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lunes, 6 de junio de 2011
El reino de la Luna
Hace cuatro o cinco años, cuando paseaba con un amigo arqueólogo por una de las terrazas cuaternarias que siguen el curso del Guadalquivir, tuve la fortuna de toparme con una raedera de sílex que mi amigo me dijo que habría que fechar en los tiempos del Musteriense, hace entre 100.000 – 30.000 años, cuando estas terrazas en las que abundan los cantos rodados estaban pobladas por clanes de neandertales. Una raedera es una lasca de piedra (usualmente sílex o cuarcita) que está retocada por el hombre para que presente un “frente” tallado que permita raspar con ella las pieles de los animales, para limpiarlas de grasa y pelos.
Algún tiempo después, algo trastornado por ese hallazgo, escribí un relato en el que hablaba de una niña, Pies Ligeros, perteneciente al clan de los Hombres Rojos. Esa niña es la que habría tenido en sus manos, hace miles de años, la lasca de sílex que uno había encontrado. De este cuento hice dos versiones. El cuento original lo podéis leer en AQUEL CALOR TENUE.
Desde aquellos tiempos, la pasión por el estudio de los hombres de Neandertal me ha venido acompañando y durante estos años nunca he dejado de preguntarme cosas del tipo de si estas gentes, tan respetuosas con la naturaleza, podrían o no hablar, podrían o no soñar, tendrían creencias sobre el más allá o no…
En estos momentos, los enterramientos neandertales que se han conservado en algunas cuevas permiten asegurar que estos hombres, o al menos algunos de sus clanes, creían en algún tipo de vida de ultratumba. Todo parece sugerir, igualmente, que estaban dotados de la capacidad de hablar.
Tras leer mucho sobre el Paleolítico, he decidido escribir un nuevo cuento en el que tengo intención de acercarme a las posibles creencias mágicas y funerarias de estos humanos que nos antecedieron en el tiempo y que vienen a ser algo así como nuestros “primos” en el árbol de nuestra evolución. Tengo previsto publicar este cuento próximamente en el blog en cuatro entregas.
Este nuevo relato tiene por título “El reino de la Luna” y como en aquella otra ocasión estará ambientado en el clan de los Hombres Rojos. La niña Pies Ligeros, ya convertida en mujer, será una de sus protagonistas.
Imagen: Antiqva Photo
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Están en nosotros. Es mucho el ADN que teníamos en común con ellos. Ellos desaparecieron, pero nosotros seguimos llevando la mayor parte de sus genes. (Los que nos distinguín de ellos no, claro. Esos, se perdieron)
ResponderEliminarBesos,
Quedo imapaciente, amigo Antiqva, a la espera de esa "luna", la misma que les iluminaba a ellos y a nosotros.
ResponderEliminarEsa lasca, parece de oro, para ellos valía más que el oro.
Un besito.
Será muy bienvenido el relato Querido Antiqva! Tu hilado del material disponible y las investigaciones, nos acercará esos remotos y misteriosos tiempos y educará, sin dudas. Muchas Gracias, lo esperamos! Un abrazo!
ResponderEliminarYo quiero leer ese relato sabio Antiqva.
ResponderEliminarAbrazos!
Un objeto que seguro era uno de los más valiosos de quién lo usó. Por el tamaño sabrás si fue una mujer, niño o niña, o un hombre la persona que trabajaba con ella. Aquí te espero comiendo un huevo...
ResponderEliminarMe encantará leer la historia. Gracias por anticiparla y dejarme en "candiles".
Un abrazo.
Cuanta historia tiene nuestra tierra, cuantas criaturas han vivido, amado, sufrido y gozado; ahora estamos nosotras/os, gracias a ellas/os.
ResponderEliminarBesos Neardentalescos
Esperaré El Reino de la Luna.
ResponderEliminarNo conozco otro animal que tenga hábitos funerarios, sé que todos se comunican, aunque el humano sea duro de sesos para comprenderlos y necio para reconocerlo.
http://enfugayremolino.blogspot.com/
Ese cuento ya parece interesante. Leerlo será un placer!
ResponderEliminarEsa raedera es magnífica. Un mundo muy atractivo, sin duda.
Un abrazo, amigo.
Conchi
Recuerdo aquel cuento del que hablas. ¿No estuvo en la página de Kala Editorial, o es que me falla la memoria? Era muy emocionante. Seguiré esta nueva historia. Un abrazo muy fuerte.
