Páginas

martes, 12 de agosto de 2008

CARTA A UNA AMIGA









Querida amiga:

Este sábado, a primera hora de la mañana, viví una experiencia especialmente simpática con la gata Natacha y su hijo, el gato negro “sin nombre”, de modo que como tuve oportunidad de disparar algunas fotografías no he dudado en “construir” un, digamos, cuento y lo he trasladado al blog. Espero que te guste.

Pero, amiga, no es ese ahora el motivo de que te escriba, o al menos no es el motivo principal. Ya sabes que a mediados de junio, nuestra asilvestrada gata mostraba síntomas evidentes de estar preñada. Sin embargo, a finales de julio, cuando volvimos de las vacaciones, no lo estaba, por lo que pensamos que posiblemente la cosa se habría malogrado, ya que el animal tiene una cierta edad y la vida en el campo no deja de ser dura, sobre todo por el continuo acoso de los perros.

Pues bien, amiga, este mismo sábado, por la tarde, cuando estaba anocheciendo, tuve oportunidad de toparme, de súbito, con una escena tan bella como inesperada. A la sombra de una buganvilla que tenemos al lado de la casa, nuestra amiga estaba recostada en el suelo y, a su lado, jugueteaba un gatito tan blanco como ella. No veas la cara que puso cuando me dijo: “Ojo, Antiqva, que como te acerques demasiado, empiezo a maullarte… y cuídate de intentar toquetear a los críos, que te conozco…”

Y es que al fondo, sobre la propia tierra, debajo de la buganvilla, dormía placidamente otro gatito. Si, si… resulta que nuestra asilvestrada amiga, efectivamente, parió hace algún tiempo y, al menos, le han sobrevivido dos gatitos, que tiene ya prácticamente “criados”. ¿A saber donde los habrá tenido escondidos durante todo este tiempo? No cabe duda de que estos animales tienen una sabiduría natural especial, sobre todo por esa continua amenaza que supone la presencia de los perros.

Tan pronto como me recuperé “del susto”, me fui rápidamente a la cocina y volví con un par de salchichas troceadas y las puse a su lado. “Come, come…, Natacha, que ahora estás criando”, le dije. Pero para mi sorpresa uno de los gatitos (el otro siguió durmiendo) también se animó a comer salchichas. Y no veas como le cundía. Vamos que es cierto que nuestra amiga “ya los tiene criados”. Por eso, posiblemente, no ha dudado en presentarlos “en sociedad”. Como diciendo: “Antiqva, entérate de que ya mismo los dejo de alimentar y vas a tener que ponernos doble ración de ese rico pienso de salmón, con vitaminas y minerales”

Lo realmente hermoso del asunto es que el animal, para ese acto de presentación en sociedad, haya elegido nuestro jardín, lo que acredita –sin duda- que aquí se encuentra a gusto. Aunque, eso si, sigue sin dejar que pase mi mano por su lomo.

En suma, amiga, que ahora, además de una ahijada, tienes dos, digamos, “nietecillos”, de lo que he pasado rápidamente a tenerte informada, dada la debilidad que se que sientes por estos simpáticos animales.

Un abrazo, amiga, y espero que la noticia te brinde un momento de alegría.






12 comentarios:

  1. Que lindos mininos ha tenido Natacha, como ha crecido la familia gatuna...
    Saludos
    Chau

    ResponderEliminar
  2. Ésta es una de las cosas que me hacen ponerme en pie y seguir.
    La vida tiene que seguir, y nosotros con ella, tenemos gente menuda, como esos gatitos, que tienen que darnos la fuerza y la ilusión que nos falta, aunque sólo sea por ellos.

    ResponderEliminar
  3. Como me considero tu amiga, guardo tu carta y te respondo:

    Amigo Antiqva, Enhorabuena por la llegada de esos gatillos. Y por esa historia que nos has transmitido.

    un abrazo

    ResponderEliminar
  4. Qué contenta se pondrá al verlos!!! y no es para menos porque son preciosos.
    Besos.

