Imagen: Antiqva
En estos días pasados, diversos hechos que se han arremolinado en torno a Antiqva, algunos imaginarios y otros plenamente reales, han permitido que nuestro hombre haya podido disfrutar de gratos momentos de ensoñación.
Todo comenzó en la mañana del 15 de agosto, cuando Antiqva paseaba por las inmediaciones del Guadalquivir y reparó en un canto rodado de cuarcita que estaba revestido por una sugerente pátina. No se lo pensó demasiado y tomó alguna fotografía de la piedra, que luego dejó de nuevo en la tierra.
Esa misma tarde, mientras contemplaba la imagen en el ordenador, se le habría de venir a la mente la idea de escribir un cuento en el que el protagonista, él mismo, “subía” esa fotografía a un álbum de imágenes de Internet y al poco recibía un “e-mail” de una persona llamada Náyade, supuestamente una “Ninfa de las Aguas”, que le mostraba su agradecimiento por ello. Este cuento lo habría de publicar Antiqva en “Imágenes y palabras” el 27 de agosto.
Mientras tanto, y al margen de todo esto, los días 17 y 19 de agosto publicaba Antiqva otro texto en el que hablaba de Miguel Delibes, Nerea Riesco, las novelas y la magia. En la segunda parte de ese texto comentaba la grata impresión que le había producido leer la novela “Ars Magica”, de Nerea Riesco.
El mismo día 19, para su sorpresa, Antiqva recibió un correo de la escritora en el que esta le agradecía los comentarios que había vertido en “Imágenes y palabras” acerca de su novela… Antiqva, que pensó que solo gracias al aviso de algún “dulcísimo Ángel” podía haber tenido la mujer conocimiento de estas cosas le respondió ese mismo día:
“Estimada Nerea:
Tras recibir su correo de ayer en el que me agradece ciertas palabras publicadas en mi blog acerca de su “Ars Magica” he de decirle que he quedado “alegremente perplejo”…
Ante todo, ruego de antemano disculpe mi “atrevimiento” al enviarle estas palabras, pero es que –sinceramente- cuando leí su “e-mail” no pude evitar sonreír.
Me explicaré…
El sábado pasado, día 15, salí a pasear por las inmediaciones del Guadalquivir. Me encanta la fotografía, de modo que en cierto momento “me topé” con un canto rodado que estaba recubierto de una sugerente pátina y no dudé en tomar una imagen. Hasta aquí, todo de lo más normal.
Ese mismo día, por la tarde, con un sol de justicia afuera, estuve escribiendo un cuento para el que encontré inspiración en el hallazgo de esa piedra “decorada”. Me permito enviarle un archivo con el texto de ese cuento, así como una imagen de la piedra en cuestión. En el cuento, evoco a una supuesta “Ninfa de las Aguas”, en este caso del Guadalquivir, que envía al protagonista un “e-mail” en agradecimiento por haber colgado algo en Internet. Este cuento, ahora inédito, lo publicaré próximamente en mi blog. Hasta aquí, todo sigue de lo más normal.
Aún cuando vivo desde hace muchísimo tiempo en Córdoba, lo cierto es que hasta los 20 años viví en Valladolid, ciudad que visito de manera periódica. De hecho, en el mes de julio estuve allí con mi esposa. Fue entonces cuando compré su “Ars Magica”, que allí comencé a leer… Con motivo de ese viaje escribí un texto que habla de Miguel Delibes, Nerea Riesco, la novela y la magia, que he publicado en mi blog en dos partes estos días pasados. Hasta aquí todo sigue, como antes, de lo más normal.
Mi estado de “alegre perplejidad” se ha producido cuando hoy he leído su correo en el que me dice “Gracias” por las palabras que he publicado sobre su novela. Entiendo que no puede ser una mera casualidad que yo publicara el texto y usted, de inmediato, me dé las gracias. Es algo que me ha sorprendido pero entiendo que tendrá alguna explicación, aunque a mí esa explicación “se me escape”. Todo sigue, pues, “normal”.
