignorantes de los antros ocultos, los pasos penitenciales de Gregorio Fernández o de Juan de Juni, tan bellos como dramáticos, inundaban de misterio las calles de Valladolid.
A pesar de que entre las partidas yo solía hablar con el chico negro e incluso él accedió a enseñarme algunos compases, lo cierto es que nunca supe como se llamaba. Supongo que no era algo importante en aquellos momentos. Luego, cierto día, sin más, dejó de aparecer por el bar y tampoco se le volvió a ver en el barrio. Posiblemente se esfumó, arrastrado por los mismos vientos que lo habían traído quien sabe de donde.
Desde entonces, influenciado por ese chico, me he sentido atraído por esos desgarros del alma que son el “blues”, una música inusual en la España imperial de entonces.
Os invito a escuchar el “Blues for mama” de Nina Simone… A mi me encanta sentir como la voz de esta mujer se funde con la melodía, mientras los ritmos de los “bajos” lo impregnan todo…
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a menudo ocurren cosas a nuestro alrededor que no valoramos excesivamente y en cambio dejan una profunda huella en nosotros
ResponderEliminarun saludo, amigo mio
realmente una musica especial y relajante
ResponderEliminargracias
Dios, me encanta esta música!
ResponderEliminarY Nina, por supuesto!
Gracias amigo, a ver si algún día la pongo en Duermevela de fondo...
Si ya me vienen a la cabeza fotos para este Blues...
Besos!
Vaya que este post me ha encantado.. creia al principo que era "un relato", pero no es tu relato... y me ha gustado el triple.
ResponderEliminary la música hace sentir amigo, no es que te sientas atraido, es que se sienten muchas cosas con esa música..
que bello lo que lei..
no sabía que de verdad eras un pirata....
y bueno en otro orden de cosas..
he venido a conocer a su "abusaor...personal"
si ese tan besucon, que dice piropos.. todo el rato..
necesito de sus servicios un ratito.... cada mañana..ja, ja,ja, ja..
que no se olvide..
y que le diga a mi criado.. en cuanto estima sus honorarios.
Besos.... muchos y sinceros..
P.D.
La verdad es que despues de leer los comentarios de hoy en mi blog... se me quitan las ganas de cerrarlo..
digalé.. que
Nina Simone: me encanta!
ResponderEliminarmagnifica entrada...
ResponderEliminary una delicia el blues es una musica que me cautiva y me hacen sentir un algo muy especial en mi interior..
hay que sentirlo no se puede explicar!!
Besos Y Sonrisas me encanto!!
¡Qué buena música! Me encanta el blues. Imposible no sentir su ritmo hurgando en esos recuerdos que nos marcaron para siempre el alma...
ResponderEliminarBesos
Los blues son fantásticos, por esas voces negras tan marvillosas, y tu cuento es muy bueno, me voy preguntándome será real o será solo un cuento?
ResponderEliminarMe ha encantado.
Un abrazo.
El melódico blues lleno de humo de y de recuerdos.
ResponderEliminarMuy bello Antiqva, me metí dentro del relato y de tu cabeza.
Gracias por compartirlo y de una forma tan bella.
Besos.
Cosas que el viento trae y el viento lleva... A veces, dejan huellas invisibles, pero también imborrables.
ResponderEliminarComo el sentimiento que me despierta el Blues.
Gracias por compartirlo.
Un beso, Antiqva.
Linda historia, el blues es una melodia que me impresiona siempre por los tonos entre tristes y dramaticos, la musica negra me encanta, siempre me gusto mucho por que creci con ella, en mi casa mi mamá era una fanatica, asi que siempre esta fresca en mi entorno....
ResponderEliminaramigo, me trasladaste en tiempo y espacio...
ResponderEliminary adoro a Nina Simone!
mil besos*
Te leo con Nina, es especial su voz
ResponderEliminarSiempre hay quien llega, se está un poco y luego sin que uno se dé cuenta, el viento, o la nada, se lo llevan.
Pero no todo se va, tú recuerdas al chico sin nombre, y sus blues
Me cuidaré, amigo Antiqva; gracias por tus palabras allí
Un beso
Cuidate tú también, ¿si?
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=t-MshZlzjNs
Abrazo, Antiqva
Hay personas que nos dejan una huella imborrable al paso de los años. Esa clase de personas que -para los demás- no son importantes pero que a nosotros nos ha marcado un estilo de vida... y de muerte.
ResponderEliminardos abrazos admirados, amigo
¡Me encanta el blues! No sé por qué no termino de tomarle el gustito a su hermano, el jazz.
ResponderEliminarEn cualquier ratito te hago un compilado de lo que nosotros llamamos blues local (argentino) y te lo hago llegar. Te va a gustar con seguridad.
Como siempre un placer haberme pasado de nuevo por tu casa. Las cosas que nos dejas, siempre tan geniales.
ResponderEliminarSaludos y buen fin de semana.
Tu relato se lleva de maravillas con el blues elegido. Hay algo en esa música, nacida en el dolor de los esclavos en los campos de algodón y tabaco, hay algo de su sangre, de su libertad perdida, de sus ilusiones. Es música que le habla directamente al alma, Querido Amigo.
ResponderEliminarPreciosa entrada, Muchas Gracias! Un abrazo!
Has recreado perfectamente el ambiente de tu texto con ese tema “Blues for mama” de Nina Simone...Es fácil dejar que las imágenes se formen en nuestra imaginación,un momento mágico.
ResponderEliminarUn abrazo.