    ResponderEliminar
  5. Ay Antiqua!
    jaja
    ¡eres incorregible!
    estás como un niño con zapatos nuevos
    Son bellos verdad?
    con esas naricillas sonrosadas
    y los ojitos curiosos
    como diciendo
    ¿que demonios será ese aparatejo
    que trae ese bicho raro tan grande?.

    Felicidades
    los mininos son preciosos,
    parecen muñequitos vivos y curiosos.

    Saludos gatunos!

    ResponderEliminar
  6. hayyyyyyyy como me ha gustado esto, ¡que hermoso Antiqva!!! como no te diste cuenta antes!!! ahyy por dios!!! jajaja, que guay como me gustan esas cosas, me hizo gracia lo de las salchichas jajaja es lo que hago yo cuando se acercan gatitos a mi parcela jajaja que bueno

    Gracias por este momento tan agradable, me encantó, besos amigo.

    ResponderEliminar
  7. Por dios, qué preciosidades de gatos, ¿qué tendrá tu jardín? ¿quizá la sombra tan buscada de esa hermosa planta?
    Y qué bien que nos lo cuentas, antiqva.
    Dicen que el gato elige a su amo, y no al revés como hacen otros animales que en seguida se dejan acariciar y querer.Gracias por dejarnos aquí tanta belleza.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  8. Querido amigo:

    No hay duda: esa gatita os ha elegido como dueños. A veces los gatos lo hacen (si te interesa puedo pasarte algo de información al respecto).

    Debió ser una de esas experiencias inolvidables.

    Siempre me resultó curioso el instinto maternal de los mamiferos (valga la redundacia). Muchos animales cuidan a sus crias mejor que nosotros mismos...

    Preciosas las fotos.

    Sin nada más que añadir, se despide tu amiga Perséfone.

    Recibe un cordial saludo.

    ResponderEliminar
  9. Una belleza.
    ¿porqué están ahí?
    Pues está muy claro, Antiqva y María son dos seres extraordinarios, que les cuidan, que les respetan... Yo, si me hacen un huequito también me apunto...
    Un beso, querido
    Natacha.

    ResponderEliminar
  10. P R E C I O S O..... Mi gato Cotton es también blanco y juega con la buganvilla que tengo en la parte delantera de mi casa... Tan bello y tierno, y tal colorido que parece irreal y poesía en movimiento, traviesa... Un saludo!

    ResponderEliminar
  11. El primer gato que tuve se llamaba Arturo, era un gato precioso negro y con los ojos verdes, siempre sabía cuando llegaba alguien conocido a casa, los demás lo sabíamos también porque se plantaba delante de la puerta a esperarlo, a veces la llegada tardaba diez o quince minutos, pero el siempre sabia que estaba en camino, nunca fallaba.


    He tenido siempre gatos (menos ahora que vivo en un piso) Amparito, Coca (en llanda-o pastel en castellano), Coco, Lluna.

    Coca y Coco dos siameses preciosos tuvieron siete crías, en el parto la gata no consentía que te marchases de su lado, si te movías ella se iba detrás de ti con la cría casi colgando.

    Siete fueron tantos, que prácticamente se le comieron una teta; la llevamos al veterinario y tuvo que cortarle la leche para que no cogiera una infección, así que nos convertimos en las amas de cría de siete bichos con un hambre caníbal, ¡una locura! cada dos horas siete biberones, menos mal que la gata seguía ayudando con el aseo de sus hijos.

    Los gatos son fantásticos, listos, independientes, cariñosos, lo que se dice de ellos que son fríos y distantes es un bulo.

    Besos

    ResponderEliminar
  12. Las imágenes todas unas postales.
    Lástima que mi Movie -mi hijo de cuatro patas- no aprecie mucho a los gatitos.

    Abrazos...

    ResponderEliminar

Gracias, siempre, por tus palabras...

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.