Imagen: Antiqva
Mi padre y aquel hombre estaban conversando amigablemente, como viejos amigos que llevan mucho tiempo sin verse. Mi madre, mi hermana y yo aguardábamos con cierta impaciencia a que su conversación terminara. Era un domingo por la tarde y habíamos salido a pasear con la intención de llegarnos al centro de la ciudad y merendar unas ricas “milojas” en una pastelería que estaba situada detrás, en unos soportales, de la Plaza Mayor.
.
¿Queréis que os enseñe el periódico? -dijo el hombre, cuando parecería que estaban terminando la conversación.
Claro que si, Miguel, le respondió mi padre, claro que nos gustaría, sobre todo a los niños.
Mi hermana y yo nos miramos sorprendidos, ya que nadie nos había preguntado nuestra opinión y lo cierto es que lo que queríamos era irnos de una vez a la pastelería. Entonces, yo debía tener seis o siete años, y la verdad es que no tenía el menor interés en un periódico en esos momentos.
Pero lo que aquel hombre, se había brindado a enseñarnos no era un periódico de papel, como yo pensaba, sino el local en el que se editaba “El Norte de Castilla”, diario del que él era director.
Conversando amigablemente, el hombre nos llevó a un edificio cercano y nos hizo entrar en las entrañas del periódico. Cariñosamente nos fue explicando como funcionaban aquellas máquinas. Recuerdo la impresión que me causó una especie de máquina de escribir que funcionaba sola. El hombre nos explicó que aquello era un “teletipo” y que automáticamente imprimía los datos que alguien estaba introduciendo en ese momento en otro lugar del mundo. ¡Cosas de magia! -dijo mi madre, que nunca había oído hablar de aquellos inventos.
Al cabo de un rato, tras una despedida amigable en la que el hombre nos regaló a los niños unos libritos de cuentos que sacó del cajón de una de las mesas, salimos a la calle y nos dirigimos a donde nosotros queríamos ir, a la pastelería, en donde las “milojas” nos aguardaban. En el camino, mi padre nos dijo, con orgullo no disimulado, que el hombre con el que habíamos estado era Miguel Delibes, un afamado escritor.
Muchos años después, evocando este encuentro que tuve en mi niñez con Miguel Delibes habría de surgirme una pregunta sin respuesta: ¿De qué conocería mi padre a este hombre? ¿Por qué se hablaban con tanto cariño?.
Lo cierto es que nunca se lo pregunté a mi padre y cuando sentí la necesidad de hacerlo, ya no podía ser.
.
Esta entrada la publiqué el día 28 de noviembre de 2007. Decidí volver a publicarla como homenaje sencillo a alguien que fue magnífico escritor y mejor persona.
ResponderEliminarSi pincháis en la etiqueta MIGUEL DELIBES veréis que uno, a lo largo de su vida, se relacionó en diversas ocasiones con el escritor.
Descanse en paz…
La recuerdo perfectamente. La encontré muy entrañable en su día y hoy de un gran calado emocional.
ResponderEliminarUn abrazo Antiqva
Inuits
Pues enhorabuena por poder atesorar tan bello recuerdo.
ResponderEliminarBesicos.
Yo también conocía esa entrada Antiqva, y te lo creas o no, estuve buscando mi propia explicación a ese conocimiento de Delibes por parte de tu padre…jajaja…y tu, haber si te vuelves más curioso…
ResponderEliminarNadie como él supo contar la vida tal cual es, sin artificios, sin escenarios de cartón piedra, la vida y solo la vida…
“¿Y qué me dices de tu cuñado, Paco, ese retrasado, el de la granja? Tú me dijiste una vez que con el palomo podía dar juego, y Paco, el Bajo, ladeó la cabeza,
el Azarías es inocente, pero pruebe, mire, por probar nada se pierde,
volvió los ojos hacia la fila de casitas molineras, todas gemelas, con el emparrado sobre cada una de las puertas, y voceó,
¡Azarías!
y, al cabo de un rato, se personó el Azarías, el pantalón por las corvas, la sonrisa babeante, masticando la nada,…”
Un besazo caballero
Había leído esta entrada en su momento, amigo mío.
