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domingo, 16 de marzo de 2008

ARROYO DE SANTA MARÍA







El pasado fin de semana un grupo de amigos nos desplazamos al Valle de los Pedroches, en Sierra Morena, para visitar los trabajos de limpieza y puesta en valor que el Taller de Empleo “Arqueología en Majadaiglesia” ha venido realizando en este interesante yacimiento arqueológico que está situado en el término municipal de El Guijo, muy cerca de la ermita de la Virgen de las Cruces, en un paraje natural de gran atractivo, atravesado por las aguas del arroyo de Santa María.

Nuestra anfitriona, que nos brindó amenas explicaciones acerca de los diversos restos del pasado que se conservan en este yacimiento, nos llamó la atención, especialmente, sobre la interesante infraestructura hidráulica de época romana en la que se integran una cisterna abovedada, otra cisterna descubierta que alcanza trece metros de longitud, acueductos subterráneos abovedados, pozos, etc. Es especialmente atractivo el estado de conservación de dos escaleras en abanico que se integran en la natatio de un edificio termal situado en la ladera suroeste del cerro donde se asentaba esta antigua ciudad.

Tras recorrer detenidamente Majadaiglesia, nos desplazamos a la cercana ermita de las Cruces, donde se conserva una excepcional pila bautismal de inmersión de tiempos paleocristianos. Allí también atrajo nuestra atención una curiosa lápida funeraria romana que está incrustada en la puerta del templo, quizás para que todo el mundo la tenga que pisar cuando quiera entrar, quien sabe.

Terminada la visita “oficial” al yacimiento y a la ermita, y tras habernos sido explicados por nuestra amiga con todo lujo de detalle los materiales que se han recuperado en estos trabajos de limpieza y conservación, entre ellos bellas piezas de “Terra Sigillata”, tuvimos oportunidad de llevar a cabo un gratísimo paseo siguiendo el cauce del arroyo de Santa María, paseo que es lo que uno, ahora, desea resaltar con una pequeña representación fotográfica. Aparte de los propios valores naturales de estos parajes del Valle de los Pedroches, donde se combina la belleza de Sierra Morena con sus sugerentes panorámicas de dehesas, pudimos disfrutar con la contemplación de abundantes cigüeñas, cuyos nidos, situados en los extremos más elevados de los árboles, ofrecían un bellísimo contraste en el soleado horizonte de aquella jornada primaveral.


3 comentarios:

  1. Que estupenda excursión, no solo por lo bonito del paraje, sino además, por el hecho de llevar a alguien a tu lado que te va aportando los conocimientos del lugar. Así, se disfruta el doble.

    Recuerdo haber aprendido esa poesía del Marqués de Santillana hace muchos años, cuando estaba en el instituto. Ayer, precisamente, esperando el autobús la leía, está puesta en la marquesina de mi parada.

    Saludos

    Irene

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  2. Bellísimo contraste, los ojos hacia el cielo (y se divisan las cigüeñas) y hacia la tierra.

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  3. El Guijo, amigos, es un pueblecito en donde todavia se vive como hace 50 años y que, ademas, tiene un entorno natural "que quita el hipo".

    Quizas por ello las cigueñas gustan de anidar por sus alrededores.

    Un abrazo

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