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jueves, 12 de noviembre de 2009

A UNA MUJER MUERTA





“Al excelente espíritu de Ankhiry:

Quiero que sepas, Ankhiry, tú que fuiste mi esposa, que yo, Ahmosis, capitán de los arqueros del faraón, nunca cometí ningún crimen contra ti… Todas las noches, sin embargo, estoy sumergido en el miedo que me produce contemplar, horrorizado, como tu espíritu se manifiesta ante mi corazón. Los estremecimientos que me produces, desde hace muchos meses, impiden que Ahmosis pueda dormir. No se porqué has decidido que el miedo sea el señor de mi cuerpo… ¿Qué falta cometí para que cada noche me acose tu espíritu?, ¿qué es lo que hice para quedar esclavo de ese temor que tú, la mujer a la que tanto amé, me produces cada noche?

Quiero que sepas que yo, Ahmosis, siempre te traté del modo en que un oficial del faraón debe tratar a su esposa… Solo una vez me aleje de ti. Fue cuando nuestro rey me ordenó viajar a la Tierra del Horizonte. Su Majestad deseaba que Ahmosis trajera de aquel país lejano una Mujer Belluda y un Hombre Niño… Cuando regresé supe que Ankhiry ya no vivía en la Tierra Negra… Tu espíritu se había ido al Reino de los Muertos. Sabes que lloré por ti y que hice todo lo que un oficial del rey debe hacer por su esposa muerta.

Sabes también que antes de ese viaje a la Tierra del Horizonte, del que regresé con riquezas y esclavos, siempre te traté como una mujer debe ser tratada. Nunca permití que tu corazón sufriera. Siempre quise que estuvieras a mi lado. Nada te oculté en los días de tu vida. No consentí que sufrieras dolor alguno. Nunca me acusaste de que te sintieras desatendida. Nunca te traté como si yo fuera un campesino que entra en una casa extraña y desconoce como debe comportarse. Sabes que repartí entre tu cuerpo y el de nuestra amada esclava Gilukhipa mis deseos sexuales, tal y como debe actuar un oficial del faraón. Ahmosis siempre quiso complacer tanto a su esposa como a la Mujer de Ojos Ardientes a la que hizo esclava tras derrotar a los Hombres de las Arenas. Bien sabes que nunca entré en la noche en los cuartos de tus hermanas. Sabes también, Ankhiry, que nunca dejé que te faltaran tus ungüentos, tus provisiones y tus ropas. Nunca me desentendí de ti. Siempre dije a los hombres: “Ella está aquí y Ahmosis cuida de ella”.

Pero, mira, Ankhiry, no sabes apreciar el bien que hice contigo. Desde que supe de tu muerte ordené que todas las cosas buenas estuvieran en tu Casa de Eternidad. Nunca han faltado en tu tumba las ofrendas de carne, cebada y espelta. Todo lo que un oficial del rey debe hacer por su esposa muerta lo ha hecho Ahmosis por Ankhiry. Sabes también que hice que Gilukhipa, la “Mujer de las Arenas”, llorase también tu ausencia.

¿Porqué, entonces, no eres capaz de distinguir el bien del mal?, ¿porqué tu espíritu se manifiesta todas las noches y me produce miedos intensos?, ¿porqué no dejas que mi cuerpo descanse por las noches?. Mira, Ankhiry, he escrito esta carta, que voy a depositar en tu Casa de Eternidad, para que sepas que he decidido emplazarte ante el Tribunal de la Enéada de dioses. Ra y los grandes dioses sabrán que Ahmosis, capitán de los arqueros del faraón, está siendo atormentado por tu excelente espíritu. Ellos serán, cuando sepan que el miedo invade mi corazón, los que decidirán que es lo que se tiene que hacer.”


Nota del traductor
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Esta documentado que los antiguos egipcios, en ciertas ocasiones, no dudaban en escribir cartas a los muertos. La carta que nos ocupa habría sido depositada junto con algunas ofrendas en la tumba de su esposa por un viudo atormentado por el excelente espíritu de ella. En el texto el hombre hace saber a la difunta que va a denunciarla ante el Tribunal de los dioses.

