Magia y muerte
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Cuando el Gran Profeta de Amón había anunciado la muerte del rey no había hecho sino confirmar algo que Hori había presentido la noche anterior, y es que Hori, desde hacía tiempo, venía escuchando rumores que hablaban de que algo estaba sucediendo en el Harén Real. En honor a la verdad, Hori siempre pensó que esas palabras que llegaban a sus oídos no eran sino habladurías, pero aquella noche Hori había “sentido” que el rey había sido asesinado.
El incierto temor de Hori había crecido el día en que el Jefe de los Escribas de la Biblioteca Real, estremecido, le había hecho saber que Hui, el amigo de la reina Teye, había tomado uno de los más poderosos libros de fórmulas mágicas de la biblioteca. Estaba también en su poder otro libro secreto, que solamente los grandes sacerdotes podían consultar, que contenía diversas instrucciones que habrían de permitir que quien lo leyese pudiera realizar poderosos actos de magia. Había sido la propia reina la que había ordenado que esos escritos fueran facilitados a Hui, pero Antef, el Jefe de los Escribas sabía que esos libros no deberían haber salido de la Biblioteca Real.
Tiempo después habríamos de saber que tras el estudio de esas fórmulas mágicas, cuyo conocimiento estaba prohibido a los hombres no iniciados, Hui había podido acceder al inmenso poder de Heka, el gran mago de la creación del mundo. Con esos conocimientos pudo hechizar a sus enemigos y luego cometió las más terribles perversidades que su siniestro corazón fue capaz de concebir.
Usando esos conocimientos mágicos Hui creó filtros amorosos con los que las mujeres del harén se ganaron la amistad de todos aquellos que convenía atraerse a la causa de la conjura; usando figuras mágicas de cera y amuletos con inscripciones terribles, Hui consiguió aterrorizar primero y enloquecer después a todos aquellos que no aceptaban doblegarse a sus pretensiones; y fue así, usando una poderosísima fórmula mágica, como había de conseguir que aquella noche en que triunfo el Caos, el Cuerpo del Rey encontrase la muerte.
Yo, Hori, iniciado en los Grandes Misterios, conozco los rituales mágicos que Hui llevó a cabo, dirigidos a los démones, para lograr esa finalidad tan perversa:
“Toma un papiro hierático o una lámina de metal y un anillo de hierro; coloca el anillo sobre el papiro y con un cálamo dibuja el borde interior y exterior del anillo; después cubre con tinta la circunferencia; después escribe en la circunferencia del anillo, sobre el papiro, el nombre y en la parte externa los signos mágicos; después , en la parte interna, lo que quieras que ocurra: “que muera el rey, Ramsés III” y después escribe esto: “Que la mente del rey quede atada y no se pueda oponer a esta orden. Que muera”. Luego pon el anillo sobre su propio círculo que hiciste y, eliminando la parte externa, cose el anillo hasta que éste quede enteramente cubierto.
Mientras pinchas signos mágicos con el cálamo y realizas la atadura, di: “Yo ordeno que muera el rey, Ramsés III: que no hable, que no se oponga, que no diga nada en contra, que no pueda mirarme de frente ni hablar contra mí, sino que me esté sometido”.
Después llevas el papiro o la lámina de metal, y el anillo a la tumba de uno que haya muerto prematuramente, haces un hoyo de cuatro dedos, lo pones dentro y dices: “Demon de muerto, quienquiera que seas, entrégame al rey, entrégame a Ramsés III, para que muera”. Después de enterrarlo, márchate. Esto lo harás mejor si la luna está menguante…”
Ante Isis-Merenaset
Cuando el Gran Profeta de Amón había anunciado la muerte del rey no había hecho sino confirmar algo que Hori había presentido la noche anterior, y es que Hori, desde hacía tiempo, venía escuchando rumores que hablaban de que algo estaba sucediendo en el Harén Real. En honor a la verdad, Hori siempre pensó que esas palabras que llegaban a sus oídos no eran sino habladurías, pero aquella noche Hori había “sentido” que el rey había sido asesinado.
