Cogidos de la mano,
dulcemente,
aquel día,
paseábamos.
El cielo estaba gris
y lloviznaba,
pero nosotros,
cogidos de la mano,
dulcemente,
paseábamos.
Han pasado los dias,
han pasado los años,
y sigue la lluvia
-insistente-,
nuestros cuerpos
empapando.
Pero nosotros,
tu y yo,
venciendo a la lluvia
-insistentes-,
cogidos de la mano,
seguimos,
dulcemente,
paseando.
dulcemente,
aquel día,
paseábamos.
El cielo estaba gris
y lloviznaba,
pero nosotros,
cogidos de la mano,
dulcemente,
paseábamos.
Han pasado los dias,
han pasado los años,
y sigue la lluvia
-insistente-,
nuestros cuerpos
empapando.
Pero nosotros,
tu y yo,
venciendo a la lluvia
-insistentes-,
cogidos de la mano,
seguimos,
dulcemente,
paseando.
La lluvia...y ese amor que inspira, ya lo he dicho.
ResponderEliminarBellísimo!
Saludos querido Amigo.
Lo cierto es que cuando escribí estos torpes versos pensaba en lo que sobre la lluvia te habia leido.
ResponderEliminarDe algun modo seria una de esas "Dioscidencias", que se van "interactuando".
Unas cosas van induciendo a otras...
Y la vida continua...
Un abrazo