Las ruinas de Pompeya, tras la explosión del Vesubio, quedaron sepultadas durante siglos. Ahora, a medida que se van desenterrando, nos permitan contemplar una muestra magnífica de lo que fue una ciudad romana en los tiempos del siglo primero de nuestra era. Reviste especial interés el hecho de que se han conservado multitud de inscripciones o grafitos (más de 10.000 se han publicado) que se desparramaban por las paredes de las calles y casas pompeyanas.
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Reproducimos uno de esos grafitos, en este caso amatorio, pompeyano:
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Primero con el embrujo de tus ojos me has hecho arder de pasión,
y ahora das rienda suelta a las lágrimas por tus mejillas,
pero las lágrimas no pueden apagar mis llamas:
ellas me queman el rostro y me consume el corazón.
Ésta es una composición poética de Tiburtino".
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Estaba escrito en la pared de un teatro. Se trata de un bello poema en el que los sentimientos de amor y desamor se entrecruzan. Las lágrimas de la amada no pueden apagar las llamas de la pasión del amante. Hemos utilizado la edición de E. Montero Cartelle (Grafitos Amatorios Pompeyanos) integrada en la Biblioteca Clásica Gredos.
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