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viernes, 8 de agosto de 2008

PERMITID, SEÑOR





Permitid, Señor un poco de lujuria en este mundo.
Permitid que el roce de los labios sea caliente levadura,
permitid que las pupilas de luto del deseo se hundan en el pozo de otros ojos,
permitid que la mano del osado amante palpe la sangre ajena estremecida.

Dejad hervir la entraña de los machos sobre la piel desnuda,
dejad el juego de los adolescentes labios bucear en los senos de los lirios,
dejad las vírgenes con su secreto fuego ardiendo en piras escondidas,
dejad los muslos de los verdes tallos mezclarse en llamas
de tacto, en apretadas lianas de caricias.

Que el rubor se desnude enteramente y la escultura
surja de tactos y torrentes,
que los zumos de ojos exprimidos y de brazos,
manen de fuentes secretas y de labios.
Permitidlo, Señor, que ya sufrieron sus penas los humanos,
que ya, bastante, la carga duró sobre los hombros.

Juan Bernier (Permitid, Señor)

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5 comentarios:

  1. Permite, hombre, Permite ya por dios... jajaja
    Qué calor, querido...
    Un beso, casto, claro.
    Natacha.

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  2. ¡Qué preciosidad!.Y yo sin conocer esto...Bueno Antiqva, va de amores y extraños o diferentes.
    Todo pasión desbordante deseando dar forma a través de ella...lindo de verdad.
    Besos.

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  3. ...que ya la carga bastante duró...
    afortunadamente ya no es lo mismo, y cualquier edad, tiempo o estación se ve libre de cargas.

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  4. La tienes en tus brazos.
    Duermes, y la sueñas,
    y sabes que es un sueño
    todo lo que de ella ves.
    Y el corazón se te acelera,
    tiembla de fe.
    Sólo una cosa
    que le propones
    te da la prueba
    de que te querrá despierto.
    Admite que es un sueño
    lo que dices de ella,
    pero que por debajo
    del sueño, es ella
    la que tienes en tus brazos.

    GABRIEL FERRATER



    Saludos Amigo ;)

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Gracias, siempre, por tus palabras...