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miércoles, 17 de septiembre de 2008

HORI Y LA CONJURA DEL HARÉN (III)





El dios se manifiesta

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La reina, conocedora de los Misterios de la Vida y de la Muerte, sabía lo que tenía que hacer. Hizo llamar a todos los profetas de los templos de la ciudad y a los más poderosos magos de la corte. Todos ellos, siguiendo lo que ella les había ordenado, procedieron a invocar al espíritu del rey fallecido, y este, atraído por la fuerza inmensa de esa petición, decidió bajar del Reino Celeste y manifestarse en majestad a los hombres. La luz que radiaba del dios era tan inmensa que ningún hombre podía soportar su visión. Tendidos todos en el suelo, con los ojos cerrados, escucharon sus palabras.

El dios les hizo saber que había sido asesinado, pero que él, Glorificado ahora en el Cielo de Amón-Ra nunca hubiera podido entrometerse en la vida de Egipto de no haber sido expresamente invocado por los hombres de la Tierra Negra. Solo en casos excepcionales en que la maldad y el caos estuvieran a punto de triunfar podía admitir el Dios Primigenio que los dioses ayudasen a los hombres. En circunstancias normales los egipcios cuentan con la ayuda de su rey, el dios viviente, que vela por su cuidado. En estos momentos, sin embargo, estando el país sin su Señor y amenazado por el caos, Amón-Ra había accedido a que Ramsés III, invocado por sus sirvientes, se manifestara a los hombres.

Y en su revelación ordenó el espiritu Glorificado del rey que se constituyese un tribunal que habría de juzgar a los Grandes Criminales que estaban involucrados en la sedición. Antes todos ellos habrían de ser detenidos, lo que se haría de inmediato por los oficiales del ejército. Hory, al que la reina Isis se lo había pedido, fue uno de los responsables de la captura de todos los criminales que en aquellos momentos estaban en Tebas. Incluso Pentaur, el hijo del Cuerpo del Dios fue también arrestado.

Desde el más allá, Ramsés III, en su revelación ordenó que el tribunal estuviese integrado por doce hombres buenos. Entre ellos fue designado Hory junto a dos supervisores del Tesoro, cinco mayordomos del Palacio, dos escribas, un mando militar y un adjunto al Rey. Todos ellos, todos los jueces que habríamos de juzgar a los Grandes Criminales, éramos hombres que habíamos sido considerados amigos por el rey asesinado.

Y dijo el espíritu del dios:

“Decid a esos doce hombre buenos que he elegido que deben juzgar a esos criminales que son la abominación de la tierra. Decidles que deben prestar atención y deben cuidar de no permitir que nadie inocente sea castigado erróneamente.”

Y el espíritu del que había sido nuestro Señor en la Tierra Negra nos hizo saber que toda la responsabilidad del juicio habría de recaer sobre nosotros, sobre los jueces, ya que él, Ramsés, había sido ya Glorificado ante el Gran Dios y declarado exento de falta alguna durante toda la eternidad. Ramsés deseaba que la justicia se hiciera triunfar en Egipto pero había indicado que la responsabilidad de cualquier posible acto de injusticia que pudiéramos cometer los jueces sería algo de lo que solo nosotros seríamos responsables. Nada de lo que nosotros –hombres buenos- pudiéramos hacer que resultase indigno a los ojos de Maat podría serle imputado a él.


Juicio y castigo

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Fue entonces, cuando Pentaur, Hui y tantos otros intrigantes habían sido detenidos, cuando un grupo de mujeres del harén que habían estado relacionadas con algunos de ellos urdieron la intriga horrible que habría de causar gran dolor a algunos de esos hombres buenos, Hori entre ellos, que Ramsés había designado como jueces.

Esas mujeres solicitaron entrevistarse con algunos de los jueces y con algunos oficiales del ejército. Acudimos a esa entrevista Pai-Bes, Mayordomo del Palacio; Mai, Escriba de los Archivos; Tai-Nakhet, Oficial de Infantería; Nanai, Oficial de Policía, y Hori, Portaestandarte de Infantería.

