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viernes, 17 de junio de 2011
El chamán y la Luna
Durante varias horas, los cantos de los hombres, agrupados en torno al cadáver, acompañaron los conjuros que El Hombre del Brazo Muerto iba repitiendo una y otra vez. Mientras tanto, las mujeres y los niños, en torno al fuego, en la entrada de la cueva, chillaban a la Luna en clara señal de dolor.
Usando huesos de mamut y astas de ciervo, los Hombres Rojos habían cavado una fosa en la zona más profunda de la cueva, allí donde nunca llegaba la luz del Sol. Con cuidado depositaron en ella el cuerpo de Lobo Negro. Antes, habían sujetado fuertemente sus piernas con correas de cuero. Querían impedir que el difunto pudiera desear volver a la vida entre los humanos. Todos sabían que su destino no era ese. Era el mundo de más allá de la niebla, y no el mundo de los vivos, a donde debía encaminarse su espíritu. Un hombre sin piernas no podría regresar vivo al mundo de los vivos y por eso se las habían amarrado.
Junto al cuerpo, que quedó colocado de lado, en posición encogida, fetal, para facilitar su nuevo nacimiento en el inframundo, colocaron el cervatillo que las mujeres habían cazado esa mañana. Una laja de piedra fue depositado sobre su cabeza y al lado de su corazón colocaron una punta de sílex que habría de permitir que Lobo Negro pudiera seguir cazando en el mundo de los espíritus. En torno a la fosa, los Hombres Rojos colocaron un círculo de cráneos de machos cabríos, con los cuernos clavados en la tierra.
Fue entonces, cuando todo estuvo dispuesto en la tumba, cuando el chamán se dirigió a la boca de la cueva, se hincó de rodillas y alzó a la Luna su mirada. En su mano derecha portaba una jabalina de fresno. Alguien diría que con ella estaba amenazando al astro.
-Los Hombres Rojos –gritó- cuando vivimos lo hacemos en el reino del Sol, pero cuando morimos eres tú, Luna, quien marca nuestro destino. No hay ninguna distinción entre la muerte y los sueños –prosiguió-. Los que vivimos, soñamos vivos. Los que han muerto, sueñan muertos. Por eso, en la noche, cuando tú reinas, los vivos y los muertos seguimos unidos y podemos vernos y hablarnos. En la noche podemos acariciar a los muertos. Los podemos amar. Sentimos que ellos nos protegen y que nosotros debemos conservar su memoria.
Imagen: Núcleo de sílex - Antiqva Photo
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Ya estamos en la tercera parte... Ya mismo concluimos el relato con la ultima entrega...
ResponderEliminarUn abrazo a tod@s
Es un mundo mágico el que nos describes, ojalá tuviésemos un chamán como el que describes que nos descifrase con certeza tantas y tantas incógnitas que siempre nos persiguen en vida.
ResponderEliminarQuizás así no echaríamos de menos a nuestros muertos.
Un abrazo y buen fin de semana Antiqva.
Como siempre, una delicia leerte.
"El hombre del brazo muerto" invoca a la luna, señora de la noche, femenina, a ella mira para suplicar la eterna comunicación con los espíritus aplacados de los que amaron.
ResponderEliminarEran rituales anímicos, estrechamente ligados con la Natura, hoy nosotros nos hemos alejado de ella.
Antiqva, disfruto con este relato que me transporta a las nieblas del pasado en el cual los hombres rojos se sentían pequeños ante el universo, lo mismo que nosotros cuando somos capaces de reflexionar.
Arriba foto de Santorini, otro lugar mágico.
Un placer leerte, besito.
Me ha encantado leerte que madera que tienes mil besos
ResponderEliminarohhhhh!!!spettacolo!
ResponderEliminarSigo atrapada en el relato. Me haces ver la cueva y a Lobo Negro dispuesto para su eterno viaje con la misma claridad que a la fotografía que acompaña el relato (que por cierto es bellísima ¿te dije que me encantan 'las piedras'?) :)
ResponderEliminarMe felicito por haberte encontrado en estos mundos 2.0 y llamarte sin falsedades, amigo.
Dos abrazos y un beso
la memoria que debe conservarse...me encantó!
ResponderEliminarserá que Lobo Negro descansa en la cueva que hay en mi "casa"?
abrazo,amigo*
Antes de introducirme en el relato, permitime elogiar esa foto que encabeza el artículo, qué maravilla y qué fotógrafo!
ResponderEliminarAhora sí, voy por el Chamán y la Luna.