El incierto temor de Hori había crecido el día en que el Jefe de los Escribas de la Biblioteca Real, estremecido, le había hecho saber que Hui, el amigo de la reina Teye, había tomado uno de los más poderosos libros de fórmulas mágicas de la biblioteca. Estaba también en su poder otro libro secreto, que solamente los grandes sacerdotes podían consultar, que contenía diversas instrucciones que habrían de permitir que quien lo leyese pudiera realizar poderosos actos de magia. Había sido la propia reina la que había ordenado que esos escritos fueran facilitados a Hui, pero Antef, el Jefe de los Escribas sabía que esos libros no deberían haber salido de la Biblioteca Real.
Tiempo después habríamos de saber que tras el estudio de esas fórmulas mágicas, cuyo conocimiento estaba prohibido a los hombres no iniciados, Hui había podido acceder al inmenso poder de Heka, el gran mago de la creación del mundo. Con esos conocimientos pudo hechizar a sus enemigos y luego cometió las más terribles perversidades que su siniestro corazón fue capaz de concebir.
Usando esos conocimientos mágicos Hui creó filtros amorosos con los que las mujeres del harén se ganaron la amistad de todos aquellos que convenía atraerse a la causa de la conjura; usando figuras mágicas de cera y amuletos con inscripciones terribles, Hui consiguió aterrorizar primero y enloquecer después a todos aquellos que no aceptaban doblegarse a sus pretensiones; y fue así, usando una poderosísima fórmula mágica, como había de conseguir que aquella noche en que triunfo el Caos, el Cuerpo del Rey encontrase la muerte.
Yo, Hori, iniciado en los Grandes Misterios, conozco los rituales mágicos que Hui llevó a cabo, dirigidos a los démones, para lograr esa finalidad tan perversa:
“Toma un papiro hierático o una lámina de metal y un anillo de hierro; coloca el anillo sobre el papiro y con un cálamo dibuja el borde interior y exterior del anillo; después cubre con tinta la circunferencia; después escribe en la circunferencia del anillo, sobre el papiro, el nombre y en la parte externa los signos mágicos; después , en la parte interna, lo que quieras que ocurra: “que muera el rey, Ramsés III” y después escribe esto: “Que la mente del rey quede atada y no se pueda oponer a esta orden. Que muera”. Luego pon el anillo sobre su propio círculo que hiciste y, eliminando la parte externa, cose el anillo hasta que éste quede enteramente cubierto.
Mientras pinchas signos mágicos con el cálamo y realizas la atadura, di: “Yo ordeno que muera el rey, Ramsés III: que no hable, que no se oponga, que no diga nada en contra, que no pueda mirarme de frente ni hablar contra mí, sino que me esté sometido”.
Después llevas el papiro o la lámina de metal, y el anillo a la tumba de uno que haya muerto prematuramente, haces un hoyo de cuatro dedos, lo pones dentro y dices: “Demon de muerto, quienquiera que seas, entrégame al rey, entrégame a Ramsés III, para que muera”. Después de enterrarlo, márchate. Esto lo harás mejor si la luna está menguante…”
Ante Isis-Merenaset
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Yo, Hori, que conocía los rumores que hablaban de la existencia de la conjura y que conocía estas fórmulas mágicas por haber sido iniciado en los Misterios, no pude sino llorar aquella noche en que estando la luna menguante presentí en mis sueños que el Cuerpo del Dios había dejado de respirar y que su espíritu, alejándose de los hombres, se estaba elevando a los Cielos.
Esa noche, Hori –entre lágrimas- en la penumbra, pudo hablar con el espíritu del que había sido su Señor. Le prometí ante Amón-Ra, nuestro Dios Primigenio, y ante Osiris, el Señor de la Balanza, que Hori, que sabía que había sido asesinado, haría todo lo que estuviera en su mano para conseguir que la conjura de Teye y Pentaur fuese descubierta. Hori no ayudaría a que el Caos reinara en Egipto sino que se esforzaría para que cayese sobre los conjurados el peso de la Regla Divina que rige en el cosmos desde el Momento Primero de la Creación.
