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martes, 27 de marzo de 2012

El casco de un rey

Imagen de Internet



Cuando las gentes supieron que el hijo de su rey había sanado un sentimiento de gozo embargó el espíritu de todos. Orisón, pleno de felicidad quiso mostrarme su gratitud. Me dijo que estaba en deuda con el mago que había sido enviado por el Príncipe de Sais y que cualquier cosa que le pidiera él me la otorgaría. Le hice saber entonces que Psamético, mi Príncipe, me había ordenado realizar el viaje para pedir al Rey de Tartessos que le fabricara un magnífico casco de bronce, que fuera envidiado por los propios dioses. En un sueño profético Amón, el Gran Dios, había transmitido a mi Señor que portando ese casco en su cabeza llegaría a reinar en la Tierra Negra.

Orisón me dijo:

-Mago que has llegado de las lejanas tierras del levante debes saber que me siento feliz al contemplar que Norax, gracias a tus conjuros, ha sanado de las quemaduras que le infirió el Dios de las Tormentas. Me dices que tu Príncipe, para cumplir los vaticinios de su dios, precisa de un casco de bronce como el que nunca haya sido visto por los ojos de los hombres. Yo me ocuparé de ello. Yo ordenaré a los alquimistas de mi palacio, a los hombres que funden y modelan el cobre, el estaño, el oro y la plata, que fabriquen para tu Señor un casco que nunca nadie haya soñado poseer. Utilizarán para ello el cobre que extraemos de las montañas de la Sierra Negra de Corduba y el estaño que compramos a nuestros aliados en la isla de Albión. Ordenaré que ese excepcional casco de bronce esté fabricado antes de que pasen treinta días.

La promesa de Orisón se cumplió y antes del plazo indicado nuestra nave abandonó el puerto de Tartessos. Tras presentar de nuevo nuestros respetos a los sufetes de Gádir dejamos atrás las aguas del Océano y las Columnas de Atlante e iniciamos el regreso a las tierras fértiles del valle del Nilo. Orisón, agradecido por los presentes que le habíamos entregado y por haber sanado a su hijo quiso, además de entregarnos el casco de bronce que Psamético habría de usar, regalarnos una cantidad tan inmensa de oro y de plata que una vez abarrotadas las bodegas de la nave decidió Albaal, con la plata que sobraba, fabricar unas nuevas anclas.

Cuando llegamos a las tierras del Nilo fuimos recibidos por el Príncipe, que manifestó su deseo de conocer si nuestra misión había tenido éxito. Cuando contempló el casco de bronce que habían fabricado los alquimistas de Tartessos se sintió feliz y me brindó su gratitud. Me hizo saber que en agradecimiento por haber logrado que se hiciera realidad todo aquello que él había deseado en su corazón ordenaría que se construyera para mi la más bella tumba que nunca los hombres hubieran visto en la Ciudad de la Muerte de Sais. Él, me dijo, ordenaría que los mejores constructores, canteros, carpinteros y pintores trabajaran en esa tumba y los sacerdotes lectores del templo de Amón se ocuparían de que mi Casa de la Eternidad estuviera revestida con palabras de poder que habrían de permitirme transitar, cuando me llegara el momento de la muerte, libre de preocupaciones, por el Inframundo y arribar en estado de bienaventurado al Reino Celeste de Amón.

En aquel tiempo sucedía que la Tierra Negra, tras haber sido liberada de los asiáticos, seguía sin ser regida por un rey. El país estaba dividido en doce partes que habían sido atribuidas a los doce príncipes más poderosos. Estos doce señores se habían dado entre si una ley que debía ser fielmente cumplida. Ante todo, se habían prometido que no habrían de guerrear entre ellos sino que debían contentarse con lo que cada uno tenía y debían esforzarse por mantener vínculos de amistad entre sus principados. Habían pactado que ninguno de ellos ansiaría ser el rey de los otros.

Sin embargo, mientras yo, Meriamon, capitán de marinos, navegaba a Tartessos había sucedido que el oráculo del dios Amón había hecho saber a los príncipes que era su deseo que el gobierno de la Tierra Negra fuera para aquel dodecarca que usando una copa de bronce hiciera libaciones a la divinidad en el templo de Ptah. En ese momento nadie había sabido interpretar el significado del oráculo, pero todos eran conscientes de que Amón quería que los hombres supieran de su deseo de que la Tierra Negra fuera de nuevo regida por un solo hombre, por un nuevo faraón...