Lo que realmente me ha sorprendido es que el sábado yo escribiera un cuento en el que una “Ninfa de las Aguas” me da las gracias por algo que he hecho en Internet y a los pocos días suceda que realmente una “Ninfa de las Aguas” (eso es Nerea, en este caso de las aguas del mar) me las dé también por algo que igualmente he hecho en Internet. Sin duda, entre una cosa y otra no puede haber más relación que la pura casualidad, pero, claro, uno siempre tendrá la duda de si ese tal “Antiqva” habrá llegado realmente a intuir, de algún modo desconocido, que el correo de una “Ninfa de las Aguas” se iba a producir… ¿Quién sabe?
En fin, que todo esto, “tan mágico”, me ha hecho sonreír y dado que estamos en verano, en un tiempo más relajado, me he atrevido a trasladarle estas palabras. Se trata, en suma, de que gracias a las “bondades” de Internet estoy viviendo estos sucesos, que se han encadenado, como un bellísimo “cuento real”, de modo que en esta ensoñación uno ya casi no distingue entre la Ninfa de mi pequeño relato y la Nerea de “Ars Magica”… Ambas han actuado de la misma manera…
En fin, con respecto al cuento que le adjunto, le diré que uno nunca los había escrito… Fue cuando inicié el blog cuando comencé a hacerlo. Nunca he podido asistir a un taller literario (¡ya lo deseo!), de modo que lo que escribo lo hago por intuición y, sin duda, reviste escaso interés… Ahora, gracias a la magia de Internet, ocurre que incluso las gentes “normales” podemos atrevernos a hacer este tipo de cosas y ver que, además, otras personas nos leen…
Y ya termino, amiga Nerea, aprovecho esta oportunidad para hacerle seguir un saludo muy afectuoso y deseo dejar constancia de que soy yo el que ha quedado muy agradecido por sus palabras. Ya sabe que en Córdoba tiene un lector que sigue su obra.”
Hasta aquí el correo cursado por Antiqva. Esa misma noche la escritora le contestó. En ese nuevo “e-mail” tras comentar ciertas “casualidades” vinculadas con su vida y su obra, terminaba diciendo:
“Tu cuento me ha parecido delicioso. Evocador, con mucha magia mezclándose con la cruda realidad, lo cual entra dentro de mis preferencias…”
Cuando Antiqva leyó estas palabras de Nerea Riesco, no pudo disimular la inmensa sensación de felicidad que embargaba su alma…
En estos días pasados, diversos hechos que se han arremolinado en torno a Antiqva, algunos imaginarios y otros plenamente reales, han permitido que nuestro hombre haya podido disfrutar de gratos momentos de ensoñación.
Todo comenzó en la mañana del 15 de agosto, cuando Antiqva paseaba por las inmediaciones del Guadalquivir y reparó en un canto rodado de cuarcita que estaba revestido por una sugerente pátina. No se lo pensó demasiado y tomó alguna fotografía de la piedra, que luego dejó de nuevo en la tierra.
Esa misma tarde, mientras contemplaba la imagen en el ordenador, se le habría de venir a la mente la idea de escribir un cuento en el que el protagonista, él mismo, “subía” esa fotografía a un álbum de imágenes de Internet y al poco recibía un “e-mail” de una persona llamada Náyade, supuestamente una “Ninfa de las Aguas”, que le mostraba su agradecimiento por ello. Este cuento lo habría de publicar Antiqva en “Imágenes y palabras” el 27 de agosto.
Mientras tanto, y al margen de todo esto, los días 17 y 19 de agosto publicaba Antiqva otro texto en el que hablaba de Miguel Delibes, Nerea Riesco, las novelas y la magia. En la segunda parte de ese texto comentaba la grata impresión que le había producido leer la novela “Ars Magica”, de Nerea Riesco.