Fue así como Hori, presa de temor decidió, puesto a los pies de Isis-Merenaset, la Gran Esposa Real, informarle de todo lo que sabía. Hablé con la diosa y le hice saber de las ambiciones de Teye, que conjurada con Hui, Supervisor del Ganado Real, pretendía que el caos triunfara en la Tierra Negra. Aprovechando los conocimientos mágicos de Hui, aquellos Grandes Criminales pretendían imponer como Señor de los egipcios a Pentaur, el hijo de Teye. La diosa, que me escuchaba con gesto impasible, me pidió alguna prueba de mi acusación. Hice pasar a Antef, el Escriba Jefe de la Biblioteca Real, que esperaba en la antesala y este confirmó ante la reina que era cierto que Hui tenía en su poder diversos libros secretos de magia a los que nunca debería haber podido acceder. Teye, con su gran influencia, había conseguido que los libros le fueran entregados. Nada ni nadie se podía entonces oponer a las pretensiones de la Segunda Esposa del Dios.
Isis nos hizo despedir. Antes había expresado su agradecimiento a Hori por su lealtad. Le hizo saber, también, que pronto tendría noticias de ella. Era consciente de que debía actuar con celeridad ya que grupos de alborotadores habían comenzado a producir disturbios en Tebas.
Yo, Hori, que conocía los rumores que hablaban de la existencia de la conjura y que conocía estas fórmulas mágicas por haber sido iniciado en los Misterios, no pude sino llorar aquella noche en que estando la luna menguante presentí en mis sueños que el Cuerpo del Dios había dejado de respirar y que su espíritu, alejándose de los hombres, se estaba elevando a los Cielos.
Esa noche, Hori –entre lágrimas- en la penumbra, pudo hablar con el espíritu del que había sido su Señor. Le prometí ante Amón-Ra, nuestro Dios Primigenio, y ante Osiris, el Señor de la Balanza, que Hori, que sabía que había sido asesinado, haría todo lo que estuviera en su mano para conseguir que la conjura de Teye y Pentaur fuese descubierta. Hori no ayudaría a que el Caos reinara en Egipto sino que se esforzaría para que cayese sobre los conjurados el peso de la Regla Divina que rige en el cosmos desde el Momento Primero de la Creación.
Fue así como Hori, presa de temor decidió, puesto a los pies de Isis-Merenaset, la Gran Esposa Real, informarle de todo lo que sabía. Hablé con la diosa y le hice saber de las ambiciones de Teye, que conjurada con Hui, Supervisor del Ganado Real, pretendía que el caos triunfara en la Tierra Negra. Aprovechando los conocimientos mágicos de Hui, aquellos Grandes Criminales pretendían imponer como Señor de los egipcios a Pentaur, el hijo de Teye. La diosa, que me escuchaba con gesto impasible, me pidió alguna prueba de mi acusación. Hice pasar a Antef, el Escriba Jefe de la Biblioteca Real, que esperaba en la antesala y este confirmó ante la reina que era cierto que Hui tenía en su poder diversos libros secretos de magia a los que nunca debería haber podido acceder. Teye, con su gran influencia, había conseguido que los libros le fueran entregados. Nada ni nadie se podía entonces oponer a las pretensiones de la Segunda Esposa del Dios.
Isis nos hizo despedir. Antes había expresado su agradecimiento a Hori por su lealtad. Le hizo saber, también, que pronto tendría noticias de ella. Era consciente de que debía actuar con celeridad ya que grupos de alborotadores habían comenzado a producir disturbios en Tebas.
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(Continuará...)
