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viernes, 22 de agosto de 2008

CONSORCIOS AMOROSOS

Helena y Paris
Eduardo García Benito (Art Déco)


HELENA:

¡Vienes de la lucha, y hubieras debido perecer a manos del esforzado varón que fue mi anterior marido! Blasonabas de ser superior a Menelao, caro a Ares, en fuerza, en puños y en el manejo de la lanza; pues provócale de nuevo a singular combate. Pero no: te aconsejo que desistas, y no quieras pelear ni contender temerariamente con el rubio Menelao; no sea que en seguida sucumbas, herido por su lanza.

Respondióle Paris con estas palabras:

PARIS:

Mujer, no me zahieras con amargos baldones. Hoy ha vencido Menelao con el auxilio de Atenea; otro día le venceré yo, pues también tenemos dioses que nos protegen. Más, ea, acostémonos y volvamos a ser amigos. Jamás la pasión se apoderó de mi espíritu como ahora; ni cuando, después de robarte, partimos de la amena Lacedemonia en las naves surcadoras del ponto y llegamos a la isla de Cránae, donde me unió contigo amoroso consorcio: con tal ansia te amo en este momento y tan dulce es el deseo que de mí se apodera.

Dijo, y empezó a encaminarse al tálamo; y en seguida le siguió la esposa.

Acostáronse ambos en el torneado lecho…


Homero (Ilíada, rapsodia III)
.

3 comentarios:

  1. Ah!
    El amor,
    desde la Ilíada,
    por ejemplo.

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  2. Antqva me estoy dando cuenta que eres un romántico empedernido.

    Estos griegos a pesar de dar a entender que lo suyo era la guerra y las conquistas, detrás de todas ellas subyacían las grandes pasiones y los amores más increíbles.
    Y es que el amor puede ser tan maravilloso como terrible, tan vital como letal.


    Besos

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  3. No sé yo si el lecho arregla todos los desacuerdos,pero mientras se "ama" quizás se olvidan.

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Gracias, siempre, por tus palabras...