No sabíamos entonces que las mujeres lo único que pretendían era utilizar los poderes de la magia sobre nosotros para lograr que nuestros corazones, en lugar de buscar la verdad en el juicio, actuaran en complicidad con los Grandes Criminales que habían intentado alterar el orden del mundo.

Y las mujeres, malvadas, consiguieron con su magia alterar la conciencia de los cuatro hombres buenos que junto a Hori habían acudido a la entrevista. Los cuatro habrían de sufrir luego las consecuencias de ese acto de indignidad. Solamente Hori habría de poder escapar de la intriga.

Todos los Grandes Criminales fueron juzgados por los hombres buenos, por los amigos del rey asesinado. Solamente Teye, la esposa del dios, quedó al margen de las decisiones de los hombres. Habría de ser juzgada por el propio Ramsés. Nada podemos decir de lo que a ella le sucedió. Solo los dioses lo saben. Nunca más se la vio en la tierra.

Fueron juzgados un total de quince criminales. En los archivos se encuentran los nombres de los declarados culpables, que Hori no puede reproducir. Baste decir que Pentaur, el Gran Usurpador, y Hui, el Gran Mago del Mal, entre otros, fueron condenados a muerte, de modo que se les dejó solos en la sala y se les conminó a que ellos mismos acabaran con su vida. Ningún hombre quiso manchar sus manos matando a esos Grandes Criminales sino que se les forzó a que ellos mismos dispusieran de su vida. Muchos otros condenados, que habían actuado como cómplices en la intriga, fueron castigados con la ablación de sus narices y orejas. Desde entonces, poseídos por la vergüenza, jamás se les habría de ver fuera de sus casas.

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(Continuará...)


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23 comentarios:

  1. Siempre me ha impresionado la crueldad venida de la mano de la "justicia" egipcia. La ablación de la nariz y las orejas, era un castigo tan cruel como tantos otros que se imponían en aquella época.
    En un libro, que al final me he leido unas cuantas veces, habla del primer campo de concentración creado por los Hicsos, enemigos acérrimos de Egipto, que a punto estuvieron de hacerse plenamente con el país de las dos coronas.Todo quedó en años de lucha feroz y pérdidas irreparables como la de dos faraones, por ejemplo.Lucha regada con magia sublime de la mano de Ahotep,"la Reina Libertad".
    Es tanta la crueldad que se puede leer, que se pone la carne de gallina.
    Sin embargo sigue cautivándome esa cultura especial.
    Un beso, maestro.

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  2. Es fascinante la cultura egipcia. Gracias por acercarnos ese relato.
    Un beso.

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  3. ... los puntos para la continuación, las malvadas mujeres influyeron en los hombres buenos o justos...
    Esperaré la última parte.

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  4. Querido Antiqva, me da la impresión, que la justicia ha estado siempre hecha unos zorros, tanto en la antigüedad como ahora.
    Y lo de ser declarado exento de falta alguna, durante toda la eternidad incluso me parece haber leído algo parecido en la prensa de estos días.
    Lo peor de todo es la incapacidad que tiene el ser humano de aprender de los errores pasados.

    Y después del rollazo, he de decirte que espero ansiosa la próxima entrega, y que creo que tu relato tiene la capacidad de ser tremendamente intemporal, aun desarrollándose hace miles de años en el antiguo Egipto.

    Besos

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  5. Sigo bajo el influjo del encantamiento con este relato. La justicia, los jueces personajes de tu escrito, me hacen sentir que habiendo transcurrido el tiempo, el hombre poco y nada ha aprendido. Pues la crueldad se sigue manifestando de diferentes maneras y siendo aplicadas en muchos casos por quienes son los que tienen los atributos del poder. Y desde ese poder corrompen, engañan, servilizan y someten a quienes deberían defender y ayudar.
    Ya ves, querido Antiqva como tu escrito me hace delirar y volar a otros destinos inciertos pero actuales cuyo futuro es impredecible.