El mismo día 19, para su sorpresa, Antiqva recibió un correo de la escritora en el que esta le agradecía los comentarios que había vertido en “Imágenes y palabras” acerca de su novela… Antiqva, que pensó que solo gracias al aviso de algún “dulcísimo Ángel” podía haber tenido la mujer conocimiento de estas cosas le respondió ese mismo día:
“Estimada Nerea:
Tras recibir su correo de ayer en el que me agradece ciertas palabras publicadas en mi blog acerca de su “Ars Magica” he de decirle que he quedado “alegremente perplejo”…
Ante todo, ruego de antemano disculpe mi “atrevimiento” al enviarle estas palabras, pero es que –sinceramente- cuando leí su “e-mail” no pude evitar sonreír.
Me explicaré…
El sábado pasado, día 15, salí a pasear por las inmediaciones del Guadalquivir. Me encanta la fotografía, de modo que en cierto momento “me topé” con un canto rodado que estaba recubierto de una sugerente pátina y no dudé en tomar una imagen. Hasta aquí, todo de lo más normal.
Ese mismo día, por la tarde, con un sol de justicia afuera, estuve escribiendo un cuento para el que encontré inspiración en el hallazgo de esa piedra “decorada”. Me permito enviarle un archivo con el texto de ese cuento, así como una imagen de la piedra en cuestión. En el cuento, evoco a una supuesta “Ninfa de las Aguas”, en este caso del Guadalquivir, que envía al protagonista un “e-mail” en agradecimiento por haber colgado algo en Internet. Este cuento, ahora inédito, lo publicaré próximamente en mi blog. Hasta aquí, todo sigue de lo más normal.
Aún cuando vivo desde hace muchísimo tiempo en Córdoba, lo cierto es que hasta los 20 años viví en Valladolid, ciudad que visito de manera periódica. De hecho, en el mes de julio estuve allí con mi esposa. Fue entonces cuando compré su “Ars Magica”, que allí comencé a leer… Con motivo de ese viaje escribí un texto que habla de Miguel Delibes, Nerea Riesco, la novela y la magia, que he publicado en mi blog en dos partes estos días pasados. Hasta aquí todo sigue, como antes, de lo más normal.
Mi estado de “alegre perplejidad” se ha producido cuando hoy he leído su correo en el que me dice “Gracias” por las palabras que he publicado sobre su novela. Entiendo que no puede ser una mera casualidad que yo publicara el texto y usted, de inmediato, me dé las gracias. Es algo que me ha sorprendido pero entiendo que tendrá alguna explicación, aunque a mí esa explicación “se me escape”. Todo sigue, pues, “normal”.
Lo que realmente me ha sorprendido es que el sábado yo escribiera un cuento en el que una “Ninfa de las Aguas” me da las gracias por algo que he hecho en Internet y a los pocos días suceda que realmente una “Ninfa de las Aguas” (eso es Nerea, en este caso de las aguas del mar) me las dé también por algo que igualmente he hecho en Internet. Sin duda, entre una cosa y otra no puede haber más relación que la pura casualidad, pero, claro, uno siempre tendrá la duda de si ese tal “Antiqva” habrá llegado realmente a intuir, de algún modo desconocido, que el correo de una “Ninfa de las Aguas” se iba a producir… ¿Quién sabe?
En fin, que todo esto, “tan mágico”, me ha hecho sonreír y dado que estamos en verano, en un tiempo más relajado, me he atrevido a trasladarle estas palabras. Se trata, en suma, de que gracias a las “bondades” de Internet estoy viviendo estos sucesos, que se han encadenado, como un bellísimo “cuento real”, de modo que en esta ensoñación uno ya casi no distingue entre la Ninfa de mi pequeño relato y la Nerea de “Ars Magica”… Ambas han actuado de la misma manera…
En fin, con respecto al cuento que le adjunto, le diré que uno nunca los había escrito… Fue cuando inicié el blog cuando comencé a hacerlo. Nunca he podido asistir a un taller literario (¡ya lo deseo!), de modo que lo que escribo lo hago por intuición y, sin duda, reviste escaso interés… Ahora, gracias a la magia de Internet, ocurre que incluso las gentes “normales” podemos atrevernos a hacer este tipo de cosas y ver que, además, otras personas nos leen…
Y ya termino, amiga Nerea, aprovecho esta oportunidad para hacerle seguir un saludo muy afectuoso y deseo dejar constancia de que soy yo el que ha quedado muy agradecido por sus palabras. Ya sabe que en Córdoba tiene un lector que sigue su obra.”
