Imagen: Antiqva
Yo mismo
me encontré frente a mí en una encrucijada.
Vi en mi rostro
una obstinada expresión, y dureza
en los ojos, como
un hombre decidido a cualquier cosa.
El camino era estrecho, y me dije:
“Apártate, déjame
paso,
pues tengo que llegar hasta tal sitio.”
Pero yo no era fuerte y mi enemigo
me cayó encima con todo el peso de mi carne,
y quedé derrotado en la cuneta.
Sucedió de tal modo, y nunca pude
llegar a aquel lugar, y desde entonces
mi cuerpo marcha solo, equivocándose,
torciendo los designios que yo trazo.
Ángel González (Yo mismo)
.
Ay amigo..
ResponderEliminarMientras nos empeñemos en esquivar ese encuentro con nosotros mismos, peor nos la veremos la vez en que ya no podamos hacerlo ;)
Es algo simplemente inexorable ;) Hay lugares a los que no podemos llegar, a menos que vayamos.... 'completos'... a menos que lleguemos siendo nosotros mismos (sospecho que esto sucede, en especial, cuando esos lugares son los que QUEREMOS alcanzar ;)
besos miles, querido amigo..
Me has regalado una hermosa reflexión en el nuevo comienzo ;)
"mi cuerpo marcha solo, equivocándose,
ResponderEliminartorciendo los designios que yo trazo."
Serán designios posibles o imposibles?
abrazo amigo Antiqva
Una cosa es lo que queremos y otra la que podemos...Yo misma te dejo un abrazo entre alguna prisas pues casualmente yo quiero hacer algunas cosas y mi tiempo no me acompaña! jajajaaj.
ResponderEliminarUn abrazo enorrrmeeee!
Bello post como de costumbreeeeee!
Ahora veo la "conexión". Sí, son tiempos de aceptación.
ResponderEliminarUn abrazote queridísimo Amigo :)
Bonito retazo,Antiqva.Una lucha interna feroz,diría yo.
ResponderEliminarY por cierto, este rincón acabo de verlo en Córdoba...
Claro en una de tus imágenes en los otros latidos.
Genial todo,como siempre.
Un besazo.
De mis poetas favoritos.
ResponderEliminarBeso.