ResponderEliminarSi hay algo que me gusta de tus historias Antiqva, es que todas tienen un fondo científico que me fascina; me corrijo, los cuentos fantásticos, los tejes con retazos de sueños y los históricos con pedazos de historia.
ResponderEliminarNo puedo dejar de imaginarte, documentándote, leyendo, consultando...mientras preparas una nueva historia y eso, forma parte también de la historia que cuentas, todo un lujo para los lectores.
Un beso Indiana Antiqva
Antiqva, es fascinante y enriquecedor leerte siempre, además insuflas una calidez a tus letras que hasta parecen mágicas, hechizan.
ResponderEliminarUn abrazo.
Espero ansiosa cada una de esas entregas, que de seguró tendrá la impronta de tu mágico ingenio ;)
ResponderEliminar(recuerdo que una vez te disfrazaste de uno de tus 'primos' jaja)
abrazos inmensos! hermosa imagen.. parece una roca lunar ;)
Nunca me voy de vacía de tus casas, amigo, hoy además me marcho espectante en esa luna.
ResponderEliminardos abrazos
Me quedo a la espera de tu relato que estoy segura será interesantísimo.
ResponderEliminarBesos
Hay amigo ya me imagino la saga maravillosa que construiras con la imaginacion prodigiosa que tienes.
ResponderEliminarA mi tambien me llama mucho la atencion aquellos hombres primitivos, cuales serian sus creencias?... esperare pacientemente tus escritos...
Es muy especial tener en las manos un objeto, algo, lo que sea, que perteneció a alguien que vivió hace tanto tiempo.
ResponderEliminarDiría que más que especial es mágico, pues seguramente los pensamientos vuelen, intentando acercarse, a la vida de aquellos que nos precedieron.
No me extraña en modo alguno que te apasionaras con los hombres de Neandertal, ni que escribieras acerca de ellos.
Te recomiendo, si es que no los has leído (algo me dice que sí), los libros que componen la saga de Ayla, de Jean M. Auel, El Clan del Oso cavernario, y los siguientes.
Pies ligeros ha hecho que lo recordara.
Esperaré El Reino de la Luna; mientras, leo Aquel calor tenue.
La piedra; creo que no soy yo, me siento más oscura.
Gracias, Antiqvua, es hermoso leerte.
Un abrazo, amigo, besos
Ío
Umm que ilusión a mi me encanta ese periodo de nuestra historia, será un placer leerte querido amigo.
ResponderEliminarademás eres bueno haciendo relatos o de tal manera que sé que disfrutaré.
un monton..
besitos
en espera...
ResponderEliminarsabés cómo me gustan tus relatos donde tejés ficción e historia.
besos*
(pies ligeros)
¡Pues yo acabo de encontrarme con este blog tuyo que por cierto no sabía que tenías...! Bueno ya sé que es más importante la raedera de sílex pero a mí este también me hizo ilusión y me encantará leer el cuento, me encantan los cuentos y la historia.
ResponderEliminarBesitos.
L ye de la historia yeí la primera a quiero saber que fue de Pies Ligeros, siendo una adulta de ... ¿16 años? ¿A qué edad serán adultos?
ResponderEliminarAntiqva tu entrada es excelente, me gusta tu recrear la antiguedad en una historia y realizas una intertextualidad con lo real lo actual. Leí tus dos entradas esta y la del link que dejaste que trata de la vida de pies ligeros, esa niña neandertal. Su historia apasionante a través de tus palabras, su historia me gusta muchísimo. Espero con ansias tu nuevo relato, besos
ResponderEliminary te sigo :)
yo también recuerdo aquel cuento sera muy interesante leer el cuento pues nuestros antepasados emocionalmente siguen siendo un misterio para el hombre actual.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Yo ya me quedé en la luna viendo tus fotos.
ResponderEliminarTodo lindo.
Me parece una idea muy interesante, Antiqva. A mí en particular me apasiona la Prehistoria.
ResponderEliminarUn abrazo.
Recuerdo a Pies Ligeros... :)
ResponderEliminarY me encantan tus historias petrológicas... ;)
Recuerdo cómo te reíste de mí con la petrología recreativa... :(
Y cómo me reí yo después...!!!
Me encantó esa historia....!!!!!!
a ver si la superás....!!
Buah! yo que colecciono piedras (sí, soy rarita...) me encuentro eso y creo que me quedo directamente petrificá! bajo esa maravillosa luna. ¡Que preciosidad!
ResponderEliminarY quien sabe, quizás el espíritu de Pies Ligeros, quiso que tú la encontrases. Cuídala Antiqva.