15 comentarios:

  1. y el nuevo faraón será....

    en un momento vino a mi memoria un verso de Borges: "le enseñó los principios de la alquimia".


    fascinada con tus relatos históricos

    abrazos, amigo*

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  2. Hay magia en la historia, en las palabras y en esa imagen que es espectacular.... :)

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  3. Grande es la generosidad de Orisón y prodigiosas las artes en forjar metales de sus magos alquimistas que funden cobre, estaño, oro con el estaño de la que será llamada pérfida Albión (Inglaterra) en futuros tiempos. No cabía esperar menos de un Señor de Tartessos la mítica abundante en toda riqueza.

    Ha de cumplirse el oráculo de Amón, y beberá Pseamético en copa de bronce para alzarse como Faraón, dueño de la doble corona, unificador de la Tierra Negra, después de las nefastas invasiones de los asiáticos venidos del poderoso reino asirio.
    Ahora, junto al fiel Meriamon, jústamente recompensado por su Señor con la tumba rícamente decorada, debidamente protegida con las palabras que permiten en viaje al Reino Celeste, aguardamos los acontecimientos mediante los cuales ha de hacerse realidad la reunificación de los doce nomos bajo un uníco poder, bendecido por Amón y Horus.

    ¿Volverá la Tierra Negra a ser la gloriosa potencia de antaño? Que así se cumpla, !oh! relator escriba oráculo que nos deleitas con esta bellísima y remota historia.

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  4. Psamético se erigirá en faraón, el mejor de los dodecarcas y usará su yelmo alquímico -supongo- para hacer las libaciones a la divinidad del Templo de Path ¿Pero cómo logrará hacerse con el poder?

    Espero ansiosa la continuación, Antiqva.

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  5. La alquimia, la sabidría, fuerza y riqueza, son las que imperan en la historia de ese tiempo.
    Y siempre ese dominio, de los Dioses sobre el hombre.
    El cual en todos los tiempos ofrece sacrifios a sus Dioses, incluso en los tiempos de hoy, lo que nos regalas es muy interesante. Gracias.
    Un abrazo.
    Ambar.

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  6. Hermosamente esta quedando el desenlace de tu historia amigo, ya me pica la curiosidad de saber quien sera el nuevo faraon de la Tierra Negra. espertare pacientemente tu nueva entrega,....

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  7. Vaya regalo que le han dado a Meriamon..una ¡bella tumba! ups..por más bella que esté no deja de ser una tumba... cierto que él merece un regalo, pero me hubiese gustado que ese regalo hubiera sido algo que él pudiera haber disfrutado en vida..

    Buen fin de semana amigo
    Besitos.

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  8. Regalar la mas bella tumba,puede resultar estremecedor hoy en día,pero en el contexto de tu relato es una linea que demuestra la máxima recompensa.
    Te voy siguiendo en tus relatos magistrales.

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  9. Amigas, en Egipto la tumba era la Casa de la Eternidad... Una tumba regalada por el faraón, y cuidada por los sacerdotes funararios que solian quedar afectos a las rentas de alguna propiedad, era un reconocimiento excepcional.

    En el "Cuento de Sinuhé", que fue escrito en los tiempos del antiguo Egipto, ya se menciona que Sinuhé, cuando retornó de su exilio en las tierras asiaticas, recibió del faraon reinante el regalo de una tumba magnifica.

    Un abrazo y gracias a tod@s por vuestras palabras

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  10. Coraza entera, en pan de oro.

    Saludos y buen fin de semana.

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  11. Hola amigo ANTIQVA.
    Gracias a tí, por regalarnos partes de una historia tan interesante, tengo ganas de saber como va la historia, Señor Mago.
    Un buen Domingo y un abrazo.
    Ambar.

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  12. Ambar, tranquila que ya solo queda una entrega, la última, que lanzaré en unos dias...


    Un abrazo fuerte

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  13. Ir de tu mano por estos remotos caminos, es un viaje imperdible.
    Aún con dificultades con el tiempo tirano, sigo tus letras Querido Amigo y aprendo junto a Vos.
    Mi cariñoso abrazo y felicitaciones por este excelente trabajo!

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  14. Ya me quedé con ganas de conocer el final, y saber quien será el faraón de la Tierra Negra.
    Buen relato, Antiqva, me da pena penita llegar al siguiente, porque sé que es el último, pero bueno, otros habrá, igualmente bellos y misteriosos, ¿a que sí? :)
    Gracias por compartir tus letras y tu mirada.
    Abrazos, querido amigo
    Y buenos días para ti

    Ío




    ((me alegra sobremanera ver que ya existe, nuevamente, la opción de suscribirse a los comentarios; también he consultado con un entendido en materia blogger y me ha comentado que mis problemas se deben al redireccionamiento que ahora sufren los blogs, eso de que dependiendo donde se abran se añada, por ejemplo, /es, o /arg, o /col, etc etc
    Un lío, amigo mío, un lío, que espero se vaya deshaciendo poco a poco))

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Gracias, siempre, por tus palabras...