El coronel la persiguió con una mirada completamente inconsciente. Ella habló en la penumbra cuando cerró la ventana.
-¿Usted sueña con frecuencia?
-A veces –respondió el coronel, avergonzado de haber dormido-. Casi siempre sueño que me enredo en telarañas.
-Yo tengo pesadillas todas las noches –dijo la mujer-. Ahora se me ha dado por saber quién es esa gente desconocida que uno se encuentra en los sueños.
Conectó el ventilador eléctrico. “La semana pasada se me apareció una mujer en la cabecera de la cama”, dijo. “Tuve el valor de preguntarle quién era y ella me contestó: Soy la mujer que murió hace doce años en este cuarto.”
-La casa fue construida hace apenas dos años –dijo el coronel.
-Así es –dijo la mujer-. Eso quiere decir que hasta los muertos se equivocan.
El zumbido del ventilador eléctrico consolidó la penumbra…
Gabriel García Márquez (El coronel no tiene quien le escriba)
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Bueno,Antiqva, se ve que tu mente y la mía tienen ultimamente la misma obsesión...
ResponderEliminarQué preciosidad de párrafo...¿Quién sabe por qué se equivocan?. Quizá también sueñan o andan perdidos hasta ubicarse, quizá...no sé...Te dejo una frasecita de las mías ( no mía, sino que la busco porque me gusta)
"La muerte es sólo el despertar de un profundo sueño."
José Llamazales.
Besos.
Te aseguro que los muertos también se equivocan... a veces se equivocan a la hora de morirse.
ResponderEliminarUn beso, querido.
Me ha gustado mucho.
Natacha.
He dejado otro regalito en la luz, esta vez. jajaja.
Estoy con mi Nata, muchas equivocaciones de esas, demasiadas... pero quién las decide.. cmplicado verdad?
ResponderEliminarBesos guapo!!
...más bien creo que se equivocó de muerto...
ResponderEliminarUn abrazo
¡Que maravillosa novela! Como todas las de García Márquez. Apenas había leído los dos primeros renglones de tu post y ya sabía que estaría hablando un personaje de Gabo.
ResponderEliminarSupongo que estarás pasando un feliz verano, disfrutando de la madre naturaleza que tanto te gusta.
Un abrazo, querido amigo
Antiqva, sólo quiero saludarte, y que volveré más tranquila. Tus escritos merecen leerlos con detenimiento y disfrutando de ellos
ResponderEliminarUn abrazo
………Ella se asomó a la ventana pero su rostro no reveló ninguna emoción. “Me gustaría sembrar las rosas”, dijo de regreso a la hornilla. El coronel colgó el espejo en el horcón para afeitarse.
ResponderEliminar—Si quieres sembrar las rosas, siémbralas —dijo.
Trató de acordar sus movimientos a los de la imagen.
—Se las comen los puercos —dijo ella.
—Mejor —dijo el coronel—. Deben ser muy buenos los puercos engordados con rosas…….
Para mí el mejor.
Me gustan todas sus obras, pero quizás por ser la primera y la que me hizo descubrir que uno podía sumergirse dentro de un libro, quedarse en medio y observar todo lo que sucede desde todos los ángulos posibles, levantar las esquinas de las hojas y contemplar los entramados de una historia : fue “Crónica de una muerte anunciada” (Fue como entrar en un mundo tridimensional)
Pero creo que su mejor obra es, “El amor en los tiempos del cólera”, magistral.
Besos (desde Macondo)
Dejar de soñar es morir un poco...
ResponderEliminarSaludos
Chau
Me tengo que leer esta novela, increíble pero no lo he hecho.
ResponderEliminarYa está sobre la mesita de noche.
Leyendo este fragmento, creo que hay que leer la novela, de García Márquez he leído Cien años de soledad.
ResponderEliminarUn abrazo
Excelente. No lo recordaba.
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