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Proseguimos, amig@s, con el cuento de "Hori y la conjura..." Tengo previsto que el cuento tenga cuatro partes, de las que ya estan publicadas dos.
ResponderEliminarEn estos momentos hemos llegado al punto algido: Ramses ha sido asesinado.
El uso de la magia por estos "malvados" es plenamente historico, otra cosa es que uno lo haya "novelado".
Al final, cuando termine el cuento, explicare con un poco de detalle lo que seria propiamente "Historia".
Por cierto, la imagen que he seleccionado representa el Ka de un faraon (por eso de las manos alzadas al cielo). Si os fijais el rostro de ese faraon es el del "propio Antiqva"...
Ja,ja,ja
Un abrazo, amig@s, y gracias por vuestras palabras.
(Si no entendeis algo o quereis que profundice en algo decidmelo, y con tiempo lo hare -si soy capaz, claro-
hayyyyy que se me fue el comentario joooo
ResponderEliminarBueno volveré a escribirlo...
Si, me di cuenta de que nuestro Antiqva nos enseñaba más del jajaja
No sé si es bueno que nos expliques los medios para conseguir estas cosas, puede ser peligroso jajaja, me salva que no uso anillo que si no... jajaja
Precioso amigo seguiré esperando para continuar este hermoso cuento, gracias por este momento tan agradable que me haces pasar, y muy bien explicado todo sin dudas, aunque no te aseguro que alguna aparezca sería raro en mi jajaja
Muchos besos por ahí para vosotros.
Antiqva,
ResponderEliminar¿Y esto de que la luna tendría que estar en menguante es real del mundo egipcio o real del mundo antqva?
Te lo pregunto, porque en el pueblo, cuando era pequeña mi bisabuela hacía las cosas según la fase de la luna... y no sé decirte si era menguante o creciente...pues el pelo crecía más y más fuerte, y las uñas y los nacimientos y las cosechas..., de los conjuros nada sé...
Me gusta esta novela histórica...
Un abrazo.
Amiga Sendieva: deliberadamente, en el conjuro no he incluido las palabras digamos esencialmente magicas, digamos que por si acaso... Son las palabras especialmente secretas y de poder, que nadie jamas debia conocer...
ResponderEliminarAmiga Alfaro: la luna era en Egipto el simbolo de Thot. Era la fuente de luz en la noche, cuando el sol estaba en el Inframundo. Cuando la luna estaba en menguante es porque el peor del Caos y del Desorden, simbolizado por Seth, estaba en creciente. Es logico pensar que cuando la luz de la luna decrecia era el momento ideal para hacer digamos el mal. Por contra cuando la luna crecia, Seth estaba siendo vencido y era un momento apropiado para el Orden, el Equilibrio... Todo esto es plenamente ajustado a las creencias egipcias. Ademas en el conjuro (que es real)lo pone expresamente.
Un abrazo, amigas.
Hola Antiqva!!! ya vi que pasaste a endulzarte por mi sitio con un alfajor cordobés. Y también que te ha llamado la atención que en Argentina tengamos una provincia que se llama Córdoba. Es una de las más importantes, entre otras. Y también le dicen Córdoba, la docta. Por haber sido cuna cultural y ofrecernos maravillosos paisajes de montañas y ríos en un clima estupendo.
ResponderEliminarte dejo un link, si tienes espíritu curioso, podrás ver allí algo de nuestra Córdoba Argentina:
http://www.turismoenladocta.com.ar/index.php
y te dejo unos versos de una canción que se hizo muy famosa hace un tiempo y recuerdo esto:
"no olvidaré cuando en mi Córdoba te vi,
y tu clavel bajo los árboles robé.
Tus brazos, fueron tu nido, tu velo , la luz,
de la luna entre los álamos."
es un pedacito de mi tierra en tu espacio, en homor a tanto que das con tus saberes y tus escritos que son para reverenciarlos.
Esta 2da. parte. me deja de lo más intrigada. Espero no me quite el sueño, pero que maravillas logras hacer hilvanando las palabras.
