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miércoles, 8 de agosto de 2007

PARA VIVIR TRAS LA MUERTE

En el texto que vamos a reproducir se encuentra una atractiva síntesis de las creencias de los antiguos egipcios en relación con el paso de la muerte a una nueva vida en el más allá:

“Fórmula para salir al día y vivir tras la muerte

Palabras dichas por N.(1):

¡Oh, Único(2), que se levanta como la Luna(3)! ¡Oh, Único, que brillas(4) como la Luna! ¡Que N. pueda salir afuera(5) entre la multitud de tus gentes(6)! ¡Desátame (7), como lo están los habitantes de la luz(8)! ¡Y abremé la Duat(9)!

Y he aquí que N. salió al día para hacer todo lo que pudiese desear hacer entre los vivos(10)”.

Libro de “salir al día” (Libro egipcio de los Muertos), capítulo 2.

1) N. es el nombre del difunto.

2) El dios Único de los egipcios era Re, simbolizado por el disco solar. Osiris era una manifestación de Re en cuanto dios de los muertos.

3) Re, el sol, durante el día, se alza en el cielo del mismo modo que la Luna surge durante la noche.

4) La Luna es el astro que emite la luz en la noche, iluminando las tinieblas.

5) El conjuro pretende que el difunto pueda “salir afuera”, es decir trascender de la tierra al reino celeste de Re.

6) La “multitud de gentes” que puebla el reino celeste son todas las divinidades que acompañan al dios Único, Re, así como los espíritus glorificados de los muertos que han superado el juicio de Osiris y se han transformado en seres de luz (luminosos o brillantes) que iluminarán el cielo junto a las llamadas estrellas imperecederas (nuestras circumpolares, que nunca desaparecen de los ojos de los hombres y que, por tanto, los antiguos egipcios consideraban inmortales).

(7) El difunto ansía ser “desatado”, es decir ser liberado de las impurezas que se amarran a su cuerpo y que impiden que se pueda “glorificar” en un ser de luz.

(8) Los habitantes de la luz son la “multitud de gentes” de la que antes hemos hablado.

(9) La Duat es un mundo del más allá donde reina Osiris, que vimos que era una emanación de Re en cuanto Señor de los muertos. Los textos funerarios egipcios parecen sugerir que la Duat era un espacio intermedio entre la tierra y el Reino Celeste de Re. Sería un lugar donde los difuntos pasaban por un proceso de purificación que habría de permitir que, finalmente, pudieran arribar al reino de la luz pura.

(10) El difunto, transformado en un ser de luz, asimilado a la divinidad, ha alcanzado la inmortalidad.

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