El ritual nos atrapa, y Vos hacés lo propio con tu poesía, sí, hay poesía en tus ojos, en tu imaginación y en tus palabras. “En la noche podemos acariciar a los muertos”. Querido Amigo, algún chamán te mira desde su desconocido recinto, y aprueba tu trabajo. Te sigo, desde luego. Un fuerte abrazo y los mejores deseos para tu fin de semana.
Magnifica entrega Antiqva, fascinante la forma de narrar,... La luna y la muerte tienen tanta congruencia...
ResponderEliminarLa inmortalidad prometida por la luna es una vida siempre renovada como la de la propia luna, en la que menguar y morir son tan esenciales como volver.
En Occidente raramente reflexionamos cuán necesario es que todas las cosas deberían desgastarse y decaer.
Si la muerte y la decadencia no hubiesen estado dotadas con un poder tan grande como las fuerzas de la creación, todo nuestro mundo en este momento, habría llegado al lastimoso estado de estancamiento.
Si todo permaneciese por siempre como se hizo en un principio, todas las capacidades de “hacer” habrían sido explotadas hace siglos.
Los ritmos de creación y destrucción, forman el proceso de vida, y son aceptados como bases para la inmortalidad.
Cuánta creatividad Antiqva, eso me gusta mucho en tus relatos. El tiempo, el ritual y los muertos como protagonistas pasivos de la historia son los actantes que recorren la escena en todo momento. Y al dar tus elementos recreas el ritual que es el relato mismo, excelente, besos
ResponderEliminarHola:
ResponderEliminarPaso a saludarte y a desearte un feliz finde, amigo.
Quiero compartir contigo el Premio Primavera porque tu blog es un jardín de letras.
Puedes pasarlo a buscar por:
http://premiosdeblogsamigos.blogspot.com/
Con mucho cariño.Un abrazo.!!
PD: Sigo atentamente tu relato. Veremos cómo termina..
Beso
Asi es y así lo creo, nuestros muertos siguen vivos en nuestra memoria.
ResponderEliminarUn abrazo
(Me pareció hasta estar ahí, con el Chaman)
ResponderEliminarMe pareció maravillosa la manera de enterrar a Lobo Negro, con todo cuidado y esmero lo preparaban todo y la verdad que con su forma de hacer las cosas y de creer en la muerte como otra vida distinta, por un momento me pareció que no había muerto simplemente cambiaba de situación...
ResponderEliminarLo has descrito tal real, que me cuesta pensar que no hubieras estado allí..., :) (Broma mía)
Besitos.
En la noche nos encontramos, sin ataduras en los tobillos. Pero el día nos devuelve a cada uno a su mundo.
ResponderEliminarEn posición fetal para favorecer un nuevo nacimiento ... sabio detalle.
La muerte es la noche de todos los tiempos, en ella nos reuniremos cuando nuestros sueños formen parte de los sueños de otros.
ResponderEliminarMe gustaron mucho estas dos partes que acabo de leer; espero con ganas la siguiente, o siguientes, porque tú puedes escribir una o muchas más.
Amigo Antiqva, tienes el don de hacerme recordar.
Un abrazo para ti
Ío
Ojalá sea como en esta historia y nosotros y los muertos podamos comunicarnos aunque sea en sueños...espero el final.
ResponderEliminarAbrazos y gracias por estar.
Interesantísimo el rito del enterramiento y las creencias que revela. Ay, la luna, ese astro profundamente femenino que permite la comunicación entre el mundo y el submundo de los muertos. La existencia no deja de ser un continuum... Precioso. Un abrazo.
ResponderEliminarHermoso relato y una imagen hechizante..
ResponderEliminarTú narras rituales pero es tu composición y el encuentro entre tus imágenes y tus palabras, el verdadero ritual =)
besos miles querido amigo!!
feliz solsticio =)
No por el silencio, estoy callada... Te leo y me asombro con tu capacidad de recrear momentos y transportarme a ellos. El relato tiene todo y es redondo como la luna llena.
ResponderEliminarDestaco la frase: ‘Los que vivimos, soñamos vivos. Los que han muerto, sueñan muertos.’
Un beso y gracias por el buen rato de lectura y disfrute con las imágenes.
Querido amigo,la luna la misma que miramos nosotros ,cada quien en su lado del mundo,pero que existe antes de que el hombre entendiera lo que le rodeaba y lo que podía hacer.Conjuro,palabras,rito...Lo que siempre hemos deseado saber que emprende otro camino pero que siempre de laguna manera están con nosotros.
ResponderEliminarVoy poniéndome al día.
Abrazos.