Dijo Lisboa cuando vio acercarse las luces de la ciudad como se dice el nombre de una mujer a la que uno está besando y que no le conmueve. En una estación que parecía abandonada el tren se detuvo junto a otro que avanzaba en dirección contraria. Sonó el silbato y los dos comenzaron a moverse muy lentamente, con un ruido de metales que chocaban sin ritmo. Biralbo, empujado hacia delante, miró las ventanillas del otro tren, rostros precisos y lejanos que no volvería a ver nunca, que lo miraban a él con una especie de simétrica melancolía. Sola en el último vagón, antes de las luces rojas y de la regresada oscuridad, una mujer fumaba con la cabeza baja, tan absorta en sí misma que ni siquiera había alzado los ojos para mirar hacia afuera cuando su tren se puso en marcha. Llevaba un chaquetón azul oscuro con las solapas levantadas y tenía el pelo muy corto. “Fue por el pelo”, me dijo luego Biralbo, “por eso al principio no la reconocí”. Inútilmente se puso en pie e hizo señales con la mano al vacío, porque su tren había ingresado vertiginosamente en un túnel cuando se dio cuenta de que durante un segundo había visto a Lucrecia.
Antonio Muñoz Molina – El invierno en Lisboa
Me encantan estas imagenes en las que la mirada busca el infinito guiada por esas líneas que lo llevan a él.
ResponderEliminarSi te ven haciendo fotos en mitad de las vías, seguro que te echan una buena reprimenda. A mi me ha pasado, y sin estar metido entre las vías.
Enhorabuena, Ildefonso.
Un abrazo.
Un placer mirar la imagen dejarse llevar por las vias del tren hacia ningun lugar pero viajando con la mirada.
ResponderEliminarUn beso amigo mio.
amo el arte pinto escribo esculpo y ahora estoy sacando fotos
ResponderEliminarMe ha encantado tu blog
El texto va como anillo al dedo a esa magnífica imagen. Nitidez, texturas y colorido soberbios.
ResponderEliminarUn abrazo
Muy bonita ildefonso, me encanta como las lineas te llevan al punto de fuga. Muy bueno el procesado.
ResponderEliminarUn abrazo
Bella immagine e ottima profondità di campo!
ResponderEliminarCinzia
Bonita imagen, con gran profundidad y muy buena luz y color, saludos.
ResponderEliminarMe resulta muy familiar, aunque probablemente no haya estado nunca en esta estación, seguramente es que esta estación sea bastante similar a otra en que haya cogido alguna vez un tren.
ResponderEliminarMe extraña el lugar donde has tomado la foto, cruzar las vías es muy expuesto, eso no quita que sea una buenísima imagen, con una gran profundidad, que invita a seguir las líneas de las vías hasta llegar al infinito.
Besos
El texto dice tanto...Unos segundos de visión para reconocer o sentirse profundamente atraído por alguien, intentar contactar con esa persona y ser consciente, a los pocos segundos, de que ya no hay nada que hacer...Para muchas personas, las estaciones de tren son muy tristes, casi insufribles ¿Será por eso? Por la pérdida? o porque son solitarias, infinitas, sin destino, son un adiós...
ResponderEliminarBesos, Ildefonso.
Me ha encantado. me ha hecho reflexionar y recordar...
El relato es fantástico. La foto, otro tanto.
Parecería abandonada pero tú le has dado una luz y nitidez que no habrá tenido ni en sus mejores tiempos.
Otra gran foto.
Un abrazo
· LMA · & · CR ·
Parecer, ser, estar ... un abismo entre las tres.
ResponderEliminarParecía pero no lo era porque estabas TÚ, afortunadamente!!
Aferradetes, amic!! ☺
Las vias atraen hacia el infinito del horizonte. Impresionante el procesado.
ResponderEliminarSalu2
Me gustó el libro de A. M. Molina y me gusta está foto que desde otros muchos ángulos tengo en mi archivo ya que las estaciones de tren abandonadas son mi debilidad. Una maravilla. Abrazos
ResponderEliminarLos trenes y las estaciones dan mucho juego en la literatura, como en ese hermoso texto de Muñoz Molina.
ResponderEliminarY también son muy fotogénicos, aunque a mí no me salen unas fotos tan perfectas como las tuyas, Ildefonso, todo está nítido de principio a fin, encuadrado en su sitio y tiene una luz perfecta. Uf, qué maravilla.
Un beso,
¡Qué buen relato y qué buena imagen! Ambos nos captan al instante y nos llenan de interrogantes que siguen resonando en nuestra cabeza aún después de haberlo leído, aún después de haber mirado esa imagen. ¿A dónde va ella? ¿A dónde esas vías de tren? Las dos parecen abandonadas a su destino, como si ni ellas mismas lo supieran...
ResponderEliminar¡Te felicito!
Un abrazo
Sensacional el efecto que causan estas vías que se pierden en el infinito
ResponderEliminarAbrazos y buen fin de semana
Interesante juego de lineas que nos dirigen la mirada haca ese horizonte donde convergen en un atrayente punto de fuga, buena foto.
ResponderEliminarSaludos.
we have a lot of small stations in villages but they are not abandoned !
ResponderEliminarI like stations and trains
happy weekend
great picture! love the symmetry!
ResponderEliminarCuantas historias llevan los trenes impresas y cuanto me gusta pasar por las estaciones y verlos tanto llegar como partir...siguen teniendo una magia especial.
ResponderEliminarMe encanta la profundidad de esta fotografía!
SAludos,
El camino infinito del caballo de hierro.
ResponderEliminarSaludos
ツ
ResponderEliminarBela imagem!
Bom domingo! Bom semana, amigo!
Beijinhos.
⋰˚هჱ
La estación capta la atención de la mirada para, inmediatamente, hacer que ésta salte a las vías y siga hasta el infinito conducida por esas líneas convergentes. La sensación de viaje hacia un lugar lejano está plenamente conseguida.
ResponderEliminarUn abrazo,
Me pasa en el subte de mi ciudad, cuando se cruza con otro busco un rostro conocido... no se que haría si realmente lo encontrara...
ResponderEliminarLa imagen me recordó a las vías que cruzaba a diario cuando era niña al volver de la escuela... me retrotrajo a mi infancia... :)