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domingo, 30 de septiembre de 2007

COMPAÑERA


Amor mío,
dulce amor mío,
hoy es treinta de septiembre de 2007,
hace ya 32 años
que te amo.

Inspirado en los poemas (*) de otro hombre,
de un hombre que también amó,
he escrito estos versos.

Él también buscó a Dios,
como yo.

Ante Dios y ante ti
solo puedo decir: “gracias”.
Gracias por estos 32 años de amor.

En ti, dulce amor, y en nuestras hijas,
también están mis alas,
las alas que algún día me llevarán a Dios,
las alas que algún día me llevarán a ese lugar
en el que mis padres, dormidos,
escuchan la música oculta que rige el universo.

Allí, ellos sueñan y aguardan,
en un lugar sin tiempo,
la llegada de su hijo.

Gracias, dulce amor;
gracias por acompañarme.

(*) Esos poemas de los que se habla, de Dámaso Alonso, son “Yo”, “Las alas” y “La madre”, que se integran en su obra “Hijos de la ira”.

2 comentarios:

  1. Hoy he leido aqui,"Él también buscó a Dios,como yo." (Ahora sé porque di con este blog...)
    ¡Hermoso!
    Felicidades por ese amor de años, amores así son los que inspiran.

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  2. Gracias, desde el corazón...

    Como alguien dijo, quizás sea cierto que es un corazón lo que mueve el mundo.

    ResponderEliminar

Gracias, siempre, por tus palabras...

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