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lunes, 13 de junio de 2011
El Hombre del Brazo Muerto
Ya había anochecido cuando el chamán regresó de la cima de la montaña. Había hablado con los ancestros y traía alojado en su espíritu la fuerza de aquellos. Era un hombre viejo, de más de treinta años, cuyo brazo izquierdo, herido por un jabalí cuando era un niño, estaba desde entonces seco e inútil. Todos le llamaban El Hombre del Brazo Muerto y a pesar de ser un lisiado que no colaboraba con los demás hombres en las labores de la caza, era respetado por el clan ya que todos sabían que era un hombre en cuyo corazón, con el paso de los años, se había ido acumulando toda la sabiduría del grupo. Era él quien se ocupaba de que el orden de las cosas fuera siempre respetado por los Hombres Rojos. Cuchillo Afilado, el jefe del clan, sabía que el lisiado conocía los ritos que permiten que los humanos puedan entrar en contacto con los espíritus y se ocupaba de que lo que él dijera fuera acatado por todos. Los cazadores sabían que Cuchillo Afilado tenía el poder por su gran bravura y que el chamán lo tenía gracias a su conocimiento de las cosas que unen a los vivos y a los muertos. Solo él era capaz de viajar a esos mundos en los que habitan los ancestros y los espíritus. Solo el lisiado era dueño de la magia de las palabras que se debían pronunciar ante los seres de la niebla. Solo él sabía intermediar entre los Hombres Rojos y los seres del inframundo, encontrando soluciones, gracias a la ayuda de estos, a los problemas que pudieran acuciar a los humanos.
Cuando el chamán entró en la cueva, todos, agrupados en torno a la fogata que les daba calor en la noche, callaron. Al fondo, en la oscuridad, sobre el empedrado, yacía el cuerpo de Lobo Negro. Los integrantes del clan de los Hombres Rojos esperaban que El Hombre del Brazo Muerto hablara.
-Los leones y los osos –dijo- no entierran a sus muertos. Dejan que los chacales devoren sus cuerpos. Los humanos tampoco lo hacen. Muchos, incluso, comen la carne de quienes antes de morir habían sido sus compañeros de caza. Para muchos humanos, en nada se distingue la carne de un hombre de la de un ciervo o un mamut. Estos hombres no tienen conocimiento y los ritos que nosotros practicamos con los muertos son para ellos cosas extrañas.
-Pero nosotros, los humanos del clan de los Hombres Rojos, sabemos que cuando uno de nuestros compañeros muere debe ser enterrado y debemos realizar rituales que permitan que alcance los campos que están más allá de la niebla, los mundos en los que viven los espíritus que se esconden en el fuego, el viento, las nubes o los relámpagos. Nosotros, los Hombres Rojos, sabemos que los muertos siguen viviendo en otros mundos y lo sabemos porque por las noches, cuando soñamos, vienen a visitarnos. Todos sabemos que los otros hombres, los que no tienen conocimiento, ni siquiera son capaces de soñar.
-Los muertos –prosiguió el chamán- hablan con nosotros cuando dormimos. Todos lo sabéis. Pero luego, cuando el Sol surge en el horizonte ellos vuelven a la vida en el reino de los espíritus. Todos nosotros, cuando nos llegue la muerte, iremos a ese mundo que ahora desconocemos pero en el que sabemos que siguen viviendo nuestros ancestros, los hombres que fundaron los clanes en unos tiempos ya olvidados. Son ellos, intermediarios entre los humanos y los espíritus, los que cuidan de nosotros y nos brindan el aliento de la vida. Sin la ayuda que nos prestan los ancestros, la vida de los Hombres Rojos sería pronto aniquilada por los múltiples peligros que de continuo nos acechan.
Esta noche –terminó el brujo- debemos realizar lo ritos que deben permitir que Lobo Negro, ahora muerto, despierte mañana transformado en uno de nuestros ancestros, alcanzando así una nueva vida.
Imagen: Antiqva Photo
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Esta es, amig@s, la segunda parte de "El Reino de la Luna"...
ResponderEliminarEn la entrada anterior, está la primera parte...
