Apertura f/9
Tiempo de exposición 1/210 s
Velocidad ISO – 400
Distancia focal 6 mm
Compensación de la exposición 0,00
HDR
Sabía que solamente despertando del sueño podría escapar de los
golpes de aquel hombre, pero no podía hacerlo. Una y otra vez me decía: “Debes
despertar… Debes despertar…”, pero no
conseguía despertarme. Estaba angustiado. Quería salir de la pesadilla y escapar
de aquel hombre, pero no sabía cómo.
Todo en el sueño aparecía envuelto en las brumas de un
atardecer invernal. Estaba en un vaporetto que surcaba las aguas del Gran Canal
de Venecia. No tenía ni idea de cómo había llegado allí. Estaba fumando en la
cubierta cuando una mujer, avanzando a grandes pasos, se acercó a mí: “Sálveme…”
–me dijo cuando llegó a mi lado. Sin tiempo siquiera para pensar reparé en que unos
pasos más allá alguien que empuñaba una navaja se acercaba a nosotros. Inesperadamente,
la mujer, que iba vestida solamente con un camisón transparente de seda, me
abrazó y me besó.
Estaba desconcertado. “Que imágenes tan extrañas nacen en
las pesadillas” –pensé. En el irreal mundo de la noche puede uno enfrentarse a
las más insólitas irrealidades. En la noche, en el tiempo de los monstruos,
todo es posible.
Para entonces la mujer y yo nos estábamos besando. Ella
había cerrado los ojos y apretaba sus pechos contra mi cuerpo. “Oh, un sueño
erótico…” –pensé. Pero no lo era. Al momento el tipo llegó y me clavó la navaja
en el vientre. Conmocionado supe que debía despertar si no quería perder la
vida. Siempre he pensado que es mala cosa verse morir en un sueño y solamente
podría eludir a aquel hombre y sus golpes si conseguía arribar al mundo de la
vida. Una y otra vez me esforcé por abrir los ojos, mientras él me seguía
clavando, también una y otra vez, la navaja. Sentía que mi cuerpo era un manantial
de sangre. En algún momento supe que la hoja de acero se había roto al chocar
con alguno de mis huesos. Entonces, él, con un gesto de contrariedad, me dio
una bofetada que hizo que mi cuerpo rodase por el suelo. Después me envolvió en
sus brazos y me arrojó por la borda. “Vamos cariño, volvamos, ya ha pasado todo”
-escuché que le decía a la mujer mientras yo me hundía arropado por las aguas
del canal.
Para entonces, ya había renunciado a despertar. Todo había terminado.
Sentía que ya no me amenazaba ningún peligro. En aquellas aguas sentía que al
fin podía descansar. El sueño había terminado. Solo me restaba dormir profundamente,
liberado de la pesadilla.
No se cuanto tiempo pasó, pero en algún momento conseguí
despertar. Me parecía que seguía soñando. Sentía que mi cuerpo estaba dolorido,
magullado por decenas de heridas, y que apenas podía respirar. Estaba en un lugar
que no conseguía identificar. Tuvieron que pasar unos minutos para que fuera tomando
conciencia. Se trataba de la habitación de un hospital. Un médico le decía a
una enfermera que estaba tomando notas que yo había sido apuñalado y que la
operación de urgencia había sido satisfactoria, si bien todavía tenía los pulmones
encharcados de sangre y de agua. “Tendrá que estar unas semanas inmóvil –habló
el hombre-. No deje usted que se levante. Está sondado y lo alimentamos con
suero, de modo que no tiene porqué levantarse.”
Así fue como supe, ya despierto, que aquello no había sido
un sueño.
Ha sido después, no se cuanto tiempo ha pasado, cuando estoy sintiendo que alguien está abriendo la puerta de la habitación. Es una mujer. Es la mujer que me había besado en el vaporetto. Veo que ahora viste una bata verde de médico. Se está acercando a mi y me susurra algo: "Vida mía, te amo, cuidaré siempre de ti..." Con una mezcla de emoción y temor siento que me está besando. Creo que piensa que estoy dormido, y quizás sea cierto...
Ha sido después, no se cuanto tiempo ha pasado, cuando estoy sintiendo que alguien está abriendo la puerta de la habitación. Es una mujer. Es la mujer que me había besado en el vaporetto. Veo que ahora viste una bata verde de médico. Se está acercando a mi y me susurra algo: "Vida mía, te amo, cuidaré siempre de ti..." Con una mezcla de emoción y temor siento que me está besando. Creo que piensa que estoy dormido, y quizás sea cierto...
