Páginas
jueves, 21 de abril de 2011
LOS CAMINOS DE ROMA
Hace unos días un grupo de amigos, amantes al igual de la arqueología y la naturaleza, llevamos a cabo un recorrido por la calzada romana del Pretorio, que unía la ciudad de Córdoba con algunas de las minas de cobre de Sierra Morena.
La calzada del Pretorio, que no es mencionada en ninguna de las fuentes literarias romanas que se ocupan de estas cuestiones (Itinerario de Antonino, Anónimo de Rávena…) arrancaba de la Puerta Pretoria de la Colonia Patricia Corduba, actual Puerta del Osario, en la plaza de Colón, para abandonar la ciudad por la avenida del Brillante desviándose después por lo que hoy conocemos como Sendero de la Traición hasta arribar al punto kilométrico 14,5 de la carretera de Villaviciosa y dirigirse desde allí al valle de los ríos Guadanuño y Guadiato, en donde se conservan dos magníficos puentes: el primero de época romana, que cruza el Guadanuño, y el segundo, andalusí, que atraviesa el Guadiato.
Las fuentes arqueológicas confirman que a la salida de nuestra ciudad la calzada estaba enlosada. En el tramo que se ha conservado, que arranca de las inmediaciones de El Cerrillo, en la zona del Hospital de los Morales, se puede apreciar que la base de calzada se adapta a la roca madre, en la que está encajada. Llama la atención que en esa roca madre es frecuente encontrar vestigios de fondos marinos fosilizados, que nos hablan de los tiempos en que Sierra Morena estaba en el fondo de un inmenso océano.
En su estudio sobre las calzadas romanas de nuestra provincia, Enrique Melchor Gil indica que este camino unía la ciudad de Córdoba con una serie de minas de cobre y de plomo argentífero, situadas en el entorno de los ríos Guadanuño y Guadiato, que habrían sido explotadas durante los siglos I y II después de Cristo.
En diversos momentos del recorrido pudimos apreciar algunas de las singularidades constructivas de las calzadas romanas, de acuerdo con lo que autores como Vitrubio o Ulpiano nos han transmitido. Los expertos que nos acompañaban tuvieron también ocasión de hablarnos de las singularidades de la minería del cobre en nuestra provincia, dado el uso minero que los romanos dieron a esta ruta que va ascendiendo el escalón que suponen las estribaciones de Sierra Morena.
La actividad la llevamos a cabo una atractiva mañana de primavera. Durante el recorrido, la señorita C. tuvo continuas ocasiones de admirar, entre suspiros, la magnífica decoración floral, sobre todo de jaras pringosas, que nos iba acompañando.
Imagen: Antiqva Photo
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay nada tan apasionante como el ver y palpar los restos escondidos o camuflados de otras civilizaciones anteriores. Para mí, cuando más anteriores mejor, pero no de la Prehistoria o la Protohistoria, me quedo en los cimientos de la escritura o los símbolos abstractos, como los dibujos de los petroglifos, por ejemplo.
ResponderEliminarHay más fotos ilustrativas?
Un abrazo y feliz jueves.
Fascinante tu paseo, imaginar Sierra Morena sumergida.
ResponderEliminar¿Por qué se llamará "Sendero de la Traición"?, seguro que hubo alguna historia truculenta.
¿Cómo es la señorita C?, me gustaría verla por un agujerito.
Muchos besos Antiqva, a seguir disfrutando.
¡Que paseo tan interesante!Hummmm, yo creo que la señorita C. suspiraba...pero no por las flores,jeje!
ResponderEliminarBesos
Hermosa travesía amigo, recorriendo senderos tan antiguos, me imagino que historias fantasticas contarian....
ResponderEliminarQue bonito es saber historia, te amplifica hasta límites insospechados lo que entra por los sentidos para así poder disfrutarlo en toda su inmensidad.
ResponderEliminarSaludos.
¡Qué suerte! Ya hubiera querido disfrutar yo de ese recorrido,tan bien acompañada e informada, por muchas jaras pringorasas que se me hubieran interpuesto en el camino. Un abrazo muy fuerte.
ResponderEliminarQue buena pinta tiene ese sendero, aunque tengo la sensación que caería por ahí, peor bueno sientan bien estos paseos.
ResponderEliminarBesotes.
Anda que no aprendemos contigo ni ná! Yo tenía ni ideaaaa. Tuvo que ser un recorrido muy interesante pero para hacerlo hay que estar en forma, como se ve que estáis vosotr@s.
ResponderEliminarPreciosa foto!
Un abrazo
Conchi
Y sigue lloviendo...
Calzada romana, historia buenos amigos, jaras.. y la señorita C.
ResponderEliminarno te quejarás...no ..??
seguro que solo se fijó en las jaras?????.
besitos ya de vuelta..
Preciosa foto, caminar por esas calzadas romanas me producen sensaciones diversas, fascinación, miedo, curiosidad..., pensando la inmensa cantidad de personas que las habrán pisado a través de los tiempos.
ResponderEliminarAndo algo perdida últimamente, me estaré un ratito contigo para recuperar el tiempo perdido.
Un abrazo, Antiqva.
Este recorrido-excursión y tu relato, confirman que aún hay mucho para descubrir y decir de esa hermosa tierra, plena de historia y secretos en cada rincón. Estos momentos se disfrutan mucho, tu mañana de primavera llegó hasta este lugar del mundo Querido Amigo!
ResponderEliminarQue la estación màs hermosa del año siga provocándote innumerables paseos y fotos a cual màs bonita!
Un fuerte Abrazo!
Las ganas de caminar en otros caminos. Sigues mostrándome tus caminos.
ResponderEliminarAbrazos.
G
qué apasionante camino!
ResponderEliminarla señorita C suspiraba por las flores?...no lo creo...le contó a Lila que...bueno, no viene al caso.
Sierra Morena sumergida! como nuestra Sierra de la Ventana!
besos*
El otro día leyendo tu entrada me acordé de que tenía que preguntarte si conoces a Antonio Martínez Castro. Pasó el tiempo y no lo hice, jeje, la memoria falla.
ResponderEliminar¿Lo conoces? Yo, sí!!