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domingo, 26 de octubre de 2008

MUJERES EN SEVILLA




Hace muchos años, en unos “tiempos” en los que pasaban cosas que hoy es imposible que pasen, vivió en Sevilla una mujer que sentía tanta pasión por el Arte y la Arqueología que parece que en algún momento inconcreto de su vida habría de llegar a "enloquecer".

Vivía entonces la mujer en un palacio sevillano del siglo XVI y fruto de esa pasión decidió que en su casa habría de quedar gravado de manera indeleble todo aquello que en su vida ella había amado. Esta mujer pertenecía a la clase social más poderosa, la nobleza. Se trataba de la marquesa de Lebrija.

Cuando “enloqueció”, la mujer llegó a pensar que: “Tienen las casas fisonomía. Tienen las casas almas. Tienen algo indefinible nacido de una idea o de un sentimiento. Renovada y embellecida hoy, mi casa es abreviado compendio donde toda mi vida se ha condensado. Ella es el relicario donde he guardado los venerables tesoros de mis abuelos y los tesoros artísticos durante toda mi vida acumulados.”

Y es que la mujer, extraviada por esa pasión por el Arte, no tuvo ningún reparo en adquirir todos aquellos mosaicos romanos de cuya existencia tuvo conocimiento, ocupándose luego de su restauración y ordenando que se realizaran las obras necesarias para que esos mosaicos, que procedían de las cercanas ruinas de Italica, fueran instalados en los suelos de las habitaciones de su palacio.

Y ocurrió así que si los tratantes le hacían llegar un mosaico de forma octogonal, la mujer no dudaba en ordenar que los albañiles tiraran los muros internos de su casa para posteriormente alzar una sala de las mismas dimensiones y forma en la que habría de ser instalado ese mosaico… ¡Que podría uno comentar ante cosas como esta!

El resultado de esa obsesión por el Arte es que el Palacio de Lebrija, en su planta baja, tiene todos sus suelos decorados con pavimentos musivos romanos, que el viajero puede no solo admirar sino incluso pisar. No hay palabras para describir las sensaciones de Antiqva cuando en días pasados, disfrutando de unos días en Sevilla, tuvo de nuevo oportunidad de visitar este tan “enloquecido” lugar, en el que el alma de la marquesa había quedado, sin duda, atrapado.

Como mera anécdota no podemos sino mencionar que tras la visita al palacio, estuvimos almorzando en el cercano restaurante “San Marcos”, casi colindante. Allí, precisamente, había estado cenando Madona hace unas semanas, cuando estuvo en Sevilla con motivo de uno de sus conciertos.

En el momento de los aperitivos, Antiqva –siempre con sus rarezas- no dudó en olfatear un poco, a ver si algo de ella había quedado impregnado en el ambiente (como había sucedido con la marquesa y su palacio) pero no, todo sugiere que nada de la “cantante pop” había quedado reflejado por allí…



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12 comentarios:

  1. Bueno, no pretenderás comparar los efluvios que madona pudiese dejar, con la esencia de la marquesa de Lebrija... No hay color.
    Debe ser maravilloso ese palacio, digno de una visita con calma...
    Un beso, querido amigo.
    Natacha.

    También uno para mi María (me dejas un cachito, ¿verdad?)

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  2. Madona ya dejo sus marcas por el escenario en Sevilla, a mi que personalmente no me gusta, fui a verla y la verdad es que el espectaculo y su fuerza en el escenario me impresiono. Pero todo va unido al dinero como la marquesa, a mi me gusta el arte pero desde luego no tengo para tirar una pared para poner lo que me gusta, aun asi hago mis pequeños esfuerzos.
    Tomo nota, pues aunque parezca mentira no he estado en casa de la marquesa, tendre que ir...

    Saludos

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  3. No me lo puedo creer, pero no te tenia enganchado....

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  4. Me queda pendiente la visita a este palacio, del que me han hablado maravillas, y a punto estuve de ir este fin de semna, pero la resaca de una boda no es la mejor compañera para visitar museos.

    Un abrazo.

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  5. jaja
    A mi el tipo de las locuras de la marquesa me parecen bien, pero es cierto , las casas tienen alma.
    Una gitana sevillana me dijo que para inugurar una casa tenías que ir por las esquinas con romero:
    "Romero santo güeno
    que salga lo malo que entre lo güeno".

    Pues casi mejor que no quedara nada de Madonna,
    no creo que apreciara verdaderamente el espiritu de la ausencia, si lo captar lo vendería en un videoclip.
    jaja
    Saludos!

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  6. Prefiero los recuerdos de la marquesa Y QUE LO HAYAS DISFRUTADO ... a los aromas que haya podido dejar MADONNA .. si bien es la leyenda POP no tiene comparación!!! Igualmente eres una persona afortunada ... no todos tienen la suerte de estar en lugares asi ... En hora buena!!!

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  7. A ver,Antiqva, no compares hombre, no compares... y eso que madona no usará cualquier perfume,no...
    Desde luego,él que sí se lo pasa en grande eres tú visitando lugares preciosos,llenos de encanto y espíritu, como ese enloquecido lugar en el que habitó una mujer singular sin lugar a dudas.
    Pero mira, gracias a su locura por el arte, tú has podido disfrutar de una visita hermosa y una comida estupenda...
    Me encanta la nota final entre pícara e inocente.
    Un beso.

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  8. jajaja este antiqva con sus cosas!!! qué bueno eres...

    Pues no se si loca o no, pero a mi me encantaría porder entrar en ese sitio, tiene que ser hermoso!!!!si es que lo que no haga una buena mujer...!!!!!ajajaja

    Preciosa la historia muy riginal,muchos besitos por ahí.

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  9. Mi admiración para la marquesa de Lebrija. Al menos, en un momento en que esos bienes podían pasar a manos de particulares, ella supo estar a la altura de las circunstancias y protegerlos para que sus conciudadanos los pudieran disfrutar en el futuro. Cuando vaya a Sevilla tengo que darme un garbeo por ahí... Y te aseguro que no trataré de oler a Madona. Besitos.

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  10. Había sentido decir que si un avaro moría su alma se paseaba con sacos llenos de dinero. En este caso, la dama se pasearía por la casa transportando mosaicos de un lugar a otro.Sólo imaginarmelo me causa un, un sustooooo.
    Inuits

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  11. Bonita locura, es la manera de que otros nos puedan contar lo que ven sus ojos, como tù.

    Me gustó la foto.

    Abrazos soleados.

    G

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  12. Solo de imaginarte olisqueando por el restaurante para ver si descubrías algún rastro de Madona, hace que valga la pena que ella pasara por Sevilla.

    Besos (con el pollo que nosotros hemos montado con las vigas de la Alambra, no quiero ni pensar lo que deben de pensar los romanos de la marquesa)

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Gracias, siempre, por tus palabras...

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