En 1570 los Padres Jesuitas pusieron en conocimiento de la Santa Inquisición que según ciertos informes cincuenta mujeres de Montilla tenían conocimientos mágicos y los ejercían como hechiceras y embaucadoras de almas. Los inquisidores actuaron rápidamente pero quedaron decepcionados al comprobar que la información de los Jesuitas era desproporcionada. Solo se pudieron llevar presas a Córdoba a seis mujeres. El revuelo que se había formado en el pueblo había sido exagerado. Una de las mujeres encarceladas fue Leonor Rodríguez “la Camacha”. Con ella se llevaron a Isabel Hernández “la Lozana”, Catalina Rodríguez, Mayor Díaz, Isabel Martín y Mari Sánchez “la Coja”.
En aquellos tiempos todos sabían en Montilla que “la Camacha” era una mujer de armas tomar. Tenía un patrimonio saneado ya que había heredado de su madre dos tiendas y un mesón y además obtenía unos pingues beneficios ejerciendo como auxiliadora de incautos. Se cuchicheaba que la mujer, que había nacido en 1532, había causado la locura y la pronta muerte de su propio esposo, un labrador llamado Antón Gómez de Bonilla, al no compartir este su interés por las artes del diablo. Se decía también que había tornado igualmente demente a uno de sus hijos cuando supo que este se había apropiado de cien ducados del patrimonio familiar.
“La Camacha”, además de hábil hechicera que conocía los ritos para convocar a los demonios, era una mujer que manejaba con soltura los dineros que percibía por sus servicios, de modo que con esos beneficios venía mostrando gran destreza en el arte de la compra y venta de fincas. Muchos sospechaban que en los tratos que hacía con las gentes, la bruja contaba con el auxilio del demonio, de modo que todos la temían y no pudieron sino suspirar con alivio cuando los inquisidores se la llevaron presa...
En aquellos tiempos todos sabían en Montilla que “la Camacha” era una mujer de armas tomar. Tenía un patrimonio saneado ya que había heredado de su madre dos tiendas y un mesón y además obtenía unos pingues beneficios ejerciendo como auxiliadora de incautos. Se cuchicheaba que la mujer, que había nacido en 1532, había causado la locura y la pronta muerte de su propio esposo, un labrador llamado Antón Gómez de Bonilla, al no compartir este su interés por las artes del diablo. Se decía también que había tornado igualmente demente a uno de sus hijos cuando supo que este se había apropiado de cien ducados del patrimonio familiar.
“La Camacha”, además de hábil hechicera que conocía los ritos para convocar a los demonios, era una mujer que manejaba con soltura los dineros que percibía por sus servicios, de modo que con esos beneficios venía mostrando gran destreza en el arte de la compra y venta de fincas. Muchos sospechaban que en los tratos que hacía con las gentes, la bruja contaba con el auxilio del demonio, de modo que todos la temían y no pudieron sino suspirar con alivio cuando los inquisidores se la llevaron presa...
Continuará...
ResponderEliminar.../...
Me encantí. Espero la 2da parte.
ResponderEliminarTe invito a escucharme en mi propio blog.
besos y abrazos amigo!!!!
Me gustaría saber a cuántas mujeres habrá condenado la Inquisición, cuyo único delito, por muchos demonios que quieran meter de por medio, sería que deseasen vivir su vida con una cierta libertad e independencia de los hombres, algo inadmisible en aquellos tiempos.
ResponderEliminarLa Historia está plagada de injusticias y vejaciones de todo tipo que las mujeres de todas la épocas han tenido que soportar cuando han querido levantar la voz, o realizar sus sueños.
Un abrazo, amigo.
eso me estaba temiendo...estare alerta
ResponderEliminarbesicos
grande la Camacha!no creo que a la inquisición le sea tan fácil lidiar con una mujer así...y que el pueblo no respire tan aliviado...(parece que yo escribiré el próximo capítulo, perdón amigo, me quedo quieta y espero...)
ResponderEliminarun abrazo*
espero...
ResponderEliminarhola amigo ya sé que hace mucho tiempo que o vengo a verte ...no te he olvidado es que el tiempo de los hombres grises a veces nos engulle.
Como estás? hoy queria darte un abrazo
Esperaré la segunda parte...promete!
ResponderEliminarBravo por la Camacha
Una preciosa imagen, me encanta el encuadre que le has dado, necesariamente la mirada sigue ese punto de fuga.
Gracias por tus visitas y comentarios
Bs.
Ahhhhhhhhhhhhhhhhh, qué foto tan bonita, Arntiqva!!!
ResponderEliminarUauuu, es que me encanta ehhh, estos callejones me parecen toda una revelación de las pequeñas costumbres de los lugares. Yo aunque no suele publicarlos los hago muchísimo.
Me encanta, que sepas que me encanta.
un beso
Ayyyyyyy, qué interesantes argumentos prestó la brujería, para los negocios! Los demonios fueron tan usados y gastados!
ResponderEliminarEspero con mucho entusiasmo la próxima entrega, Jajajajajà! sabés cuánto disfruto estas historias!
Abrazotes mi Querido Antiqva!
La camacha, suena como una mujer de armas tomar, lastimosamente a debido morir en manos de la inquisicion de una forma horrible, las mujeres de ese tiempo, que forjaban su independencia y su derecho a pensar libremente no eran muy bien vistas por aquellas epocas, lo que me sorprende es que habian muchas y que lastimosamente eran atrapadas y asesinadas por la terrible inquisicion, espero la segunda parte
ResponderEliminarY es que en aquella época,nada peor que una mujer con dotes de mando;de mente despierta y con arredros suficientes para sacar adelante un patrimonio familiar.
ResponderEliminarCosa de hombres,¿no?
Mejor pensar que es bruja y dejarla en manos de aquellos que tanto daño hicieron.
Por cierto,la Inquisición encarcelaría hombres acusados de brujería?
Tú que sabes de todo, lo sabrás.Yo reconozco que ahora no caigo en ninguno.
Vendré a por la segunda.
:)
Besos,amigo mío.
La historia de la mujeres, en general, es una historia de ignominia e injusticia.
ResponderEliminarY... ¿sabes? no han cambiado tanto las cosas... ahora no las matan los dominicos, aunque religiones, siga habiendo en ese "trabajo" y para escoger... pero siguen muriendo por el mismo motivo... por querer ser libres. El mundo sigue lleno de "Camachas!, amigo.
Y me encanta esa foto. Es magnífica.
Abrazos.
¡Qué belleza de blog! Y además con esas fotos de Córdoba, tan bella. Me hiciste revivir mis viajes...ainsss ¡que emoción!
ResponderEliminarNo encuentro por dónde debo seguirte! Pero ya te sigo!!!
Te invito a conocer los mios, será una placer verte por alli.
Un abrazo desde Buenos Aires
que cosass y como eran los jesuitas tammbién hahhaahah.
ResponderEliminarYo si quieres me pinto la cara me pongo los zapatos y hago de payaso para tí...ya lo hice para los niños...hace tiempo pero eso no se olvida...para que te animes lo que sea.
un besín
Una preciosa fotografía, me encanta ese rincón.
ResponderEliminarUn beso.