Deseando profundizar en esta inquietante cuestión, Antiqva no dudó en consultar los archivos de la Casa de la Vida del templo de Amón en Tebas. Al poco, tuvo la suerte inmensa de encontrar en un antiguo papiro el reflejo de las actas de ese juicio celestial. Un escriba Ágil de dedos se había encargado, hace miles de años, de reproducir lo que Ankhiry había argumentado en el proceso y lo que, finalmente, los dioses habían establecido conforme a Maat. Supo así Antiqva que lo que la difunta reprochaba a su esposo era que cuando ella murió su cuerpo había sido momificado y se le había practicado la magia de la Apertura de la Boca. Luego se había depositado su momia en la Casa de Eternidad, pero nadie se había ocupado de realizar el ritual de las Cuatro Antorchas de Glorificación, a través del cual la Luz divina de Ra tendría que haber iluminado al espíritu de Ankhiry cuando este, en la noche, estaba atravesando el Inframundo de Osiris en busca del Reino Celeste de Ra.

Sin la luz de Horus que emiten las antorchas y sin las palabras mágicas de los rituales, Ankhiry había quedado atrapada en el Reino de la Noche y por eso, una y otra vez, su espíritu, lleno de terror y angustia, se manifestaba ante su viudo, solicitando su auxilio. Lo que ocurre, seguro que todos lo sabéis, es que los muertos no son capaces de traducir a los vivos, en palabras, lo que desean. Ese fue el motivo de que Ahmosis, tras las continuas apariciones del espíritu de la difunta, hubiera estado a punto de enloquecer de miedo.


Nota final
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Debe Antiqva dejar constancia de que todo lo que el lector ha leído es una mera fabulación. Sin embargo, en el Papiro Leyden 371 se ha conservado el texto de una carta real que un viudo dirigía a su esposa muerta, llamada precisamente Ankhiry, nombre que hemos querido mantener en nuestro cuento. Parece que el papiro se encontró enrollado en torno a una figurita femenina en la tumba de la mujer.

Digamos, finalmente, que Antiqva ha sabido que una vez que se realizaron los rituales de las Cuatro Antorchas de Glorificación, tal y como están establecidos en el capítulo 137 del “Libro de los Muertos”, Ankhiry cesó de manifestarse a su atormentado esposo. Desde entonces, en el Cielo, luce una estrella más.


12 comentarios:

  1. ¡Qué bonito que es y cuánto sabes!
    Estoy convencida que cuando los muertos se manifiestan es porque les falta luz.

    Un abrazo Antiqva

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  2. Te dire mi querido Antiqva que mucho de fabulacion no tiene tu escrito, ya que es sabido en esto de las artes esotericas que si no se les hace un debido ritual a los muertos estos no pueden realmente descansar e irse, esto lo se desde mis abuelos y ellos de los suyos, asi que data de tiempos antiguos que se realizaban novenas en algunos casos, o rituales mas elaborados en otros, como el caso de los gnosticos que le hacen unos rituales con flores lilas a sus muertos, y recitan oraciones para que el muerto pueda partir y se le habra el camino a la luz

    Mi querido Antiqva siempre es un placer poder leerte, me satisface muchisimo visitar tu blog
    Besitosa siempre
    Janeth

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  3. Como te dije en Comansi, tu forma de narrar es impresionante. Te "engancha" desde el principio".

    Y quisiera añadir ahora, al albor de un nuevo día en que todo es posible, que despertaste de nuevo mi intención sobre hablar de "ese otro lado", de la comunicación con el mismo...

    Tal vez un día lo cuente...

    Feliz día que se comienza a escribir, mi amigo.

    Un abrazo enorme.

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  4. Tuvo q ser una mujer muy especial.
    Besicos.

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  6. Antiqva texto maravilloso,no solo brilla una estrella mas en el cielo,me declaro adicta a tus relatos,cuanta información hay que poseer para recrear una entrada de este tipo.

    Un viaje al pasado, a la leyenda, a costumbres y creencias tan antiguas.

    Felicitaciones...De antología!

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  7. pero que relato tan atrapante y fantasmático al mismo tiempo.

    Tu imaginación es infinita y qué bien que la utilizas para el placer de quienes venimos a visitarte,.

    Abrazos, amigo

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  8. Precioso Antiqva. Aunque dices que es ficticio, también anotas que la historia tiene bases reales, conforme eran las costumbres ejipcias.
    Pobre hombre, debe ser terrible que un espíritu, aunque sea el de tu esposa, no te deje vivir.

    Un abrazo

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  9. Pues no está mal convertirse en estrella, así te verán siempre.
    A mí esto de los espíritus me da cosa...
    Un abrazo

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  11. BUEN CUENTO. ME LO CREÍ TODO.
    no me pude ir de egipto

    http://enfugayremolino.blogspot.com/

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Gracias, siempre, por tus palabras...