Porque cada pensamiento que dejaba escapar de su mente, era como una perla rosada.Con ellos iba formando una estela directa hacia el cielo, una especie de escalera hasta las nubes... Todos sabían que faltaba poco para acabarla y expectantes, esperaban y temían el final... ¿La perderían?¿perderían los pensamientos hermosos que regalaba?... Perdón, me ha salido de un tirón, sin pensar. Besos.
Hola Antiqva.Quería pedirte que por favor borres mi comentario.Estoy dándole vueltas desde que lo hice y me siento mal,porque tus escritos no ncesitan comentarios como el mío,ya que lo dicen todo sin necesidad de añadidos ajenos.Perdón.Aveces no pienso que pueden molestar.Lo siento y gracias. Un besito.
El otro día cuando leí esto intenté escribir algo y no pude. Es tanat la expectativa que puediera continuarse que el fragmento en mi cabeza se qeudaba siempre incompleto. Estuve pensanod el fin de semana que el éter de la sustancia aérea que ampara nuestras letras realmente deja una parte fundamental de nosotros mismos. Si nuestro "continente" diario como una cáscara vieja el "contenido" nuestro se desparrama como unas ceras calientes de colores penterando en el agua fría y tomando caprichosas formas. la sustancia de los deseos y las almas también etéreas.
Me quedé sin palabras entonces al ver tantas cosas que pasaban por mi cabeza a tropel esperando salir de forma "cérica", como la cera de colores en un gran jarrón de cristal.
Antiqva, yo también aguardo con atención. Para aprender ha hacer algo tan prodigioso.
ResponderEliminarUn beso, guapo
Natacha.
Querido amigo, me apunto, no a esperar a ver lo que pasa, me apunto a que también se transformen mis pensamientos en fastuas y lujosas pertenencias.
ResponderEliminarMe pido un yate para este verano que ya está próximo.
Un besito
Porque cada pensamiento que dejaba escapar de su mente, era como una perla rosada.Con ellos iba formando una estela directa hacia el cielo, una especie de escalera hasta las nubes...
ResponderEliminarTodos sabían que faltaba poco para acabarla y expectantes, esperaban y temían el final...
¿La perderían?¿perderían los pensamientos hermosos que regalaba?...
Perdón, me ha salido de un tirón, sin pensar.
Besos.
Eres un prodigio, haces un cuento con solo dos frases....
ResponderEliminarY no necesita mas...
Hola Antiqva.Quería pedirte que por favor borres mi comentario.Estoy dándole vueltas desde que lo hice y me siento mal,porque tus escritos no ncesitan comentarios como el mío,ya que lo dicen todo sin necesidad de añadidos ajenos.Perdón.Aveces no pienso que pueden molestar.Lo siento y gracias.
ResponderEliminarUn besito.
Quizá sólo se posee lo que se piensa y lo que se siente.
ResponderEliminarLeerte me ha recordado a una mujercita con un nombre lindo y que quiero mucho y que vive en mi país.
ResponderEliminarAbrazos.
Hermoso!
ResponderEliminarPara "tener" algo debemos visualizarlo y sentirlo, aunque debemos ir por ello y no solo esperar!
Me pregunto esas posesiones queridas que eran? para alimentar al alma. al corazón o su existencia? perdon por mi ignorancia!!
Me encanta leerte! :)
Cuidate!
Amiga Merinel, ¿porque voy a borrar algo si es precioso...?
ResponderEliminarAl contrario, no puedo sino agradecer tus palabras.
Por mi parte, encantado de ellas...
Un abrazo, amiga
Y de pronto descubrió que su posesión más querida eran sus amigos... :)
ResponderEliminarhermosa imágen!
Un fuerte abrazo Antiqva!
El otro día cuando leí esto
ResponderEliminarintenté escribir algo
y no pude.
Es tanat la expectativa
que puediera continuarse
que el fragmento en mi cabeza
se qeudaba siempre incompleto.
Estuve pensanod el fin de semana
que el éter de la sustancia aérea
que ampara nuestras letras
realmente deja una parte fundamental de nosotros mismos.
Si nuestro "continente" diario
como una cáscara vieja
el "contenido" nuestro
se desparrama
como unas ceras calientes de colores
penterando en el agua fría y tomando caprichosas formas.
la sustancia de los deseos y las almas
también etéreas.
Me quedé sin palabras entonces
al ver tantas cosas
que pasaban por mi cabeza a tropel
esperando salir de forma "cérica",
como la cera de colores en un gran jarrón de cristal.