Apertura f/22
Tiempo de exposición 1/60 s
Velocidad ISO – 200
Distancia focal 18 mm
Compensación de la exposición -0,70
HDR
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“Por una senda van
los hortelanos,
que es la sagrada
hora del regreso,
con la sangre
injuriada por el peso
de inviernos,
primaveras y veranos.
Vienen de los
esfuerzos sobrehumanos
y van a la canción,
y van al beso,
y van dejando por
el aire impreso
un olor de
herramientas y de manos.
Por otra senda yo,
por otra senda
que no conduce al
beso aunque es la hora,
sino que merodea
sin destino.
Bajo su frente
trágica y tremenda,
un toro solo en la
ribera llora
olvidando que es
toro y masculino.”
Miguel Hernández,
El rayo que no cesa
Acerca de este
poema Juan Cano Ballesta decía que a la hora del atardecer, cuando los
hortelanos, agotados por el trabajo, volvían al descanso y el amor conyugal,
Miguel Hernández sentía más hondamente su soledad “que no conduce al beso
aunque es la hora” y veía en el toro que pace en la ribera, “de frente trágica
y tremenda”, el espejo o símbolo de su propia existencia alejada en esos
tiempos de los gozos del beso y del amor.
La fotografía está
tomada en la Andalucía profunda, en el valle del Genil, en las inmediaciones de
Cuevas de San Marcos (Málaga).
¡Me encantó!
ResponderEliminarY se llenan los ojos de luz,
ResponderEliminarde agua y olivos
de gentes con brazos abiertos.
Y huele a tierra, a campo,
a sudores, a vino.
Fantástica, amic!!
Una aferradeta ben gran!
Un paisaje maravilloso que se potencia con los versos de José Hernandez.
ResponderEliminarUn belleza en su conjunto.
Besos
Me encantan los campos de andalucía, me encanta Miguel Hernández y su poema.
ResponderEliminarUn beso.
Por esos campos, entre los olivos infinitos se pierde y resuena el poema de Miguel, que tú reflejas en imagen encajada a la palabra, perfecta, dolida y bella.
ResponderEliminarEntendimiento de fatalidades, de destinos, de seca mirada y alta frente, oscuras, el toro, el labrador sin beso.
Un beso para ti amigo.
... entre el susurro del viento, jugando entre las ramas de los olivos y las cicatrices marcadas en la tierra labrada; la voz de Miguel Hernández, abraza Andalucía. Hermosa captura.
ResponderEliminarAy, Miguel Hernández, ese niño a quién su padre consideró mejor pastor que estudiante... la necesidad de los hijos en la manutención de la familia.
ResponderEliminarLa reproducción de las clases sociales... ya sabemos lo que es eso.
Un abrazo.
Hermoso poema, y la foto bellisima muestra un poblado todo blanquito y la mas nutrida naturaleza, el cielo acompaña con un azul colosal, realmente inspirador todo lo que nos compartes
ResponderEliminarExcelente definición en la foto y bien acompañada por esos versos. Saludos.
ResponderEliminarImpresionante la imagen, Antiqva. Acompañada de los versos de Miguel Hernández, es un gozo en todos los sentidos.
ResponderEliminarUn abrazo
Que maravilla de post!! Mira que son bonitos los campos de olivares.
ResponderEliminarUn abrazo
I was taking some photos in norwegian mountains - it is so different!
ResponderEliminarYour shot is splendid and the nature is beautiful.
Sorry for not beeing able to understand properly the poem, but I can guess..
Me da mucha tristeza ver estos campos, estoy acostumbrada al verde, no a la tierra árida, con sus tonos ocres, y su sed.
ResponderEliminarLa foto es preciosa, y el poema de Miguel.... a él le quise siempre.
Abrazos, Antiqva
Ío
Nos traes unos lugares fabulosos, gracias, muchos más besos.
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