    Qué final le darás a esto? Quizás sea ejemplarizador para la humanidad toda, quizás sea aberrante. Lo cierto es que apasiona y capta mi atención esperando ansiosamente por el próximo capítulo.

    Linda y sentida la visita que me has hecho esta tarde.
    Transmitir sentimientos a través de este mundo cibernético.

    Estamos asistiendo a un nuevo modo de comunicarnos y el tiempo y los resultados serán los que determinen lo valioso o no de este mundo bloggero que atraviesa fronteras, continentes y se va nutriendo con lo que cada cual es capaz de dar generosamente. Entre esas personas, vos sos uno de ellos, no hay duda. No sabes cómo aprendo leyéndote, aunque no logre aplicarlo. Pero me satisface, me da placer llegar aquí y encontrar que nos dejaste algo nuevo y misterioso como esto último.

    Un gran abrazo Amigo!!!!
    desde esta noche porteña esperando la llegada de la primavera.

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  6. Amiga Marinel, el mundo egipcio desprende algo que, sin duda, atrae a muchas personas, sobre todo en lo que yo diria "espiritualidad de sus iniciados" y en sus grandes obras de arte, pero luego en la realidad cotidiana era una sociedad, digamos, "asiatica", con un poder muy centralizado y en el que se actuaba sin miramientos.

    Menos mal que alli todo estaba sometido a la Regla de Maat (lo que es Justo o Verdadero) y de algun modo eso condicionaba la actuacion de los hombres.

    Los Hicsos eran asiaticos y si pretendieron dominar Egipto tuvieron que hacerlo a sangre y fuego...

    Un abrazo, amiga

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  7. Amiga Sara, a mi la verdad es que lo egipcio me fascina, poco mas te podria decir, sobre todo -hablando de literatura- los textos que los propios egipcios escribieron.

    Un abrazo,

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  8. Amiga Alfaro, ya mismo lanzare la cuarta entrega del culebron, en donde se ve lo que paso. Insistir ahora en que eso de las mujeres y algunos jueces fue algo real, no inventado por mi...

    Un abrazo, Alfaro

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  9. Amiga Petitesa, en la Historia, el faraon -despues de muerto- hablo a los hombres y decidido que se creara un tribunal que juzgara a los criminales.

    Pero el faraon queria dejar bien claro que el estaba exento de culpa en el caso de que los jueces "juzgaran injustamente". Ese es el sentido de esas palabras.

    Es decir, el faraon queria vivir eternamente y no queria ser complicado o manchado con la posible actuacion injusta del tribunal.

    Y es que los egipcios eran tremendamente sutiles.

    Esto de un faraon que hace una revelacion, tras su muerte, es algo que no es extraño a la cultura egipcia. Logicamente el autor real de esa revelacion no era el muerto, sino su sucesor en el trono, que se legitimaba invocando a su antecesor.

    A veces era un dios, incluso, el que hablaba para legitimar al nuevo faraon...

    Un abrazo, amiga

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  10. La verdad, amiga Susuri, es que creemos que el hombre moderno lo ha inventado todo, pero todo ya existia desde que el hombre es hombre, salvo logicamente el avance de las ciencias.

    Lo que nosotros vivimos o pensamos lo han vivido o pensado los hombres desde los tiempos mas antiguos, y las virtudes y defectos estan desde siempre a nuestro lado. Nosotros no hemos inventado ni lo bueno ni lo malo.

    Es una satisfaccion que el cuento te permita volar a los munds de la imaginacion

    Un abrazo, amiga

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  11. Sigo el relato, aunque no diga nada... es que lo disfruto y me fascina la historia.
    Espero con ganas la siguiente entrega.
    Eres una mina...
    Un beso, cielo.
    Natacha.

