Esta mañana, no sé porqué, he sentido la necesidad de escribir algo, quizás un cuento, cosa que acabo de terminar. Lo he titulado “VOCES Y SOLEDADES”. Estamos a 14 de junio de 2008.
Sucede que ayer, trasteando en la biblioteca, me topé con “El coronel no tiene quien le escriba”, de Gabriel García Márquez, e intuí que debía volver a leerlo, cosa que todavía no he hecho, salvo las dos primeras páginas, que son las que he reproducido en ese “cuento” que he escrito.
Esta mañana, cuando habíamos terminado de desayunar, tras haber dormido “como un lirón” y mientras estábamos sentados a la puerta de la casa, “tomando el fresco” y escuchando a los pájaros, de repente me ha venido a la mente esa idea de que debía escribir algo, quizás un cuento, en el que un hombre, en la noche, recibe un aviso sorprendente a través del cual, cuando reflexiona, termina arribando a esa novela de Gabo, de la que –por cierto- en ese primer momento todavía no había releído nada. Solamente esa idea había llegado a mi mente en esos primeros momentos. Las líneas que he reproducido en el “cuento”, que son con las que se inicia la novela, las he leído mientras las “copiaba”.
En fin, que uno, obediente, se ha sentado delante del ordenador y ha comenzado a escribir algo sin saber claramente que cosa debía hacer. Partía de la idea, solamente, de un hombre que recibe un aviso en la noche, y ese aviso le conduce a “El coronel no tiene quien le escriba”. Poco a poco, sin embargo, el relato, tan inesperado, ha ido tomando forma y al final, incluso, me ha terminado gustando.
A través de este cuento inesperado y extraño, cuyas primeras ideas me han venido “de golpe”, tras el desayuno, he terminado creando una historia en la que –al fin- uno se aconseja a si mismo que debe esforzarse por reflejar en la vida cotidiana, sin reparos, el amor inmenso que siente por una mujer.
La verdad es que ahora mismo, cuando escribo estas líneas, estoy un poco perplejo al ver las cosas que es capaz de hacer nuestra propia mente, casi sin ni siquiera pedirnos permiso. Creo, sin duda, que se trata de un buen ejemplo de eso que uno denomina “ensoñaciones”.
ADICIONAL - Después de escribir estas líneas, uno, “poseído por la fiebre”, se ha entregado a “El coronel no tiene quien le escriba” y lo ha releído “de un tirón”. ¡Qué bellísima y triste historia, plena de desesperanza y soledades compartidas!
Antiqva, a veces me siento como dices, como poseída por algo que me empuja a escribir, sin saber muy bien a dónde me lleva. Es una extraña pero maravillosa sensación. Me ha pasado muchas veces, incluso querer escribir sobre un tema en concreto y parece que mis manos se decantan por otro distinto...
ResponderEliminarMuy raro y muy hermoso. La mente frente a la razón.
Un beso, amigo querido
Natacha.
Yo creo firmemente que el escribir es un arrebato de inspiración producido por un acontecimiento, una voz, una palabra incluso, que hace que se desate en nuestro cerebro un remolino de ideas que se ansían plasmar para inmortalizar lo que nos ha sugerido lo anteriormente citado.
ResponderEliminarEl otro día escuchando una canción ( me pasa mucho con la música)escuché el tema del olvido y tuve que escribir lo que esa frase me inspiró, de manera rauda y veloz.
Me parece fantástico cuando eso ocurre,me encanta.
Besos.
Oye, chico guapo, creo que en la cocina te espera un fiestorro con algo para tí también.
ResponderEliminarUn beso, amigo
Natacha.
Inspiraciones que no sabemos de donde vienen, pero que se agradecen...
ResponderEliminarSaludos
Chau
Para muchos las inspiraciones son maravillosas y se reflejan en sus escritos..como en tu caso! :)
ResponderEliminarY tus escritos inspiran!!!
Cuidate!!
Ayyyyyyy, querido amigo, has ido a dar en uno de mis libros preferidos.
ResponderEliminarQue tremendamente duro, ingenuo y entrañable. Una auténtica delicia, es que me encanta, me rechifla y su recuerdo me ha producido un momento entrañable.
un besazo
Antiqva, por un momento pensé, que poseído, te habías entregado a tu esposa y sorprendentemente ta has entregado a las letras.;))
ResponderEliminarMe ha gustado esa forma tan delicada de relatar.
Auroras veraniegas
yo segun leía pense lo mismo que inuit jajajaja pero fue que no, bueno es un principio el expresarlo... jejeje, me encanta sentir mi instinto cuando tengo la necesidad de escribir, aunque es una pena que siempre sea cuando me siento tan mal de ánimo y estima, pero bueno, cada uno con sus inspiraciones... tu sigue con las tuyas que son fántasticas, muchos besos.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho esta "perplejidad". Es tan emocionante cuando esto sucede. Y seguramente tu segunda mirada al libro te dio màs pautas.
ResponderEliminarLindo texto.
PD. Muchas gracias por el halago que dejaste en casa, realmente para mi serìa mejor publicar a otros y dejar de escribir, jijiji..pero bueno, uno tiene que mantener la casa, para que mi amigo Antiqva llegue directamente a la cocina.
Abrazos..