Como quiera que las actividades comerciales de su padre no podían interesarle, Kafka, en octubre de 1907, entra a trabajar en la compañía de seguros “Assicurazioni Generali” y, unos meses más tarde, en julio de 1908, en la "Compañía de Seguros de Accidentes de Trabajo”, en la que permanecerá hasta su jubilación anticipada y voluntaria, en julio de 1922, dos años antes de su muerte. Toda una vida de funcionario, sometido a la irracionalidad de los horarios y a las sofocantes sinuosidades de la burocracia austrohúngara. Clima que reflejará en “El proceso”, aunque la polivalencia de su contenido implique además un sesgo profético. Se ha visto en su trama una suerte de premonición de lo que, años a venir, sufrirían sus hermanos de raza acosados por la Gestapo. Las tres hermanas de Kafka –Elli, Valli y Ottla- morirían en los campos de concentración. En “El proceso” nos adentramos en una de las ciudadelas del absurdo kafkaiano , donde la angustiada gelidez constata que la claridad y la justicia nunca podrán dar razón de su existencia a quien las busca...
Joaquín Vidal Albiñana (Franz Kafka o la ebriedad del abandono, en Obras escogidas de Franz Kafka).
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