Y en el escenario real, soñó que soñaba.
ResponderEliminarUna podría querer soñar las góndolas, sueño Gran Canal, pero sigo despierta para recordarlas.
Besito, esa foto me llevó a ellas.
O si… pero un sueño real, o una realidad que la mente niega y solo admite como sueño. Disculpa que divague. Es que me encantó, me metí en tu sueño y me niego a despertarme así… quiero otro final, no sé, como por ejemplo que ahora entre la chica que te beso y te diga que ella te cuidara… es que soy una romántica. :)
ResponderEliminarBesitos.
P.d. Esa fotografía es para soñar solo con mirarla... Ay
La mente pretendiendo hacer irreal lo ya vivido.. el mecanismo de defensa para olvidar...
ResponderEliminarY esa agonía de querer despertar y no poder moverte ... escalofriante...
Sonoros besos
Haciendo caso a nuestra querida amiga Azul he añadido otro final al cuento.
ResponderEliminarSe trata, en concreto, del ultimo parrafo, con el que se cierra el relato.
A ver si os gusta.
Magnífico relato, angustiante hasta el final. ¿Sabe caballero que escribe muy, muy bien?.
ResponderEliminarPero debo decirle, que esa maravillosa foto me ha llevado al mundo de los dieciseis, ¡¡tan ingenua, tan soñadora, tan terriblemente niña...!!
Gracias y mil sonrisas...i uns bessets!
PD: ¡¡Quiero volver a Veneeeecia!!
Muy acertado ese último párrafo, porque hace que permanezca el misterio.
ResponderEliminarUn abrazo.
muchissima gracias, tendre que verlo pronto!
ResponderEliminarQue ilusión!!! Me gustan mas los fina
ResponderEliminarles con besos aunque sean medios dornidos.
Muchos besazos.
Cuando he visto la foto me he acordado en seguida de unos versos de Altolaguirre, que es uno de mis poetas más queridos: las barcas de dos en dos, como sandalias del viento :) Estas serían más bien babuchas del viento.
ResponderEliminarDicen que soñar la muerte de alguien,aunque sea la de uno, es alargarle la vida ;)
Me gusta mucho como la imagen dirige la mirada.
Un beso
Hola amigo ANTIQVA
ResponderEliminarSueño, realidad, no sé, me he metido tanto en la historia, que he llegado al final casi sin darme cuenta y esperaba más, de todas formas ese despertar ha sido un poco doloroso.
Un abrazo.
Ambar.
me gustó y mucho...
ResponderEliminarbesos para antes de dormir y abrazos para cuando despiertes
cuentazo! qué más puedo decir...
ResponderEliminar(que me recordaste "la noche boca arriba", pero en venecia)
abrazo, amigo*
No entiendo mucho de tecnicismos fotográficos, pero sí reconozco la belleza cuando me la encuentro.
ResponderEliminarLa imagen y el relato, bellos.
Un saludo.
Hermosa foto con un encuadre espectacular y unos magníficos colores bien acompañados por esa suave luz. Saludos.
ResponderEliminarEse azul es perfecto, y el agua, la foto preciosa, bella¡
ResponderEliminarExtraños son los sueños, y a veces dicen; me gustó mucho tu cuento.
Abrazos, Antiqva :)
Ío
Que sueño amigo por poco te matan en el sueño o era real, ya me confundí,...lo cierto es que saliste bien librado de aquel entuerto con besitos y todo,...la foto de arriba es maravillosa, ese cielo y el mar ademas de la ciudad que se ve a lo lejos,... es una belleza, no se como le haces pero las fotos que tomas son magicas y lo emocionan a una muchisimo...
ResponderEliminarQuerido amigo.
ResponderEliminarTexto de infarto(jajaja)cuando los sueños de confunden con la realidad,una pesadilla literalmente y muy bien narrada.
La fotografia es espectacular y si mi memoria no falla creo que te la había visto ya...Es una belleza.
Besicos guapo.
Simplemente genial.
ResponderEliminarMagnificas palabras y miradas!
ResponderEliminarMe ha encantado.
ResponderEliminarUn abrazo