Si los besos no llegan esta primavera, esperaremos al verano, y si no al otoño, y si tampoco llegan, aun nos queda el invierno.
Ayer te besé en los labios (Pedro Salinas)
Ayer te besé en los labios. Te besé en los labios. Densos, rojos. Fue un beso tan corto que duró más que un relámpago, que un milagro, más. El tiempo después de dártelo no lo quise para nada ya, para nada lo había querido antes. Se empezó, se acabó en él. Hoy estoy besando un beso; estoy solo con mis labios. Los pongo no en tu boca, no, ya no -¿adónde se me ha escapado?-. Los pongo en el beso que te di ayer, en las bocas juntas del beso que se besaron. Y dura este beso más que el silencio, que la luz. Porque ya no es una carne ni una boca lo que beso, que se escapa, que me huye. No. Te estoy besando más lejos.
Amigo.... Disculpa el abuso pero me he puesto a jugar con tus letras... Porque creo que la cosa cambia mucho con dos puntos más. Mira:
"Quería creer que con la primavera volverían sus besos..."
Cuando los puntos suspensivos cierran esta maravillosa, maravillosa frase, la esperanza se mantiene viva... Es como decir que, quería creerlo aunque pareciera imposible y, por eso, después de los puntos suspensivos vinieron los besos ;)
Y ahora:
"Quería creer que con la primavera volverían sus besos."
El inclemente punto final dice: "Pero no." Y entonces me entra la terrible nostalgia... la nostalgia, amigo, de los besos que no volvieron con la primavera...
Y es así en las letras como en la vida: todo puede cambiar en dos segundos... con dos puntitos más... ;)
Y todo esto, ¿sabes por qué??? porque he leído el poema del libro, el de la foto, y le he abierto la puerta a la noche.. la noche que golpeaba en el cristal, en la estrofa final... Y he creído que al voltear la página ella abría la ventana... la abría, dejando entrar a la primavera, que transformó los sollozos en besos. Que hizo florecer las semillas que sembró la despedida...
Yo ya me despedía…. y palpitante cerca mi labio de tus labios rojos, "Hasta mañana", susurraste; yo te miré a los ojos un instante y tú cerraste sin pensar los ojos y te di el primer beso: alcé la frente iluminado por mi dicha cierta. Salí a la calle alborozadamente mientras tu te asomabas a la puerta mirándome encendida y sonriente. Volví la cara en dulce arrobamiento, y sin dejarte de mirar siquiera, salté a un tranvía en raudo movimiento; y me quedé mirándote un momento y sonriendo con el alma entera, y aún más te sonreí… Y en el tranvía a un ansioso, sarcástico y curioso, que nos miró a los dos con ironía, le dije poniéndome dichoso: Perdóneme, Señor esta alegría... Amado Nervo.
Te regalo estos versos besucones,que a mí me encantan. Para que no te falten nunca besos... Te dejo muchos,pero que muchos muchos Muuuuuuuuaaaaaaakkkkkkkkssssss
¡Ay!, los besos que se fueron, ya no volverán..los besos futuros, si la tremenda e imprevisible VIDA quiere,entrarán hasta por los ojos del pan. Hay que creer. Inuits
Hola Antiqva!
ResponderEliminarAunque no hayan vuelto sus besos; aguarda, ten esperanza, seguro que vuelven.
Abrazos!
.Gs.
P.D. Dejé un premio en mi blog, ¿te pasas a recogerlo sabio amigo?
Me gusto Antiqva;
ResponderEliminarSi los besos no llegan esta primavera, esperaremos al verano, y si no al otoño, y si tampoco llegan, aun nos queda el invierno.
Ayer te besé en los labios
(Pedro Salinas)
Ayer te besé en los labios.
Te besé en los labios. Densos,
rojos. Fue un beso tan corto
que duró más que un relámpago,
que un milagro, más.
El tiempo
después de dártelo
no lo quise para nada
ya, para nada
lo había querido antes.
Se empezó, se acabó en él.
Hoy estoy besando un beso;
estoy solo con mis labios.
Los pongo
no en tu boca, no, ya no
-¿adónde se me ha escapado?-.
Los pongo
en el beso que te di
ayer, en las bocas juntas
del beso que se besaron.