Digamos que espeluznante, esta vez. ¿Cuándo vendrá el próximo capítulo?
ResponderEliminar¿No sería un poco resentido el chamán?
Ha creado una tensión que fomenta la ansiedad de querer saber.
http://enfugayremolino.blogspot.com/
De Chamanes puedo seguir hablando eternamente.
ResponderEliminarBuen relato.
Besos mil
Siempre me ha maravillado la sabiduría de nuestros antepasados (de la raza que sean y de los lugares que vengan). Su comunión con la Naturaleza, su respeto por los mayores... :)
ResponderEliminarMe encanta cómo vas adentrándonos en la historia, amigo :)
Y esa foto del Templo de Debod es preciosa
Un abrazo grande :)
è uno scatto che mi rilassa moltissimo!
ResponderEliminarMuy interesante, antiqva. Ese mundo prehistórico es fascinante, sobre todo por esa vinculación mágica con los espíritus, con lo sagrado, con la naturaleza y sus secretos. Mucho me temo que hemos perdido casi todo eso... Espero la continuación. Un abrazo.
ResponderEliminarQué preciosidades escribes!!
ResponderEliminarPensar que los muertos nos hablan en sueños y nos protegen como a los Hombre Rojos es magia en vida, es creer en los sueños.
Un abrazo.
Que maravilla Antiqua, me encantó....
ResponderEliminarEl Clan de los Hombres Rojos se concebían a sí mismos como existentes en potencia en todos los mundos, en el sentido de que se relacionaban con cada parte de su cosmología de maneras diferentes e íntimas.
Me gusta mucho Antiqva como vas armando el relato. Hace que la imaginación vuele hasta esos lugares llenos de misterio...
ResponderEliminarUn beso
Bendita aquella época en que la inteligencia y la sensibilidad espiritual era apreciada.
ResponderEliminarSigo leyéndote encantada.
Me gusta la sabiduría del chaman como respresente de la espiritualidad del clan. En mi cultura también hay chamanes, y te leo y me sigo compenetrando más en tu historia.
ResponderEliminarEspero con ansía el rito mismo del chaman, los ritos son maravillosos y los humanos estamos llenos de ellos cada día, besos
Desde aquí me parece increíble que un hombre a los 30 fuera considerado ya viejo y además que tuviera tanta sabiduría, me está encantando la historia..., es como estar viviéndola...
ResponderEliminarMe fascinan las fotografías que tienes puestas.
Besitos.
se me aprieta el corazón...será memoria genética?
ResponderEliminarbesos*
En EL REINO DE LA LUNA, en aquella cueva, mirando al fuego, con el cadáver del compañero muerto ante sus ojos, habló el viejo "chamán" y nació el mito, la religión, su poder es superior al de cualquier guerrero porque domina los sueños y los miedos.
ResponderEliminarSigue que me tienes fascinada en aquella cueva de la cual venimos.
Besito.
El Sincretismo debió comenzar así, verdad?
ResponderEliminarMuy buena la imagen del hombre "viejo". Muy buena. Bravo.
Un abrazo.
A nice river =)
ResponderEliminarEl “hombre viejo, de más de treinta años”…Tu relato es pleno en detalles y muy rico para la imaginación. Te seguimos con mucho gusto Amigo, creo que esa galera tuya tienen aún muchas sorpresas para nosotros. Un fuerte Abrazo!
ResponderEliminarPues yo ya sueño con Lobo Negro.. y seguro que se reencarna.. en alguien o algo que merece la pena...
ResponderEliminarUn besazo
Hola amigo.
ResponderEliminar30 anos de edad toda una vida para esos tiempos tan duros para el hombre,el clan de los Hombres Rojos, dará un paso más allá en la evolución,tener conciencia y asumir los lazos de amistad o familiares les proporciona el marco emocional para mantenerse unidos donde la fuerza se impone,entender de alguna manera el valor de la experiencia por encima de una minusvalía es un agregado muy interesante.
FUERTE ABRAZO.
Que me engancho a este blog, que esta muy interesante, saludos
ResponderEliminarme vengo desde el blog de MIxha