Era un día de otoño primaveral. Aquella pareja, sentada en una de las mesas de la terraza de la Taberna del Potro, disfrutaba contemplando el flujo continuo de turistas que llegaba a la plaza atraído por el encanto del lugar.
La mujer reparó en que una paloma, a sus pies, insistente, la miraba una y otra vez, suplicando unas migajas de pan.
Cuando se las arrojó, pudo advertir, sorprendida, que el animal, antes de apresurarse sobre ellas, le devolvía una cálida sonrisa.
La mujer reparó en que una paloma, a sus pies, insistente, la miraba una y otra vez, suplicando unas migajas de pan.
Cuando se las arrojó, pudo advertir, sorprendida, que el animal, antes de apresurarse sobre ellas, le devolvía una cálida sonrisa.
"Sonreír es decirle a la vida que todo irá bien, sonreír es darle a un amigo lo mejor de tu ser.."...
ResponderEliminara veces se me olvida, gracis por recordármelo :)
Un abrazo!
Recibe, amiga, una franca sonrisa...
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