Y dura este beso más
que el silencio, que la luz.
Porque ya no es una carne
ni una boca lo que beso,
que se escapa, que me huye.
No. Te estoy besando más lejos.
Besos, estos de inmediato.
...pues es verdad que ha llegado la primavera...
ResponderEliminary si no que lean este precioso y breve poema.
Un abrazo.
Qué preciosura de entrada!!!
ResponderEliminarLlegó la Primavera, que lleguen los besos.
Abrazos
Nunca se sabe aun queda primavera para que te lleguen esos besos..
ResponderEliminarPor el momento te llega uno mío :)
Cuando algunos besos se van.. no importa la época que sea...
ResponderEliminarUn beso, corazón. Tu siempre tendrás los míos.
Natacha.
Amigo.... Disculpa el abuso pero me he puesto a jugar con tus letras... Porque creo que la cosa cambia mucho con dos puntos más. Mira:
ResponderEliminar"Quería creer que con la primavera volverían sus besos..."
Cuando los puntos suspensivos cierran esta maravillosa, maravillosa frase, la esperanza se mantiene viva... Es como decir que, quería creerlo aunque pareciera imposible y, por eso, después de los puntos suspensivos vinieron los besos ;)
Y ahora:
"Quería creer que con la primavera volverían sus besos."
El inclemente punto final dice: "Pero no." Y entonces me entra la terrible nostalgia... la nostalgia, amigo, de los besos que no volvieron con la primavera...
Y es así en las letras como en la vida: todo puede cambiar en dos segundos... con dos puntitos más... ;)
Y todo esto, ¿sabes por qué??? porque he leído el poema del libro, el de la foto, y le he abierto la puerta a la noche.. la noche que golpeaba en el cristal, en la estrofa final... Y he creído que al voltear la página ella abría la ventana... la abría, dejando entrar a la primavera, que transformó los sollozos en besos. Que hizo florecer las semillas que sembró la despedida...
besos!!! mi querido Antiqva...
y este es el punto final: .
Pues se dice que cuando deseas algo con todas tus fuerzas, se cumple. Además cuenta con la complicidad de la primavera...
ResponderEliminarUn abrazo Antiqva.
Haydeé :)
La primavera, siempre "la maldita primavera"...jaja
ResponderEliminarSi tan solo le hicieramos más caso al invierno y sus silencios...
Yo ya me despedía…. y palpitante
ResponderEliminarcerca mi labio de tus labios rojos,
"Hasta mañana", susurraste;
yo te miré a los ojos un instante
y tú cerraste sin pensar los ojos
y te di el primer beso: alcé la frente
iluminado por mi dicha cierta.
Salí a la calle alborozadamente
mientras tu te asomabas a la puerta
mirándome encendida y sonriente.
Volví la cara en dulce arrobamiento,
y sin dejarte de mirar siquiera,
salté a un tranvía en raudo movimiento;
y me quedé mirándote un momento
y sonriendo con el alma entera,
y aún más te sonreí…
Y en el tranvía
a un ansioso, sarcástico y curioso,
que nos miró a los dos con ironía,
le dije poniéndome dichoso:
Perdóneme, Señor esta alegría...
Amado Nervo.
Te regalo estos versos besucones,que a mí me encantan.
Para que no te falten nunca besos...
Te dejo muchos,pero que muchos muchos
Muuuuuuuuaaaaaaakkkkkkkkssssss
Preciosa foto. Me encanta y también que la esperanza no se pierda...
ResponderEliminarUn abrazo
Conchi
pues si quieres creer....
ResponderEliminarCreerás
y volveran
algunas
cosas que se fueron
y también los besos
Llegarán en otoño. Lo sé.
ResponderEliminarAbrazos.
¡Ay!, los besos que se fueron, ya no volverán..los besos futuros, si la tremenda e imprevisible VIDA quiere,entrarán hasta por los ojos del pan.
ResponderEliminarHay que creer.
Inuits
Sus besos volverán en otros labios como las flores volverán en otras plantas. (No me salió muy poético, perdón...)
ResponderEliminarTus frases son bellísimas y sugeridoras de mil imágenes.
Felices Pascuas.