Durante casi cinco años Fray Luis de León estuvo encerrado en Valladolid en las cárceles de la Inquisición. Se le acusaba de haber traducido al castellano el “Cantar de los Cantares”.
Nos parecen cosas absurdas, prohibiciones intolerables que pertenecen a un pasado muy lejano. Sin embargo, muy a nuestro pesar, aún se dan en tantas partes del mundo... La obsesión de los tiranos es silenciar. Respecto a El Cantar de los cantares, te diré que en el blog "Toro de barro" (con enlace en mi página) hay colgada la traducción que ha hecho su administrador, poeta y editor, y es realmente bella. No lo digo en detrimento de Fray Luis, sino porque, como es lógico, las formas son más actuales. Besos.
Ahora entiendo mejor tu otra entrada. Por sí sola ya es bellísima.
ResponderEliminar¡Que tiempos aquellos...!
ResponderEliminarLo cierto es que las tres entradas estan claramente entrelazadas.
Faltaria añadir aquellos versos de Fray Luis sobre su encierro (aquello de la mentira y la envidia
Un abrazo
Y tantos acusados por traducir.
ResponderEliminarSeguimos en la historia que tú nos haces conocer y recordar.
Abrazos.
Y todavía puede dar gracias que pudo seguir con vida, después.
ResponderEliminarUn saludo, amigo mío.
Natacha.
Nos parecen cosas absurdas, prohibiciones intolerables que pertenecen a un pasado muy lejano. Sin embargo, muy a nuestro pesar, aún se dan en tantas partes del mundo... La obsesión de los tiranos es silenciar. Respecto a El Cantar de los cantares, te diré que en el blog "Toro de barro" (con enlace en mi página) hay colgada la traducción que ha hecho su administrador, poeta y editor, y es realmente bella. No lo digo en detrimento de Fray Luis, sino porque, como es lógico, las formas son más actuales. Besos.
ResponderEliminarEsperemos que esos tiempos inquisitoriales, amigos, no vuelvan jamas.
ResponderEliminarEstas cosas hacen que uno recuerde El hereje, de Miguel Delibes, ambientado precisamente en Valladolid.
Leeremos a Toro de Barro, por cierto.
Un abrazo