Imágenes: Antiqva
No hace mucho, en otra entrada, hablábamos del encanto que tiene para Antiqva recorrer los cauces secos de los torrentes que atraviesan Sierra Morena y contemplar los efectos que la fiereza del agua han ido produciendo a lo largo de millones de años en las piedras depositadas en estos cauces.
En estos días pasados hemos tenido oportunidad de llevar a cabo, en las inmediaciones de la pequeña población de San Nicolás del Puerto, enclavada en la Sierra Norte de Sevilla, una ruta de senderismo que nos llevó al bosque de galería que por estos parajes atraviesa el río Huéznar, que brinda al viajero magníficas imágenes de los saltos por los que sus aguas se van despeñando. No se trata de un cauce seco sino que aquí el agua está viva y en todo su esplendor.
Antiqva, claro, se volvió loco disparando fotografías a las aguas revueltas, que algo alocadas brincaban entre las rocas empeñadas con infinita paciencia en irlas esculpiendo y modelando a su gusto.
Ah, que magnífica conjunción la del agua y la piedra, sobre todo cuando –como es en esta ocasión- el conjunto está adornado con una lujuriosa vegetación.
No hace mucho, en otra entrada, hablábamos del encanto que tiene para Antiqva recorrer los cauces secos de los torrentes que atraviesan Sierra Morena y contemplar los efectos que la fiereza del agua han ido produciendo a lo largo de millones de años en las piedras depositadas en estos cauces.
En estos días pasados hemos tenido oportunidad de llevar a cabo, en las inmediaciones de la pequeña población de San Nicolás del Puerto, enclavada en la Sierra Norte de Sevilla, una ruta de senderismo que nos llevó al bosque de galería que por estos parajes atraviesa el río Huéznar, que brinda al viajero magníficas imágenes de los saltos por los que sus aguas se van despeñando. No se trata de un cauce seco sino que aquí el agua está viva y en todo su esplendor.
Antiqva, claro, se volvió loco disparando fotografías a las aguas revueltas, que algo alocadas brincaban entre las rocas empeñadas con infinita paciencia en irlas esculpiendo y modelando a su gusto.
Ah, que magnífica conjunción la del agua y la piedra, sobre todo cuando –como es en esta ocasión- el conjunto está adornado con una lujuriosa vegetación.
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Hasta he olido la hierba húmeda, y oído el salto del agua,
ResponderEliminarpreciosas imágenes y también el texto.
Me encantaría dejarte por comentario el silbido del viento huracanado que ha pasado junto a mi ventana hace unos instantes, o el glorioso canto de la cascada en cuyas aguas heladas me he bañado hace pocos días, o el silente canto de las estrellas que brillan esta noche...
ResponderEliminarTodo eso porque eres un amante de la naturaleza y te entregas a su contemplación y exaltación como solo lo hace un alma enamorada...
Pero no tengo más que palabras por ahora, mi querido amigo... El canto de la vida lo has puesto tú con tus maravillosas fotos... ;)
un abrazo, amigo!!
No me extraña que les hicieras fotos, son preciosos esos saltos de agua, me han encantado. besos
ResponderEliminarVaya mi con mi entrañable Antiqva. Lo que se tenía reservado en imágenes, que de textos conocemos.
ResponderEliminarEl agua lamiendo la piedra, el agua besando la piedra,la piedra sumiéndose inexorablemente al labrado y moldeado de su forma por la materia líquida.
¡Ay , ay la frondosidad!, no te embosques.
;)) Inuits
Esas fotos hacen que me venga a la cabeza una sola cosa...: VIDA
ResponderEliminarSon preciosas y eso que no tenemos el sonido del agua, que me chifla...
Un beso, querido amigo
Natacha.
Mágica cosa el agua, q tenemos un instante entre las manos y poco después horada una montaña...
ResponderEliminarUn besico.
Aunque tu voz me llegue de tan lejos, siempre me trae colores, sensaciones.
ResponderEliminarAgua y piedra hechos uno, en fusión, y el ojo humano cazador de imagenes, que sabe encontrar a su presa.
Muy bello, como siempre.
Un abrazo!
LA VI!!!
ResponderEliminarsin duda, es una geniecillo de las aguas ;)
¿no te ha embrujado????
jeje..
Precioso paseo, y acertadas palabras.
ResponderEliminar¡Cómo te envidio!
Un abrazo
Totalmente de acuerdo, magnífica conjugación la imagen de las piedras y el agua, quedó perfecto, un placer que lo hayas compartido y nosotros poder disfrutarlo.
ResponderEliminarUn beso, amigo.
Lujuriosa es la expresión apropiada,desde luego.
ResponderEliminarY esas pequeñas cascadas, parecen piernas saltarinas y risueñas de la tupida vegetación,que las arropa con ternura a la vez que de manera salvaje.
Me da la sensación de que los duendecillos y hadas del bosque, han tenido mucho que ver en tu empeño feroz por hacer las fotos...querían que sacaras su esencia impregnándolo todo...
Besos,amigo Antiqva.
Preciosas fotos, como magnífico sería el paseo por aquella sierra. Veo que te conservas en forma, jaja. ¡quién pudiera!!!
ResponderEliminarUn abrazo y feliz fin de semana.
Conchi
Que maravilla de imágenes. Cuando frescor. Si es que se viven al verlas.
ResponderEliminarUn abrazo
Sí, el agua está viva!!! Se la ve disfrutar entre las piedras y la vegetación, la siento reír!
ResponderEliminarPreciosas imágenes, y también tus palabras, amigo.
Aquí tenemos también unas bellísimas cascadas de aguas cristalinas que cantan todo tipo de melodías. Sólo hay que acallar la mente por unos instantes y disfrutar.
Un abrazo y feliz domingo.
es el paisaje preferido por mí.
ResponderEliminarlujuriosa vegetación y el manantial de agua que fluye, que canta, que silba, que arremete apasionadamente, libre como el viento.
abrazos
Ya veo a tu cámara con traje de baño, jajaja...Lindas fotos.
ResponderEliminarPor acá donde vivo, también tenemos varias cascadas y es hermoso sentirlas tan cerca.
Beso.