Páginas

martes, 20 de noviembre de 2007

EL AS DE BRONCE (I) – LA BATALLA DE ILIPA

Reverso de un as de bronce de Kastilo
.
.
Aprovechando la oscuridad de la noche, el grupo de hombres, en una pequeña barca, cruzó las aguas del Betis, esperando poder eludir la persecución de los romanos, que controlaban férreamente los caminos que desde Ilipa se dirigían a Corduba.

Dos días antes, los hombres de Publio Cornelio Escipión habían masacrado a las tropas cartaginesas que se les habían enfrentado en la batalla de Ilipa, en el lugar que hoy conocemos como Vado de las Estacas. Corría el año 206 antes de nuestra era. Los 50.000 infantes, 4.000 jinetes y 32 elefantes que integraban el ejército púnico habían sucumbido ante las legiones romanas (45.000 infantes y 3.000 jinetes).

Asdrúbal Giscón, general del ejército cartaginés, no había podido evitar que sus elefantes, atemorizados por la avalancha de dardos incendiarios y proyectiles de piedra lanzados por las catapultas romanas, iniciaran una carrera alocada en la que todos, romanos y púnicos, habían sido aplastados por los monstruos. En esa desbandada, las filas cartaginesas se habían roto y la última carga de la caballería de Escipión terminó por poner en fuga tanto a los propios africanos como a los contingentes de mercenarios ibéricos que apoyaban su causa.

En su huida alocada, perseguidos por las legiones, buena parte de los vencidos tomaría el camino de Gadir, que habría de ser el último bastión púnico en la península ibérica. De allí, finalmente, en ese mismo año 206 habrían de ser también expulsados.

Nuestro grupo de fugitivos, que había cruzado las aguas del Betis en las inmediaciones de la población turdetana de Celti, estaba integrado por seis personas: de un lado, cuatro mercenarios ibéricos que se habían enrolado en Corduba; de otro, un mercenario griego –oriundo al parecer de Corinto- que llevaba muchos años guerreando con las tropas de Aníbal y, finalmente, una mujer de mediana edad, nacida en Kastilo, que acompañaba a las tropas auxiliares en sus desplazamientos ejerciendo sus oficios de adivina y buhonera. Acerca de esta mujer, algunos pensaban que también sabía brindar momentos de placer momentáneo a los soldados, pero lo cierto es que si hacía tal cosa no era con cualquiera de ellos, ya que muchos lo habían intentado y nunca habían conseguido ablandar su corazón, ni siquiera con la promesa de un buen puñado de esas monedas de bronce con las que los cartagineses pagaban sus servicios como soldados de fortuna.

El grupo de fugitivos, liderado por Orisón, intentaba atravesar las líneas romanas y llegar a Corduba, en donde pensaban que encontrarían el respaldo de sus paisanos. Eran conscientes de que la antigua vía que unía Ilipa con Corduba, pasando por Celti, Detumo y Carbula, estaba estrechamente vigilada, de modo que habían decidido cruzar las aguas del río para luego, avanzando en paralelo por el otro lado, a través de los campos, intentar eludir a las patrullas de Escipión y alcanzar finalmente su destino. Fue así como la barca abandonó el puerto de Celti, situado junto a sus sólidas murallas, y una vez en el otro lado, tras cruzar también las aguas de otro río, el Singilis, que muy cerca se unían a las del Betis, los hombres iniciaron su andadura camino de Corduba.

4 comentarios:

  1. Amigo,
    Dices bien, ando enloquecida con el festival, más que eso con mucha emoción en el corazón. Es un festival que forma parte de mi vida, te cuento;
    Mi abuelo materno, Miguel Bernal Jiménez, imagino hace muchos años ya, en convertir a Morelia, su ciudad natal, en la Salzburgo de América. Uno de sus sueños era que aqui se reunieran artistas de todo el mundo en torno a la música.
    Su vida fue corta, pero su legado enorme, y muchos años después los hijos retomaron ese ideal del padre y así se formo el FIMM.
    Desde muy pequeña mi abuela se encargó de transmitirnos la admiración por ese hombre que no solo fue grande en su rama músical sino que fue un ser admirable y de muchas virtudes.
    Hoy recuerdo con cariño el primer festival, yo era una muchachilla, recién entrada en la universidad, y cada concierto era nuevo, cada autor, cada nota, me iban introduciendo en un mundo nuevo y a la vez familiar, el mundo de la música.
    Hoy a casi 20 años, aún escucho con asombro cada uno de los conciertos de este bello festival.
    Agradezco mucho tus comentarios en mi blog, y que sepas que disfruto leer el tuyo, de los pocos que de verdad me llenan. Se que llegue un poco entrometida al tuyo, a romper quizas un silencio, pero lo digo de corazón, disfruto leerte.
    (Disculpa si te he respondido aqui, busqué un email para hacerlo pero no lo encontré)
    Recibe un coordial saludo de esta amiga de la red al otro lado.

    ResponderEliminar
  2. Caray, querida amiga, leyendo estas cosas uno no puede sino emocionarse.

    Lo de tu amor enloquecido al festival lo sospechaba, pero veo que tienes mas que razones para ello. Pues me reitero, a disfrutirlo sin miramientos.

    No sabes lo que te agradezco que entraras en el blog y abrieras esa llave que tompoco yo conscientemente habia cerrado. Estaba cerrada, pero no conscientemente.

    Contigo ha entrado una rafaga de aire purisimo...

    Un abrazo, amiga

    ResponderEliminar
  3. Amigo querido: Aquí ya es noche tarde y vcomencé a leer y me está atrapando....
    Para no quedar insomne y pder salir temprano a dar clases, te prometo que lo leo detenidamente y te dejo mi oinión.
    Desde ya, que decirte millones de gracias es poco, por haberte tomado la molestia de avisarme que tenías esta reliquia en ti archivo.
    No la perderé.
    Me comprometo fielmente.
    Abrazo de corazón.

    ResponderEliminar
  4. Ya terminé de leer este 1er capítulo, y entre mercenarios, navegantes y conquistadores de placeres me voy surcando el río al próximo capítulo.
    besote

    ResponderEliminar

Gracias, siempre, por tus palabras...