ResponderEliminarMe ha encantado, dadas las circunstancias, volver a leerla...
Un orgullo que llevas en el corazón y un privilegio del que haces muy bien recordándolo.
Un beso y un fuerte abrazo(espaciado, pero hermoso)
Natacha.
A veces no nos damos cuenta de las irrepetibles oportunidades que el tiempo se va llevando con su implacable paso..
ResponderEliminarYo creo que se puede cambiar el futuro y el pasado, sí.. Mi visión del tiempo no es lineal pero....
A veces resulta difícil comentar esta locura en la que creo, a riesgo de parecer un poco.... muy.... ilusa ;)
Te la comento a ti, mi querido amigo, que has tenido la paciencia y la generosidada para compartir mi mundo a medida que he ido descubriendo el tuyo, tan maravilloso..
Y te lo cuento por si te animas a aventurarte en algún sueño y a encontrarte con ese instante que has dejado escrito... tal vez viajando en imágenes y palabras, algún cuento logre revelarte este misterio que ha sido dejado pendiente por la muerte; ese instante que llega sin aviso y nos sorprende siempre..
Tal vez tu padre y Miguel, quienes se han reencontrado hace poco, estén queriendo contarte la historia y estén.. 'allí' esperando el encuentro con tus palabras ;)
besos miles querido amigo...
Te queda imaginártelo, contártelo, novelarlo...
ResponderEliminarUn abrazo.
Que suerte haberlo conocido. A mí me hubiera gustado tanto...
ResponderEliminarUn abrazo
Pincharé.
ResponderEliminargracias amigo por las felicidades, y por todo lo que me envias, ahora empiezo a tener un poc más de tiempo pero han sido unos meses loucosss.
besinos
la gata
Para mi es la primera vez. Y me parece tan tierno como hermoso.
ResponderEliminarUna sonrisa
Que bonito recuerdo de tu infancia amigo, y bueno conocer como funciona un periodico a esa edad a tenido que ser una experiencia, pero veo que tambien te interesaba ir a la pasteleria por tu mil-ojas, eso tambien es un lindo recuerdo, los padres hacemos eso con los hijos creamos en ellos recuerdos hermosos dificiles de borrar....
ResponderEliminarPues no sabes la suerte y el privilegio que has tenido, Antiqva, pues además de un escritor extraordinario todo el mundo afirma que era una excelentísima persona.
ResponderEliminarPersonalmente tuve la suerte de encontrarme en un par de ocasiones con Carmen Martín Gaite, y guardo esos recuerdos como un tesoro. Así que entiendo muy bien cómo te sientes.
Entrañable homenaje, amigo.
Un abrazo fuerte.
HERMOSO (con mayúsculas) experiencia.
ResponderEliminarSe nos fue un grande.
Abrazos.
Antiqva, no sé si lo creerás,pero cuando supe de su muerte,pensé en ti.
ResponderEliminarLo hice porque sé que eres de Valladolid y guardas recuerdos gratos de allí.
Pensé...¿no conocería este Antiqva al buen Delibes?
¡Qué honor!¿verdad?
No ya porque fuese escritor bueno y afamado,pero sin estridencias como otros.Sino por la gran persona que parecía ser escuchándolo o leyéndo sus palabras.
Buen homenaje,sin duda.
Besos.
Fíjate que el otro día me enteré en el blog de otro bloguero, que Delibes había sido el director de "El Norte de Castilla", y no lo sabía, ayssss ¡no tengo perdón! jaja, y ahora que lo dice tu post, por eso he querido comentártelo.
ResponderEliminarSe nos ha ido uno de los grandes de nuestra tierra, pero yo creo que jamás podrá irse del todo, porque seguirá permaneciendo su recuerdo, sus obras, su arte...
Descanse en paz.
Magnífica entrada, amigo.
Un beso.