MAAT-KA-RE, HIJA DE AMÓN (III)

En su torno de alfarero, Khnum (dios con cuernos de carnero) ha creado dos imágenes: la del niño que va a nacer y la de su Ka. La diosa Hathor les está concediendo el aliento de la vida, simbolizado por la cruz ankh.

El dios Alfarero
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El encuentro del dios más grande del cielo y de la mujer más bella de la tierra fue grato para el Gran Dios, y deseó Amón que su divina semilla regara el vientre de Ahmosis, y dijo:

“En verdad, mujer, el nombre de la hija que he colocado en tu vientre será algún día conocido por todos los hombres de la tierra. Es mi deseo que mi hija desempeñe entonces la realeza en el Alto y el Bajo Egipto. Toda mi energía, mi poder, mi fuerza y mi corona serán para mi hija. Ella gobernará las Dos Tierras y será la guía de todos los vivientes. Amón la protegerá cada día, junto con el dios que está en el disco solar…”

Y Amón ordenó a Khnum, el dios Alfarero, que brindase la vida al cuerpo que Ahmosis albergaba en su vientre. Khnum, señor de Her-Ur, es el dios que en su torno de alfarero elabora el cuerpo y el Ka de los hombres. El cuerpo como soporte físico de la vida; el Ka como compuesto a través del cual cada hombre participa de la energía que desde el “Primer Momento” de la Creación existe en el cosmos. Gracias al Ka el hombre se siente parte del caldo de energía que todo lo preside y lo ordena. Gracias al Ka, el hombre accede a la energía de sus ancestros. Gracias al Ka, la existencia del hombre está unida a la existencia de sus antepasados.

Es a Khnum a quien debemos que cuando un niño llega a la vida, a su cuerpo de materia se le haya incorporado un Ka de energía que le brindará el soplo de la vida. Los hombres de Egipto sabemos que cuando el hombre termina su existencia en la tierra su cuerpo se queda en la necrópolis en tanto que su Ka vuela al cielo. Esto es así desde los tiempos de nuestros primeros reyes, y seguirá siendo así mientras existan hombres en la Doble Tierra.

Y cuando escuchó los deseos de Amón, dijo Khnum, el Alfarero, señor de Her-Ur:

“Oh cuerpo que has salido del cuerpo del dios principal de Tebas… Yo he venido a ti para darte una forma mejor que la de todos los dioses. Te he dado la vida y el dominio, te he dado la estabilidad, te he dado la alegría junto a mí. Te he dado toda la salud, así como el poder sobre todas las tierras. Te he dado todos los países extranjeros y toda su gente. Te he dado toda ofrenda, todo alimento…

He hecho, oh cuerpo salido del cuerpo del dios, que aparezcas en gloria sobre el Trono de Horus, como Re, el disco solar. He hecho que tu Ka esté al frente de los Kas de todos los vivientes, habiendo aparecido en gloria como rey del Alto y del Bajo Egipto, de acuerdo con lo ordenado por tu padre Amón, que te ama…”


(Continuará…)




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