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  12. Fíjate Antiqva que antes se tenía que recurrir a los grandes poderes para alterar la conciencia de pocos y ahora, los medios, gran poder, alteran las conciencias colectivas sin grandes esfuerzos.
    Los doce hombres buenos me han hecho pensar en el teatro con Rodero y otros, Doce hombre sin piedad, que vi de adolescente en la tele.
    Me queda la curiosidad de cómo dispusieron de su vida estos hombres condenados.
    Me gusta esa forma digna de ordenar la sentencia. Nadie se quiere manchar con ese indigno veneno.
    Inuits

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  13. He leído con atención tus tres relatos y sigo aprendiendo de tì. Gracias.

    Seguimos...

    Abrazos chico.

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  14. Amiga Natacha: No, si ya lo decia yo... se echa de menos a la niña de las coletas...

    Pero aqui esta, ah que maravilla verte, amiga...

    Un abrazo, Natacja

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  15. Amiga Inuit, pues a eso no puedo contestar, ya que el Papìro Juridico de Turin, en el que se inspira el cuento no dice el modo en que los Grandes Criminales se suicidaron, digamos que algo forzados. Quizas algun veneno, quizas se clavaron un puñal, quien sabe...

    Un abrazo, amiga Inuit, y gracias siempre por tus palabras.

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  16. Amiga Clarice, es un gran honor que te guste el relato; una satisfaccion inmensa para este Antiqva.

    Un abrazo, amiga

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  17. Antiqva: ya estoy en contacto con México. Es probable que me llamen ellos por teléfono, o de lo contrario estaré llamando yo.

    Tienes algún dato más de Cristina como para preguntar? Me ha entrado mucha angustia a mi también, ya que uno de mis amigos es de Morelia, y no tengo correos de él, estoy haciendo puente con el Distrito Federal y Guadalajara.

    Un abrazo, pidiéndole a Dios que Cristina, mi amigo Hek y todos sus afectos estén bien y orando también por aquellos que sufrieron las consecuencias de "esos inadaptados" generando ese desastre.

    ünamos solidariamente en la felicidad y también en estos momentos que es cuando más nos necesitan.

    Abrazo de corazón a corazón.

    18 de septiembre de 2008 16:44

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  18. Nada hay nuevo bajo el sol. Todos los poderosos se declaran exentos de culpa, por supuesto. Q poco han cambiado las cosas!
    Un besico.

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  19. Amigo, me pongo al corriente de tu blog, leo y me maravillo. Mira que el escritor dentro de ti a empezado a mostrarnos sus dones.
    Me gusta la intriga de la novela.
    Ecos de la historia que nos regalas tan bien narrados.
    Espero el desenlace con ansías.

    Gracias por tus muestras de afecto.
    Un abrazo!

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  20. Se pone durilla la historia jajajaja, pero me encanta igualmente, me parece muy interesante todo lo que en ella cuentas, ¿y algo tierno? jo la chispa hombre de dios!!! jajaja

    Bueno, bueno esperaremos a ver que nos depara el siguiente capitulo...

    Muchos besos por ahí.

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  21. Susuru, Sara, Cristina y Sendieva: amigas, unas lineas para agradeceros vuestras palabras. En estos momentos, acabo ya de lanzar la ultima parte, es decir, que esto ya se acaba.

    En un par de dias pondre, digamos como epilogo, unas notas de tipo historico sobre esta historia.

    Un abrazo y gracias por vuestra amabilidad, amigas.

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  22. Sigo pensando que si cambiáramos los nombres sería un relato muy actual.

    Lo de que sean doce, ¿es una licencia tuya o era algo real?

    Un abrazo.

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  23. Amigo Tawaki, eran doce, es decir no es una licencia sino que en el Papiro de Turin se les cita expresamente, y Hori, por ejemplo, era realmente un Portaestandarte de Infanteria.

    Un abrazo, amigo

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Gracias, siempre, por tus palabras...