Aplausos y abrazos amigo!!!!!
Gracias, amiga Susuru, por tus palabras. Bellisima palabra ALFAJOR, de origen musulman, como tantas y tantas que en español comienzan por AL.
ResponderEliminarAqui tambien se llama ALFAJOR a este tipo de dulces. Claro que trasteare un poco por la Cordoba argentina, claro que lo hare, amiga.
Espero que el cuento te siga gustando, ya veras que va muy avanzado: ha muerto el rey y ahora veremos lo que pasa.
La verdad es que es un tema que siempre me llamo la atencion, ya que la conjura es real.
Un abrazo, amiga, y gracias por el pastelito...
Conjuras, misterios, asesinatos. Los tiempos no han cambiado demasiado, y las buenas historias siguen mereciendo la pena.
ResponderEliminarUn abrazo.
Seguimos leyendo la segunda parte hasta la cuarta que dices que tienes previsto poner, gracias por esta historia compartida y también por el regalo de tus palabras dejadas en mi blog, me has hecho sonreir.
ResponderEliminarUn beso.
Antiqva,
ResponderEliminarmuchas gracias por la aclaración, pues no sabía distinguir con precisión lo que era aporte de autor y lo que era aporte histórico...
Muchas gracias por las molestias que te has tomado en contestar...
un abrazo.
Me encanta entrar a leer esto que tan amablemente nos traes.Me fascina cómo la magia era una parte más del mundo egipcio y era utilizada para el bien y el mal de manera sorprendente.
ResponderEliminarTodos los libros e historias de Egipto hablan del poder mágico, de su utilización por los faraones y sus reinas, y naturalmente por los preparados y destinados a ello.
Las conjuras eran algo frecuente en una sociedad piramidal como la suya, pero sobrecoge la manera de llevarla a cabo y los métodos utilizados... sobre todos:la magia.
Me impresiona igualmente la fidelidad inmensa que mantenían los que adoraban a su "Dios".Ese contacto más allá de lo humano que se discierne de las lecturas de textos egipcios.Todo era más allá de lo normal...sus ritos, su escritura,su unión con la naturaleza y sus animales...
Seguiré la historia con atención.
Un beso.
Antiqva,
ResponderEliminarInuit ha leído varias veces desde el reader la historia que me parece de lo más inquietante; una serie de intriga ambientada en la época de las pirámides. Mientras leía se me iba apareciendo una gran biblioteca con centenares de papiros y se me ponían los dientes largos pensando en los jeroglíficos de los conjuros en la penumbra del lugar secreto.
Si una estuviera en dicha época y leyera esta historia, un repelús de certezas amenazantes le harían morir de miedo.
Me gusta todo lo que vas añadiendo de la propia realidad. Sólo se puede hablar con tal soltura desde el conocimiento profundo de ese tiempo histórico.
Me ha gustado tus notas aclaratorias que creo que eran necesarias.
Usted Antiqva debería cambiar de profesión y dedicarse a guionista de cine.
Un placer leerle.
Inuits
Confieso mi absoluta ignorancia en todo lo que cuentas, hechizos, magia, formulas secretas… y cuando dices que todo esta basado en hechos reales, me quedo ya patidifusa.
ResponderEliminar¡Señor! Y yo sin encontrarte antes.
¿Sabes? Creo que no deberías tener tanta prisa y acabar la historia en cuatro capítulos, es cierto que la curiosidad me consume, pero cuando estoy leyendo un libro y me gusta, no paro de mirar continuamente las hojas que me faltan porque no querría nunca que acabase, eso me pasa con tu historia.
