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Y yo mismo, ¿cómo podría vivir una vida que merezca vivirse, cómo podría sentir el ritmo vital de mi pensamiento si no me escapara ásí que puedo de la ciudad, a correr por campos y lugares, a comer de lo que comen los pastores, a dormir en cama de pueblo o sobre la santa tierra si se tercia? A sacudir, en fin, el polvo de mi biblioteca. Si yo fuera el hombre de libros que me creen los que no me conocen; si yo no anduviera de un sitio a otro, hablando con todo el mundo; si el sol no me hubiera mudado muchas veces la piel de la cara, ¿creéis que podría conservar esta caudal de pasión que a las veces se vierte, dicen, en injusticia? No, no ha sido en libros, no ha sido en literatos donde he aprendido a querer a mi patria: ha sido recorriéndola, ha sido visitando devotamente sus rincones...
Y yo mismo, ¿cómo podría vivir una vida que merezca vivirse, cómo podría sentir el ritmo vital de mi pensamiento si no me escapara ásí que puedo de la ciudad, a correr por campos y lugares, a comer de lo que comen los pastores, a dormir en cama de pueblo o sobre la santa tierra si se tercia? A sacudir, en fin, el polvo de mi biblioteca. Si yo fuera el hombre de libros que me creen los que no me conocen; si yo no anduviera de un sitio a otro, hablando con todo el mundo; si el sol no me hubiera mudado muchas veces la piel de la cara, ¿creéis que podría conservar esta caudal de pasión que a las veces se vierte, dicen, en injusticia? No, no ha sido en libros, no ha sido en literatos donde he aprendido a querer a mi patria: ha sido recorriéndola, ha sido visitando devotamente sus rincones...
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Miguel de Unamuno (Por tierras de Portugal y España).
Miguel de Unamuno (Por tierras de Portugal y España).
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