Cuando fue abandonada por su amante, la mujer enloqueció de dolor y su familia, entre lágrimas, se ocupó de que fuera ingresada en un hospital psiquiátrico.
Mucho tiempo después, cuando habían pasado más de veinte años, inesperadamente, la mujer fue recuperando su lucidez, pero para entonces, desgraciadamente, nadie quería reclamarla, de modo que nunca pudo abandonar el hospital.
Murió, anciana, rodeada de dementes a los que durante muchos años prodigó su cariño.
Mucho tiempo después, cuando habían pasado más de veinte años, inesperadamente, la mujer fue recuperando su lucidez, pero para entonces, desgraciadamente, nadie quería reclamarla, de modo que nunca pudo abandonar el hospital.
Murió, anciana, rodeada de dementes a los que durante muchos años prodigó su cariño.
Esta serie de cuentos mínimos ¡me encanta! :)
ResponderEliminarEste, en concreto, está inspirado en una vida real, la de Camille Claudel, cuya vida, primero a la sombra de Rodin y luego internada en un asilo, refleja inmensas miserias...
ResponderEliminarPues no sabes lo que me encanta que te gusten estos pequeños cuentos...
Un abrazo
Gracias, antiqva por pasarme tu enlace y escribir el relato con que has homenajeado a Camille Claudell.
ResponderEliminarAfortunadamente su obra está ahí, la ha sobrevivido. Su existencia, terrible... El amor nunca ha de superar nuestra propia vida o las consecuencias pueden ser tan dramáticas como las ocurridas a esta pobre mujer.
Un beso