Besos (¿tenían el beso los antiguos egipcios como muestra de afecto o era otra)
Amiga Inuit
ResponderEliminarUnas palabras para agradecerte tus comentarios y rogarte que no me llames de usted, que me veo "muy mayor", ja,ja,ja,,,
La verdad es que llevo muchos años metido en el mundo egipcio, sobre todo en lo que se refiere a la espiritualidad egipcia, y materias como esta la he abordado en otras ocasiones desde el punto de vista meramente historico, por lo que digamos que "me apetecia" un poco meterme desde un punto de vista meramente novelesco, pero lo cierto es que nunca habia escrito un cuento ambientado en el antiguo Egipto.
En fin, que cuando uno ve que ademas os gusta, pues hasta "se estremece un poco", ja,ja,ja...
Un abrazo, amiga ( me dejas riendome por eso del cambio de profesion...)
Amiga Marinel:
ResponderEliminarSi me pidieran que definiera la cultura egipcia con una sola palabra diria: MAGIA.
Todo en Egipto estaba presidido por la MAGIA.
El concepto de magia no era como el que tenemos nosotros. No podemos extrapolar nuestro modo de ver las cosas al que tenian los egipcios.
Para ellos, cuando el Dios Uno (Atum-Ra; luego llamado Amon) creo el mundo lo hizo usando el digamos poder magico, que ellos llamaban HEKA, y fue asi como se crearon a los dioses y a los hombres, de modo que HEKA estaba por encima de los propios dioses, solo subordinado al Dios Uno.
Del mismo modo que ese Dios, con el poder de Heka, lo podia todo, los sacerdotes y los magos, usando ese mismo poder, lo podian igualmente todo.
Ese es el sentido profundo de la magia en Egipto. Igual que Dios uso la magia para crear el mundo, del mismo modo el mago utiliza ese poder para conseguir cualquier cosa.
En fin, lo dejo que me lio. Es que es un tema que me encanta. Veras que ese concepto de MAGIA supera al que tenemos los hombres modernos.
Un abrazo, amiga Marinel
Amiga Petitesa, te agradezco tus simpaticas palabras, y me encanta que te este gustando la historia.
ResponderEliminarPosiblemente resulte mas grata de leer contada como un cuento que como un texto digamos puramente historico, pero lo cierto es que los fundamentos son historicos.
De hecho, creo que existe alguna novela que se desarrolla en esos momentos del reinado de Ramses III y que tratara tambien de esas cosas.
Algun dia a ver si me animo a hablar un poco del erotismo en el antiguo Egipto. No es algo que conozca mucho, pero desde luego he visto en algun lugar imagenes de personas besandose e incluso alguna en la que estaban digamos "matrimoniando", ja,ja,ja...
Pienso que uno de los ritos que se hacian a las momias para reanimar el cuerpo y volverlo a la vida era, entre otros muchos, el rito "de la animacion del falo".
En el Libro de los Muertos existen diversas referencias a que en el Mas Alla, el difunto desea seguir, digamos, "matrimoniando", vamos seguir disfrutando del sexo.
Incluso en las tumbas aparecen imagenes de mujeres (estatuillas) que animadas magicamente permitirian que el difunto "no se privara de nada" en el mas alla...
A ver si me animo, algun dia de estos, y escribo de la erotica egipcia en nuestro mundo y en el mas alla...
Un abrazo, amiga
Amigos Tawaki y Maria, gracias por vuestras palabras. Uno se siente "enloquecer" viendo que esta extraña historia os resulta atractiva.
ResponderEliminarUn abrazo, amigos
por tu participación tienes una mención especial en mi cuaderno. Quieres pasar a retirarla?
ResponderEliminarbesos.
He oído que las historias que se cuentan como cuentos, se memorizan mejor. A mi me gusta.
ResponderEliminarUn abrazo
Estoy totalmente enganchada a estas entradas, amigo, y eos que acabo de regresar. Espero con ansias la próxima entrega.
ResponderEliminarUn abrazo.
He leído la primera y la segunda parte de esta historia de lucha por el poder y también de lealtad, pues eso es lo que representa Hori. Me impresionan las personas que no dudan en ponerse en peligro por cumplir con aquello que consideran su deber. Espero la continuación. Besitos.
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