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viernes, 5 de octubre de 2007

ALEJANDRÍA Y EL MITO DE HERMES


Los orígenes misteriosos atribuidos a la alquimia encontraron su expresión más influyente en la figura legendaria de Hermes Trimegisto, aparecida en las escuelas alejandrinas cuando Egipto se integró en la cultura griega. Trimegisto (el “tres veces grande”) estaba relacionado tanto con el dios griego Hermes, inventor de las artes, como con la divinidad egipcia Thot; los maestros medievales creían todavía en su origen sobrenatural y mítico, y veían en Hermes al depositario de una sabiduría confiada por las potencias celestes: el primer adepto de la historia de la humanidad y el primer padre de la Tradición.

Trimegisto fue considerado el autor de las obras más celebres de la literatura alquímica: los diálogos del “Corpus Hermeticum” y la famosa “Tabla de la Esmeralda”. Pero el gran número de textos que se le atribuyen sugiere que su figura fue utilizada como un recurso de “autoridad” para permitir la concentración de un conjunto de conocimientos.

Los progresos de la alquimia grecorromana están documentados en el “Papyrus Holmiensis” y el “Papyrus X de Leyde”, del siglo III. En Alejandría, patria mítica del saber occidental, se definieron los rasgos básicos de la alquimia: en un fenómeno inigualado de sincretismo cultural, entraron en contacto los vastos conocimientos míticos y técnicos de los sacerdotes de Heliópolis, los misterios iniciáticos de Samotracia, los saberes de los Curetes de Creta y de los Telquinos de Rodas. Allí tuvo lugar el encuentro y la fusión de los conocimientos iniciáticos del mundo antiguo. Los primeros tratados de entonces conforman los eslabones iniciales de la gran cadena del saber tradicional, así como la fuente específica de la alquimia occidental.

A principios del siglo IV, las enseñanzas alquímicas se liberaron del ámbito de la leyenda y adquirieron los fundamentos de una verdadera ciencia en los textos de María la Profetisa, Cleopatra y, sobre todo, Zósimo de Panópolis. Este último sistematizó las operaciones de transformación metálica según un ritual que simbolizaba la muerte y la resurrección, sentando las bases del imaginario científico que la alquimia representa.

Andrea Aromatico (Alquimia, el secreto entre la ciencia y la filosofía)

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