Hasta aquí el correo cursado por Antiqva. Esa misma noche la escritora le contestó. En ese nuevo “e-mail” tras comentar ciertas “casualidades” vinculadas con su vida y su obra, terminaba diciendo:
“Tu cuento me ha parecido delicioso. Evocador, con mucha magia mezclándose con la cruda realidad, lo cual entra dentro de mis preferencias…”
Cuando Antiqva leyó estas palabras de Nerea Riesco, no pudo disimular la inmensa sensación de felicidad que embargaba su alma…
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Felicidades, Antiqva, porque estas cosas no suceden todos los días, o no suceden nunca, o solo una vez en la vida, son esas casualidades encadenadas, el azar y la mano del hombre que empuja la 1ª piedrecita, en este caso Antiqva, a quien tengo yo por un hombre muy sabio y sensato, ha comprado 1º un libro, luego recogió una piedra y luego escribió un cuento.
ResponderEliminarEntretanto, a una escritora le llegó un link con la entrada de ese hombre citándola por la compra de un libro, y el nombre de protagonista(?) de un cuento.
Es fabuloso, es mágico, Antiqva, realmente estas cosas no suceden todos los días.
No te preocupes por los tallere literarios, tan de moda, tú no los necesitas, eres original, y eres buen narrador.
Un abrazo.
Muy merecido Antiqva!!! FELICITACIONES!!!
ResponderEliminarHasta Argentina se siente tu alegría!!!
Besosss.
Muchas felicidades, realmente es una maravillosa magia que se convierte en memoria.
ResponderEliminarNo pares.
Abrazos.
Ostras, Antiqva, felicidades!!!!
ResponderEliminarLa magia funciona, ves?
Un abrazo.
Muchas veces la realidad supera la ficción: ;)
ResponderEliminarMe alegro por estas causalidades-casualidades.
Besos
Es estupendo Antiqva lo que nos cuentas Felicidades! que lindo, es un lindo incentivo para que nos sigas contando y transmitiendo tu sabiduria,.... Sin duda, hay instantes que son para el alma, como un licor de Eternidad.....que nos abre las puertas del cielo.
ResponderEliminarme hiciste estremecer de pies a cabeza!!!
ResponderEliminary acá estamos con tormentas eléctricas, encontraré algo mágico yo también?
Abrazos Antiqva, y sigue deleitándonos con tus cuentos asombrosos.
Felicidades Antiqua por esa sorpresa tan agradable. Imagino como debes estar.
ResponderEliminarConchi me envió un video tuyo ¡genial!
Un abrazo
Antiqva, están pasando muchas cosas... El mundo se está convirtiendo, poco a poco, en un lugar mejor, más hermoso... vemos cosas que antes no veíamos y aparecen seres y colores distintos....
ResponderEliminardespacito... vamos descubriendo... ¡Y es maravilloso!
Leerlo es genial.. sentirlo ¡sublime!
Gracias por compartirlo y hacerme saber que no soy la única que siente cosas nuevas y extraordinarias.
Un beso, corazón.
Natacha.
Antiqua....Los hechos nos superan a veces,en el borde de la silla me ha mantenido mientras le leía,una cadena de sucesos que en todo caso tambien se traducen en una inquietante entrada.
ResponderEliminarMi mas cordial saludo.
Lo que me parece del todo inquietante es que en menos de un año yo misma haya soñado con llamarme Antiqua y Nerea.
ResponderEliminarLos sueños eran de distinta índole, pero en ambos un pasado remoto me hacía protagonista.
Las ninfas del agua se llaman también Ondinas... y haberlas, hay-las.
;-))))
LLego desde nuestra común amiga (lunática o selenita) de coletas en blanco y negro.