Devuelve duplicados los bienes que tu madre te dio.
Manténla como ella te mantuvo.
Para ella fuiste una carga pesada, pero nunca te dejó atrás.
Cuando naciste, mes tras mes, estuvo unida a ti.
Su pecho alimentó tu boca durante tres años.
Cuando crecías y limpiaba tus heces, ella no manifestaba repugnancia. Nunca dijo "¿Qué voy a hacer?"
Cuando te envió a la escuela, y te enseñaron a escribir, ella se seguía ocupando de ti, el pan y la cerveza no te faltaban en su casa.
Ahora, te has casado, has establecido un nuevo hogar, debes cuidar a tus hijos, como ella te cuidó a ti.
¡Que tu madre no tenga ahora motivo de queja de ti!
¡Que no tenga que alzar sus manos a Dios!
¡No hagas que Dios tenga que oir sus quejas!
Manténla como ella te mantuvo.
Para ella fuiste una carga pesada, pero nunca te dejó atrás.
Cuando naciste, mes tras mes, estuvo unida a ti.
Su pecho alimentó tu boca durante tres años.
Cuando crecías y limpiaba tus heces, ella no manifestaba repugnancia. Nunca dijo "¿Qué voy a hacer?"
Cuando te envió a la escuela, y te enseñaron a escribir, ella se seguía ocupando de ti, el pan y la cerveza no te faltaban en su casa.
Ahora, te has casado, has establecido un nuevo hogar, debes cuidar a tus hijos, como ella te cuidó a ti.
¡Que tu madre no tenga ahora motivo de queja de ti!
¡Que no tenga que alzar sus manos a Dios!
¡No hagas que Dios tenga que oir sus quejas!
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Libro de Sabiduría de Any (antiguo Egipto)
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